martes, 27 de febrero de 2007

Viaje de Alcalde de Villanueva por el calvario

elPeriódico tuvo la genial idea de invitar al alcalde de Villa Nueva, Salvador Gándara, y al Concejal Primero de la municipalidad de Guatemala, Enrique Godoy, a hacer el recorrido que tienen que hacer los habitantes de los municipios al sur de la ciudad todos los días para llegar a sus trabajos. Gándara aceptó el reto, Godoy declinó.

Pues bien, ayer lunes elPeriódico publicó una interesantísima y a la vez iluminadora crónica del viaje con el Alcalde villanovano. Es tan buena la crónica y aclara tanto el panorama para quienes no lo quieren ver (incluido, por lo menos hasta antes del recorrido, el mismo alcalde en cuestión) que prefiero no resumirla sino copiarla íntegramente. Si lo deasea puede leerla aquí, o en el sitio de elperiódico. Mis felicitaciones para Claudia Benavente y el equipo de elPeriódico.

El alcalde Gándara prueba lo que el Transmetro le trajo a sus vecinos
En un recorrido que aceptó hacer con “elPeriódico”, el alcalde de Villa Nueva se percata de que el tráfico que padecen miles de personas cada mañana desgasta.

Claudia Benavente /elPeriódico
redaccion@elperiodico.com.gt

La oscuridad aún reinaba cuando el alcalde de Villa Nueva, Salvador Gándara, abordó su camioneta Nativa para experimentar cómo inician el día, desde que entró en funciones el Transmetro, miles de personas que viven en ese municipio y trabajan o estudian en la capital.

El jefe edil sólo conocía la situación de la CA9 Sur por medio de los informes de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) de Villa Nueva, pero no se había metido en el tráfico.

La misma invitación se le hizo a Enrique Godoy, concejal primero de la Municipalidad de Guatemala, sin embargo, declinó realizar el viaje.

En el tráfico

Eran las 5:40 cuando el alcalde Gándara llegó al kilómetro 16.5, un poco más allá del centro comercial Santa Clara. Allí empezaba la cola de vehículos que se dirigía hacia la capital.

Transcurrieron 15 minutos y el jefe edil empezó a desesperarse, entonces hizo la primera
llamada por radio al jefe de la PMT de Villa Nueva, Enio Rivera: “¿Qué pasó adelante?, ¿por qué avanzamos sólo unos metros?”. Este contestó: “Todo normal, licenciado”.

Después de 22 minutos apenas había llegado a la altura del puente de Villa Nueva, es decir que sólo había recorrido medio kilómetro y faltaban seis más hasta la entrada a la estación central del Transmetro.

Había momentos en que el tráfico se quedaba parado, por ratos avanzaba, así es que en varias
oportunidades Gándara preguntó por radio qué sucedía.

A las 6:10 ya había avanzado otro kilómetro y su carro se encontraba por el residencial Catalina, en el kilómetro 15, cuando uno de los agentes de la PMT aseguró que todavía faltaban 45 minutos para llegar hasta el puente de Cenma, es decir que haría 9 minutos por kilómetro.

Había aclarado un poco y el alcalde empezó a observar los otros vehículos, muchos con un solo pasajero a bordo, otros con niños que lucían aburridos, acostumbrados ya a la rutina.

Miraba el reloj del vehículo mientras escuchaba la Radio Viva. Su rostro reflejaba hastío,
la impresión que le causó la lentitud del recorrido, sobre todo en la cuesta de Villalobos.

A las 6:50, todavía en la cuesta, preguntó de nuevo por qué tardaba. La respuesta del jefe de la PMT fue: “Porque de cuatro carriles se reducen a dos, señor, y se suma la incorporación de vehículos en Monte María y El Mezquital”. A las 7:25 llegó a la altura del Pacific Center, 1 hora con 50 minutos para entrar a la ciudad. El regreso duró solo 15 minutos.

Sin salida

De acuerdo con Gándara, ya no hay más que hacer en esa ruta, a menos que quienes viven en Villa Nueva regresen a vivir a la Ciudad de Guatemala, o bien reorganicen sus horarios, porque “ir todos los días en el tráfico es desgastante”, aseguró.

Él tarda entre 15 y 20 minutos para llegar cada día a su oficina, pues a diferencia de los vecinos de Villa Nueva, vive en la carretera a El Salvador. Allí estudian sus hijos.

La única medida que cree útil es restringir más el paso al transporte pesado, pero piensa que los habitantes deben colaborar poniendo a sus hijos en colegios de Villa Nueva para no tener que salir más temprano.

Gándara cotiza unas vallas electrónicas, como las que hay en los freeway de Estados Unidos; allí se informará hasta qué kilómetro llega el tráfico, cuánto tiempo puede tardar para llegar a la Cenma y si hay algún obstáculo en el camino. Eso reduciría el estrés, concluye.

Foto de elPeriódico.

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El que a hierro mata a hierro muere

El asesinato de los policías criminales que a su vez mataron a tres diputados salvadoreños y su piloto (y quien sabe cuántas almas más pesaban sobre sus cabezas) es un recordatorio para todos que, en efecto, el que a hierro mata, a hierro muere.

Creo que debemos analizar el affair de los diputados al Parlacen desde varios puntos de vista.

Primero, la corrupción dentro de la Policía Nacional Civil, o como Estuardo Zapeta los llamó hoy, la Policía Nacional Corrupta. Siempre se ha rumorado que la PNC está llena de corrupción, ahora ya no es rumor, es un hecho comprobado. Resulta que el jefe de la Unidad contra el Crimen Organizado, trabaja como sicario para el crimen organizado. Ante esta aplastante verdad (confesada incluso por ellos mismos antes de ser asesinados), ¿qué confianza puede tener la ciudadanía acerca de sus autoridades? Las autoridades podrán argumentar todo lo que quieran, pero el hecho es que ahora queda al descubierto que la policía es más criminal que los mismos criminales. Y podrán dedir que no hay que generalizar, pero ¿cómo sabemos los ciudadanos quiénes son los buenos y quiénes son los malos policías? No hay de otra. Mientras no se aclare la situación, para los guatemaltecos, todos los policías serán corruptos hasta que no prueben lo contrario. La única opción aceptable es hacer una reforma completa; en este sentido, apoyo la propuesta de Estuardo de de-centrar la policía y que haya policías locales.

Otra de las historias que ha surgido es que tanto en la policía como en otras divisiones del Ministerio de Gobernación han organizado grupos de limpieza social y que tanto los policías capturados como los que los llegaron a silenciar forman parte de ellos. No sé si esta versión es cierta, pero igual doy mi opinión al respecto, en caso de ser cierta. El que las autoridades tengan que recurrir a una instancia fuera de la ley para hacer que se cumpla la ley (según ellos) es una muestra más del fracaso del actual sistema. No se puede hacer cumplir la ley violándola. Nadie debe estar por encima de la ley, ni siquiera (y especialmente) las autoridades encargadas de velar por que se cumpla. Por último, asumiendo que han estado haciendo esto, no debemos nunca olvidar a Lord Acton: el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente. ¿Se imagina usted el poder que puede llegar a tener (o por lo menos sentir) una persona que puede asesinar impunemente a quien se le ponga enfrente, sin temor a repercuciones, sin temor a tener que enfrentar la justicia (por lo menos la terrenal) a sabiendas que hasta sus propios jefes los avalan y, por qué no decirlo, una buena parte de la población? Definitivamente, el nivel de poder que manejan es muy grande, lo que como consiguiente acarrea que el nivel de corrupción al que están expuestos también es muy grande, por lo que es de esperar que se corrompan y paren convirtiéndose en parte de lo mismo que supuestamente combaten. En este escenario, lo peor de todo es que las autoridades que lo conscienten, aunque no se manchen las manos paran estando en la misma barca que los ejecutores y tarde o temprano, se ven envueltos en lo mismo para cubrir sus pasos. En este escenario, los sucesos recientes se acoplan muy bien.

Como este tema da para bastante, espero seguirlo tratando en el blog. Mi recomendación: si mira a un policía, ¡huya!.

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domingo, 25 de febrero de 2007

Hundimiento en la zona 6


Luego de ver la magnitud del problema del hundimiento en la zona 6, me surgen varias dudas. Quienes me leen o escuchan nuestros programas radiales habitualmente saben que no somos precisamente partidarios de un estado interventor; sin embargo, la realidad actual es que vivimos bajo un sistema interventor que dice ocuparse de muchas cosas "en beneficio del pueblo". Pues bien, si este estado interventor se ha auto adjudicado la responsabilidad de la infraestructura (aparte de otro montón de cosas), entonces uno se pregunta, cuando suceden crisis como esta, ¿de quién es la responsabilidad? ¿Será de las personas que vivían allí por vivir en un lugar "peligroso"? (Así como la culpa del tráfico, según las autoridades, la tenemos quienes decidimos irnos a vivir a los suburbios y no a la zona 14). ¿Sera de las personas que, viviendo allí, desde hace tiempo se habían percatado que algo estaba mal, ya que desde el año pasado se percataron de ruidos y temblores raros, y que de todo ello ya habían avisado a las autoridades supuestamente "responsables"? ¿O serán quienes se atribuyen estas responsabilidades (y detestan la competencia) pero a la hora de la hora, igual no hacen nada?

Como siempre, casi le puedo garantizar que nadie va a ser "responsable". Todos van a dar una muy buena excusa de por qué no se hizo nada cuando se pudo haber hecho, y para ajuste de penas, todos van a querer salir en la foto cuando estén saludando con sombrero ajeno (atendiendo a las víctimas con los dineros de los tributarios). ¿Alguien va a ser por lo menos despedido (no digo enjuiciado) por este problema? No. Nadie al final será responsable. Todos saldrán impunes. Eso si, nos seguirán restregando en la cara que esas son "funciones del Estado". ¡Valiente consuelo!

Foto publicada en Siglo Veintiuno.

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jueves, 22 de febrero de 2007

Neoliberales de paja

El mayor éxito de desinformación de los colectivistas no es más que un puñado de paja.

Los colectivistas (socialistas, izquierdistas y demás) han utilizado la falacia del hombre de paja para tratar de desprestigiar al verdadero liberalismo. Han sido muy exitosos en el intento, pero ya es hora de corregirles la plana.

La falacia del hombre de paja consiste en fabricar una débil imagen del oponente, que no necesariamente refleje sus argumentos pero que por lo menos se le parezca en algo, para luego atacar y desprestigiar esa imagen, haciendo creer a los demás que ese en realidad es el oponente. Se atribuye el nombre de la falacia a los hombres de paja (espantapájaros) utilizados antaño para simular al enemigo en prácticas militares.

Pues bien, como expliqué en mi columna de la semana pasada (la puede ver en mi blog, jorgejacobs.com), los colectivistas han puesto el mote de “neoliberales” a los mercantilistas y han intentado, con mucho éxito, debo reconocer, atribuirnos a los verdaderos liberales y/o libertarios las culpas de los mercantilistas, para así desechar nuestros argumentos a priori sin tener que rebatirlos. Es así que, cuando se ven acorralados porque no pueden refutar nuestros argumentos, sencillamente recurren al hombre de paja: “Es que ustedes son unos neoliberales salvajes”, dicen, y ya con eso dan por concluida la discusión.

Pero la cosa no es así de sencilla. Los liberales y libertarios somos algo completamente distinto de los mercantilistas, a quienes generalmente se les identifica como “la derecha”, y también somos completamente distintos a los colectivistas, a quienes generalmente se les identifica como “la izquierda”.

En realidad, tienen mucho más en común los mercantilistas y los colectivistas entre sí que ambos con nosotros, los verdaderos liberales. ¿Anatema? Para nada. Verá usted, lo único que realmente
separa a los mercantilistas de los colectivistas es el grado de socialismo que están dispuestos a implementar.

Los mercantilistas propugnarán una menor intervención del Gobierno en la economía, pero la suficiente como para hacer que sus negocios a la sombra del “Estado” sean muy rentables.

Los colectivistas propugnarán una mayor intervención del Gobierno en laeconomía, bajo la proclama que así se beneficiará al “pueblo”, pero siempre con la idea de que quienes controlarán el Gobierno son ellos y que “quien parte y reparte, se queda con la mejor parte” (¿a cuánto populista no conocemos que, cuando llega al poder, lo primero que hace es sacar a su familia de la pobreza?).

Y el pagano siempre es el mismo: el “pueblo”. Esos que tienen que sufragar con sus impuestos los negocios de los mercantilistas y las políticas fracasadas de los colectivistas.

Así que, ya lo sabe: no se deje engañar por el falaz argumento del neoliberal de paja.

Publicado en Prensa Libre el 22 de febrero de 2007

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Programa sobre los daños colaterales del Transmetro

Ayer (miércoles 21) conduje en nuestro programa "Todo a Pulmón" una entrevista con Ernesto Morales, vicepresidente de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa Guatemalteca, Fepyme, en la que hablamos sobre las consecuencias que ha tenido la implementación del Transmetro sobre sus agremiados, especialmente los que tienen sus negocios sobre la Aguilar Batres y la Avenida Bolívar.

El entrevistado fue muy moderado en sus comentarios, aunque sí recalcó que sus agremiados definitivamente están sufriendo mucho ya que sus negocios se han venido para abajo. Contó que ahora es más difícil (si es que no prohibido) estacionarse hasta en muchas de las calles "a la vuelta" de la Bolívar, lo que dificulta todavía más la viabilidad de los negocios en esa arteria.Solicitaron a las autoridades que sean más flexibles y que, por ejemplo, durante un período de transición (lease, en lo que ven a dónde se trasladan, si es que lo logran hacer antes de quebrar), por lo menos permitan algunos horarios (no pico) para que puedan realizar carga y descarga de sus productos.

A como veo la cosa, la situación es muy difícil para todos estos pequeños y medianos empresarios, ya que no le veo ningún futuro comercial a dicha arteria debido a las restricciones municipales. La única opción viable que veo es que se vayan a otra parte, pero como explicó el invitado, no es tan fácil, con tan poco presupuesto y capital que tienen estos pequeños empresarios, cambiarse de ubicación y aguantar el tiempo de "reacreditación" del negocio.

Mi conclusión fue que quienes tienen sus empresas en las arterias donde pronto se construirán nuevos ramales del Transmetro (la Roosevelt, por ejemplo) deben empezar a planificar qué hacer antes que los agarren los calzones bajos, como les sucedió a los de la Bolívar. En retrospectiva, creo que también debí añadir que una buena opción es reenfocar sus negocios hacia servicios para los transeúntes que necesariamente pasarán frente a sus negocios en su camino hacia las paradas del Transmetro.

Una parte muy interesante del programa fueron las llamadas del público, que sospechosamente fueron la mayoría en apoyo del Transmetro y la Muni (las malas lenguas dicen que cada vez tienen un más sofisticado call center). Al respecto, me gustaría acotar un par de temas.

  • El Transmetro, en efecto, es muy ventajoso para un grupo de personas, léase los usuarios del transporte urbano en esa ruta, ya que les permite llegar más rápidamente y, por lo menos en el trayecto, con mayor seguridad que antes. Eso no lo niego. Mis comentarios al respecto siempre han ido encaminados hacia el costo que todos los demás tienen que pagar por ello. Y no me refiero sólo a los automovilistas, sino también a otros usuarios del transporte público que no viven en la zona que abarca el Transmetro, los habitantes de Villa Nueva, Amatitlán y Palín, por ejemplo, quienes ahora deben pasar por el calvario que es llegar hasta la Centra, antes de poder abordar el Transmetro y de allí llegar más rápido al Trébol o al Centro Cívico. Aquí puede encontrar un comentario muy interesante de uno de los "amigos invisibles" que incluso participó llamando al programa (fue, de hecho, quien primero utilizó el término "daños colaterales").

  • Uno de los argumentos utilizados por los defensores telefónicos del Transmetro es el maniqueísmo de que los que tienen vehículos son "ricos", "hasta tienen ama de llaves" indicó uno de los que llamaron. Ese es un argumento populista propio de la lucha de clases que, para principiar, no es cierto. Si lo fuera, ¡Aleluya! ¡ya salimos de la pobreza!, ya que sólo en la capital habrían cerca de 900,000 "ricos", según los estimados que publican los medios de comunicación. No nos dejemos engañar por esos argumentos resentidos. De lo que yo he podido ver, el sueño de casi cualquier persona que vive en la capital es algún día poder comprarse aunque sea un su "pichirilo" viejito con el cual pueda librarse de la inseguridad que hasta la fecha se vive en la mayor parte del transporte público y las calles de la ciudad. En las atorazones de tráfico que paso todos los días por la Aguilar Batres y la Villalobos, los carros de "rico" son la excepción, la mayoría son carros ni muy nuevos ni muy caros.

  • Es absurdo tratar de tapar el sol con un dedo. Si bien es cierto el Transmetro resolvió unos problemas, también es cierto que creó otro montón. No podemos simplemente hacernos de la vista gorda y desentendernos de la realidad, esperando que solita se componga y acusando a todos los que se quejan de no ver las "ventajas" del nuevo sistema. Uno de los que llamó incluso nos acusó de "tener intereses velados" en el tema ya que lo tratamos mucho en los programas, tanto en Todo a Pulmón como en Contravía. Mi respuesta es que ni soy transportista, ni tengo interés en ser Alcalde (y estoy seguro que los otros conductores de los programas tampoco), en todo caso, soy un simple "usuario" de la Aguilar Batres. Y a todo esto, ¿a cuenta de qué tiene uno que postrarse ante los designios de las autoridades como si fuera Dios mismo quien los dictó y anatema todo aquel que ose desafiarlos?
  • Pero el comentario que realmente me molestó fue el de una señora que dijo que el problema es que los guatemaltecos somos unos irresponsables y que a todo llegamos tarde y luego vemos a quién le echamos la culpa y que entonces usamos el tráfico como una excusa. Que lo que tenemos que hacer es salir más temprano y dejar de estar quejándonos. Ha de ser muy fácil decir eso cuando no se tiene que despertar a los hijos pequeños a las 4 de la mañana para que se alisten para ir al colegio. Salir de la casa a las 5 de la mañana o antes para lograr llegar al colegio a tiempo para recibir clases, o al trabajo antes de las ocho para que no lo despidan a uno. Y luego en la tarde pasar nuevamente por el suplicio de otro par de horas en el recorrido de regreso a casa, sólo para llegar extenuado (y los hijos todavía tienen que llegar a terminar sus tareas) para luego medio dormir unas horas y empezar nuevamente la rutina. Discúlpeme señora, pero todos esos cientos de miles de personas, adultos y niños, que pasan diariamente un calvario para cumplir con sus responsabilidades, podrán ser cualquier cosa, menos irresponsables.

Espero contribuir a la discusión sobre el tema. Espero sus comentarios al respecto.

Si quiere escuchar la entrevista lo puede hacer aquí. (sólo hasta el 28 de febrero).

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Actualización tráfico en la Aguilar Batres

Continúan mis travesías por la Aguilar Batres y la Villalobos. La situación se ha mantenido similar. Ahora estoy saliendo de mi casa de una vez cuando voy a dejar a mi hija a la parada del bus, es decir, a las 5:20 AM. Dependiendo de cómo le vaya al bus, he salido de la colonia entre las 5:27 y 5:40. Por increíble que parezca, en esto de la salida cada minuto cuenta y mientras más tarde logro salir, más larga es la cola entre la carretera y la colonia. Lo menos que he hecho de cola es un poco más de la mitad de la subida (aprox. 500 mts.). El peor día, la cola llegaba unas dos cuadras adentro de la colonia. A la hora que he salido, el tiempo que tardo en llegar al cuello de botella varía entre 30 y 45 minutos. He oído decir a algunos que después de las 8:00 AM el tráfico disminuye, lástima que no todos nos podemos dar el lujo de empezar a trabajar tan tarde ;-).

El regreso ha sido bastante variado. Últimamente he estado tratando de salir temprano de la oficina, para pasar antes de la hora pico. Cuando lo hago así, y adicionalmente tomo algunos atajos, me he tardado como media hora. En algunas ocasiones he tenido que pasar más tarde y la cosa se complica. El martes, por ejemplo, fui a San Salvador. De regreso, me tardé 2 horas y media desde San Salvador hasta Guatemala (un poco más de 200 kilómetros) y de allí, me tardé una hora con 15 minutos llegar desde la zona 10 hasta mi casa (unos 12 kilómetros), es decir que en lo que me llevó recorrer ese pequeño trayecto, ¡podría haber recorrido la mitad de camino entre las dos capitales!

Observaciones:

  • Aunque digan que todo el cambio estaba muy bien planificado, yo veo signos de que no es tan así la cosa. Debido a mi inveterada desesperación entre el tráfico, siempre trato de buscar rutas distintas que me permitan llegar más rápido a mi destino. Pues bien, este caso de tráfico extremo en el que ahora estoy metido ha sido un buen aliciente para buscar nuevas rutas. Lo que he encontrado es que las autoridades municipales (tanto de Guatemala como Villanueva) están en constante proceso de prueba y error, para ver si de alguna manera logran desatascar el embrollo que ellos mismos crearon. Un día paso por una ruta y resulta que la tienen bloqueada y lo obligan a uno a irse por otro lado peor. Al día siguiente, cuando ya hasta me pensé alguna estratagema para cruzar los bloqueos, resulta que, simplemente, desaparecieron. Lo peor del caso es que al día siguiente, vuelvo a pasar por allí y, nuevamente, aparecen los bloqueos y desvíos. A veces hasta a mí me desconciertan y ya no entiendo si es que están probando nuevas posibilidades o simplemente es que son completamente irresponsables y hacen los desvíos en donde se les ocurre simplemente para dar la impresión que están "haciendo algo".
  • En algunos casos, debo reconocer que sí le han pegado, como por ejemplo, me cuentan (porque no paso por allí) que el carril reversible que hicieron entre Ciudad San Cristobal y la salida hacia el Anillo Periférico si ha contribuído a desfogar el tránsito. Por cierto, esto es algo que deberían considerar los de la Muni de Villanueva también para la Villalobos. Cuando dijeron que harían un carril exclusivo para el transporte extraurbano que va hacia la Centra, yo creí que estaban pensando en hacer un carril reversible en el lado de "bajada" de la Villalobos (que muy bien se podría hacer desde el paso a desnivel sobre el río Villalobos hasta la Centra. Sin embargo, la decepción fue que lo que al final hicieron fue un seudo carril exclusivo entre los mismos cuatro carriles que suben la Villalobos.
  • Ayer fue el primer día en que restringieron el paso del transporte pesado desde las 5:00 AM. El tránsito estuvo un poco más fluido. El problema, sin embargo, siempre es el mismo: ¿a costa de quién?
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viernes, 16 de febrero de 2007

La población del mundo está en su peso ideal, según la macroeconomía.

Hoy, en la versión impresa de elPeriódico de Guatemala, publicaron una nota sobre las 50 naciones con mayor índice de sobrepeso. En la nota se menciona que, según el "Informe sobre el Estado del Mundo" de la OMS, "unas 1,200 millones de personas en todo el mundo tienen problemas de sobrepeso, aproximadamente el mismo número de personas que sufren de desnutrición". Pues bien, esta información se me antoja que puede utilizarse para un excelente ejemplo del error de utilizar cifras "macroeconómicas" para tratar de explicar el mundo, ya que, según la macroeconomía, la información anterior indicaría que la población del mundo está en su peso ideal.
¿No me cree? Según las cifras de la OMS, unos 2,400 millones de personas, en partes iguales, están con sobrepeso o desnutridos, lo que, en promedio dá que todos están bien, y el resto de la población, por definición, ya están en el peso ideal, así que el promedio de la población mundial está en su peso ideal. Entonces, ¿por qué preocuparnos por la desnutrición o el sobrepeso que, según la macroeconomía, NO EXISTEN?

He allí, el problema de la macroeconomía.

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jueves, 15 de febrero de 2007

Neoliberales culpables

Finalmente entendí que los neoliberales, en efecto, tienen parte de la culpa.

Desde hace ya bastantes años, los socialistas, socialistoides, izquierdistas, colectivistas o como quiera usted llamarlos les han echado la culpa de todas las desgracias, particularmente en Latinoamérica, a los “neoliberales”. Finalmente he llegado a la conclusión de que tienen toda la razón.

Aunque usted no lo crea, yo, uno de los libertarios más extremistas, estoy de acuerdo con los colectivistas.

Los neoliberales tienen parte de la culpa de la pobreza, porque se han aprovechado del Gobierno para su propio beneficio, saqueando las arcas públicas a través de privatizaciones, concesiones, contratos para realizar “obra pública”, asesorías, consultorías y demás hierbas.

Los neoliberales tienen parte de la culpa por querer implementar un modelo “mixto”, en donde el “mercado” funcione bajo el ojo cautelar del “Estado” y evitar así que los “excesos del mercado” se pasen trayendo a los pobres consumidores.

Los neoliberales tienen parte de la culpa por intentar hacer que la gestión pública sea eficiente, aun si para ello se debe pasar por encima de los controles que permitirían un mínimo de transparencia.

Los neoliberales tienen parte de la culpa por incrementar impuestos para cumplir con las “metas de recaudación” que les permitan hacer “inversión social” y con ello aliviar la presión política sobre sus gestiones. Y así como esas, muchas otras decisiones y políticas que han implementado.

Debo confesar que me costó mucho llegar a esta conclusión. Durante mucho tiempo reñí con ese concepto hasta que, finalmente, vi la luz.

Lo que pasa es que los colectivistas, en su simpleza, le han puesto el mote de neoliberales a quienes siempre han vivido a expensas del “Estado”, que han “mamado de la teta del Estado”, que se han aprovechado de sus influencias y conectes para hacer negocios millonarios a la sombra del Gobierno. A esos que también los verdaderos liberales y/o libertarios denostamos, precisamente por aprovecharse del erario para su bolsillo, a esos que en otros tiempos se les llamaba “mercantilistas”.

En efecto, los neoliberales de hoy son nada más y nada menos que los mercantilistas de siempre. Cuando los colectivistas se refieren despectivamente a los neoliberales, en realidad están hablando de los mercantilistas, que son quienes, de la mano de los tecnócratas internacionales, han implementado las “reformas” por ellos denostadas.

Los liberales y/o libertarios también creemos que los neoliberales, es decir, los mercantilistas, tienen la culpa de mucha de la pobreza en Latinoamérica, ya que tanto los colectivistas, como los neoliberales, lo que han hecho es tratar de hacer que funcione un socialismo light, que es el verdadero responsable de la pobreza en nuestro continente.

Publicado en Prensa Libre el 15 de febrero de 2007

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lunes, 12 de febrero de 2007

Lo que las francesas aprendieron de la medicina de Guatemala

El sábado, por razones familiares, pasé el día en uno de los hospitales privados de Guatemala. Allí me encontré con un par de estudiantes de medicina francesas que vinieron a realizar sus prácticas a Guatemala. Curioso como siempre, les pregunté cómo vinieron a parar acá. En un español bastante bueno, me contaron que querían hacer sus prácticas en Latinoamérica, tanto para conocer la región como para perfeccionar su español, y que para ello enviaron solicitudes a cuanto hospital encontraron en Internet. El de Guatemala fue el que les respondió aprobando su estadía, así que se vinieron, según ellas de aventureras, a nuestro país.

Su sorpresa fue que se encontraron con un hospital (privado) que no tenía nada que envidiarle a los hospitales del mundo "desarrollado". De hecho, según estuvimos platicando con el Doctor Freddy Abed (en la foto con ellas) incluso se usan como norma cosas que en los países desarrollados sólo se usan en algunos casos especiales, como por ejemplo, mencionó, el uso del sensor de ondas encefálicas durante las anestesias. Este es un sensor que le ponen a uno en la frente para verificar qué tan dormido está uno durante una anestesia. El dice que acá se usa casi que por norma este sensor (por lo menos en su hospital) mientras que en los países desarrollados sólo se usa en casos especiales. Las estudiantes francesas confirmaron que en Francia sólo se utiliza cuando son operaciones en la cabeza. Yo puedo dar fe de que sí se usa acá, ya que hace un par de semanas me sedaron para realizarme un injerto e implante en el hueso nasal, no en un hospital sino en la clínica de mi dentista, el Doctor Jimmy Hazbun, y allí también me pusieron el famoso sensor en cuestión.

Las estudiantes francesas están muy contentas de haber venido a Guatemala y han aprendido mucho. Para que no crean que se van a llevar una idea equivocada de la realidad en nuestro país, esta semana van a estar visitando hospitales públicos, en donde de seguro van a ver el gran contraste que existe.

Como conclusión, creo que en Guatemala tenemos la capacidad de acceder a lo mejor de la tecnología médica actual, siempre y cuando pueda uno pagarlo o, como en mi caso, pueda acceder a ella a través de los seguros. Aquí se enfrenta uno a los dilemas de siempre: ¿cómo hacemos para que más personas tengan acceso a esta "mejor" medicina? La respuesta fácil para muchos es la "inversión social", es decir, invertir más dinero de los tributarios en los servicios de salud que brinda el gobierno, sin embargo, yo creo que esta es la respuesta equivocada. El gobierno nunca va a poder brindar un servicio tan bueno como la iniciativa privada, simplemente porque los incentivos están mal puestos. Yo creo que la única forma en que vamos a poder llevar mejores servicios de salud a los guatemaltecos es logrando que éstos mejoren sus ingresos personales para que, a través de ellos, cada uno pueda brindarse a sí mismo un cada vez mejor servicio. ¿Y cómo logramos esto? Pues no es a través de la famosa "redistribución de la riqueza", sino creando más riqueza. Y para ello se necesita atraer inversión, no espantarla, como generalmente se hace en Guatemala.

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Nuevo Pie JJacobs - Capeuleu


Les presento el pie JJacobs-Capeuleu. Los queridos amigos de Capeuleu tuvieron a bien nombrar un pie de su diseño en mi honor. El Pie, de café con chocolate, está delicioso. Les agradezco mucho a todo el equipo de Capeuleu, especialmente a Federico por la amabilidad. No me creo merecedor de tal honor...

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viernes, 9 de febrero de 2007

Actualización de mis travesías por la Villalobos

Ya pasó la primera semana laboral del Transmetro, que sigue dando de qué hablar. Mientras tanto, yo he medido las distancias mencionadas en el post del martes. De la garita de la colonia donde vivo a donde la calle se junta con la Villalobos, hay 800 metros. Desde este punto hasta el puente sobre la entrada a la Cenma (el punto exacto del cuello de botella) hay 2.5 kilómetros.

El jueves salí a las 5:50 de mi casa y la cola llegaba hasta adentro de la colonia (en doble fila). Me llevó 30 minutos llegar hasta la Villalobos, y eso que debo confesar que en la última parte de la bajada me salté la cola. Normalmente no hago esto porque creo que no es lo "civilizado", sin embargo, de otra manera habría llegado tardísimo a la U (que conste que no es excusa, reconozco mi desliz). Si no hubiera saltado la cola, me habría tardado todavía otros 10 o 15 minutos.

Ya en la Villalobos, me llevó otros 30 minutos llegar hasta la entrada a la Cenma. Total: 50 minutos.

Hoy viernes salí a las 5:31 de la colonia, la cola en la Villalobos ya casi pasaba por la entrada a la colonia. Me tomó 20 minutos llegar a la entrada de la Cenma.

Por el momento, mi conclusión es que si no salgo junto con el bus del colegio de mi hija, es decir, entre las 5:25 y 5:30, me atrapa el tráfico y es un calvario llegar al trabajo.

El regreso:

La experiencia en la tarde ha sido distinta. De entrada, estoy saliendo peor que albañil para tratar de adelantarme a la hora del tráfico. En general he estado saliendo de la zona 10 entre 5:05 y 5:15. El tráfico en la Aguilar Batres todavía no está tan pesado, aunque la cola llega casi hasta el trebol. Luego de tomar algunos atajos (no lo puedo evitar, si hay algo que detesto es estar parado sin moverme) he estado llegando a mi casa entre 6:05 y 6:15, es decir, aproximadamente una hora, lo cual, considerando las circunstancias, creo que está bien. HOy será el primer viernes y tengo que ir a hacer un mandado antes de irme a la casa, por lo que ya les contaré cómo me fue.

Sugerencias:

He observado que uno de los principales problemas son los trailers que se descomponen en la subida. Ayer fueron un trailer y un camioncito, hoy dos trailers. Creo que evitar el transporte pesado a las horas pico aliviará un poco el tráfico, aunque no estoy convencido al 100% de que tal disposición sea correcta.

Un primo que también vive en la colonia me hacía la observación, muy atinada, que ya que el problema es el embudo, lo que hay que hacer es correr el embudo lo más lejos posible. El sugiere que el Transmetro llegue hasta amatitlán. En la muni de Villanueva parece que pensaron lo mismo, ya que a partir del lunes van a hacerun carril exclusivo para que las camionetas de Villanueva suban por la "bajada" (del lado izquierdo, pues) para que se vayan directo al Cenma. A ver qué pasa la semana entrante.

Los sigo informando de mis observaciones.

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jueves, 8 de febrero de 2007

El cuello de botella


La vida será más difícil para quienes vivimos al sur de la ciudad.

Nota: Este artículo, publicado en Prensa Libre, es un resumen del post anterior.

Luego de tres días hábiles de funcionamiento del Transmetro, puedo decirles que la experiencia para quienes vivimos en los "suburbios" al sur de Guatemala no ha sido nada placentera.

Desde que iniciaron los trabajos del Transmetro, mi predicción, por puro sentido común, fue que el cuello de botella iba a ser el embudo que se forma cuando la carretera, que por unos 5 kilómetros tiene 4 carriles, se convierte en una de dos carrilles a partir de la entrada a la Central de Mayoreo, Cenma. Una vez se lograra pasar ese cuello de botella, y ya sin la interrupción de las paradas de las camionetas, el tránsito debería fluir relativamente bien. Esto se lo dije incluso a Fritz García-Gallont una vez que lo entrevisté en la radio, así como a otras personas que laboran en la Municipalidad y en el Transmetro. Ellos me argumentaron que si bien es cierto sí existía ese embudo, el hecho de que sobre los dos carriles de la Aguilar Bátres el tránsito fluyera de manera más rápida, haría que el embudo no lo fuera tanto. Además, se estaban privilegiando los intereses de quienes usan el transporte público, que son la mayoría, por encima de quienes andan en carro. Esa era la teoría. Veamos ahora la realidad.

Vivo apenas unos 3 o 4 kilómetros al sur de la entrada a la Cenma. Obviamente, entre más alejado esté uno de ese punto, más lo afecta el largo de la cola. En el mejor de los escenarios posible (quizá un domingo a las 3 de la mañana) lo menos que hago de mi casa a la oficina son 15 minutos. En el escenario normal en los últimos años, saliendo entre 6 y 7 de la mañana, me tomaba entre 45 minutos y una hora hacer ese recorrido.

Este lunes, salí a las 5:45 de mi casa, y la cola ya llegaba hasta adentro de la colonia donde vivo. Sólo llegar a la carretera me tomó 20 minutos. De allí, casi una hora para llegar a la entrada a la Cenma, y de allí, unos 20 minutos para la zona 10. En un primer análisis, mi teoría resultó correcta, me llevó más de una hora llegar de la colonia a la entrada a la Cenma, y apenas unos 20 minutos de allí a la zona 10.

Ese mismo día, un compañero de trabajo que vive en Amatitlán, salió de su casa a las 5:30 y llegó a la oficina a las 9:05 (3 horas y media). Con anterioridad, salía de su casa a las 7:40 y llegaba a la oficina a las 9:00. Una pequeña diferencia de dos horas.

Los dos días siguientes no fueron muy distintos.

Una temprana evidencia muestra que el embudo en mención es, en efecto, un grandísimo cuello de botella. Lo peor de todo es que se le complicó la vida a quienes andamos en carro, pero también a los que usan el transporte público, ya que ellos también vienen en esa desesperante cola, haciendo que esté muy lejos de ser realidad la promesa de que "aunque se frieguen los que andan en carro, por lo menos los de a pié, que son la mayoría, estarán mejor".

Artículo publicado en Prensa Libre el 8 de febrero de 2007.
Foto Prensa Libre: Esbin García.

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martes, 6 de febrero de 2007

Mis experiencias en la Villalobos

Luego de dos días hábiles del funcionamiento del Transmetro, puedo decirles que la experiencia para quienes vivimos en los "suburbios" al sur de Guatemala no ha sido nada placentera.

Desde que iniciaron los trabajos del Transmetro, mi predicción, por puro sentido común, era que el cuello de botella iba a ser el embudo que se forma cuando la carretera que por unos 6 kilómetros tiene 4 carriles, se convierte en una calle de dos carrilles, a partir de la entrada al Cenma. Una vez se lograra pasar ese cuello de botella, y ya sin la interrupción de las paradas de las camionetas, el tránsito debería fluir relativamente bien. Esto se lo dije incluso a Fritz García-Gallont una vez que lo entrevisté en la radio, así como a otras personas que laboran en la Municipalidad y en el proyecto del Transmetro. Alguno de ellos me argumentó que si bien es cierto sí existía ese embudo, el hecho de que sobre los dos carriles de la Aguilar Batres el tránsito fluyera de una manera más rápida, haría que el embudo no lo fuera tanto. Esa era la teoría. Veamos ahora la realidad.

Yo tengo la suerte de vivir apenas unos 3 o 4 kilómetros al sur de la entrada al Cenma, en la colonia Colinas de Monte María Sur. Digo suerte porque, una vez la cola del tráfico pasa enfrente de la colonia, igual da si la cola llega al puente de Villalobos o a Amatitlán. Obviamente, entre más alejado esté uno de la entrada del Cenma, más lo afecta el largo de la cola. En el mejor de los escenarios posible (quizá un domingo a las 3 de la mañana) lo menos que puedo hacer de mi casa a mi oficina es 15 minutos. En el escenario normal en los últimos años, saliendo entre 6 y 7 de la mañana, me llevaba entre 45 minutos y una hora realizar ese recorrido.

Este lunes, salí a las 5:45 de mi casa, y la cola ya llegaba hasta adentro de la colonia (para quienes no conocen, de la entrada de la colonia hasta la carretera hay una bajada de como un kilómetro). Sólo llegar a la carretera me tomó como 20 minutos. De allí casi una hora para llegar a la entrada del Cenma, y de allí, unos 20 minutos para la zona 10. En un primer análisis, mi teoría era correcta, me llevó más de una hora llegar de la colonia a la entrada al Cenma, y apenas unos 20 minutos de allí a la zona 10. Ese mismo día, un compañero de trabajo que vive en Amatitlán salió de su casa a las 5:30 y llegó a la oficina a las 9:05 (3 horas y media).

Hoy, salí de la colonia a las 5:26. La cola todavía llegaba sólo a la mitad de la cuesta de Villalobos, y de allí a la entrada al Cenma, me llevó 20 minutos. De allí, otros 20 minutos a la zona 10, o sea que hice el recorrido en 40 minutos, pero saliendo una hora antes de lo que lo hacía. Por su parte, mi esposa salió hoy de la casa a las 5:40, y la cola ya llegaba hasta adentro de la colonia. le tomó más de una hora llegar hasta la entrada al Cenma. Según nos informó en la radio uno de los transportistas de Villa Nueva que fue a monitorear el tráfico hoy en la mañana, a las 7:00 la cola llegaba casi hasta Amatitlán.

Conclusión, el cuello de botella es un gran cuello de botella, lo que va a hacer todavía más dificil la vida para quienes vivimos al sur de la ciudad. Y eso, sin contar los problemas en sí en el Transmetro, que por lo menos en los primeros días de operación se ha saturado en las horas pico, haciendo que la promesa de que "aunque se fieguen los que andan en carro, por lo menos los de a pié, que son la mayoría, estarán mejor", esté muy lejos de ser una realidad.

De el tráfico de regreso todavía no puedo hablar, porque ayer tuve una actividad en la U y pasé por la Aguilar Batres hasta las 10 de la noche, aunque debo mencionar que todavía había un poco de tráfico.

Continuaré narrando mis aventuras entre el tráfico los próximos días.
Foto Prensa Libre: Esbin García.

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domingo, 4 de febrero de 2007

¡Chismosos al bote!

El Ministerio de Gobernación publicó un campo pagado hace unos días en el que hace una amenaza nada velada contra los chismosos. El campo pagado trata sobre los rumores "orquestados" contra instituciones bancarias, y dice que cuentan con información de inteligencia de que se van a realizar nuevos ataques contra algunas de las instituciones bancarias.

El punto es que en el campo pagado se advierte que las personas que retransmitan la información (o sea, los chismes y rumores) podrán ser acusados de colaborar con los criminales. Adicionalmente, advierten que utilizarán todas las herramientas que la ley contra el crimen organizado les permite (aunque la Constitución las prohiba) para interceptar llamadas, correos electrónicos y demás formas de comunicación, con tal de prevenir nuevos "ataques rumorísticos". Lo que implica que ahora usted no puede chismear tranquilo en ninguna parte. Ni se le ocurra hacerlo por correo electrónico, a menos que sepa como "anonimizarse" en la red. No vaya a caer en la tentación de enviar a su lista de contactos todos esos correos de chismes que le llegan. Pero más aún, cuídese de andar contando chismes por teléfono, ya que ninguna línea es ahora segura, ni las de "tierra" ni las celulares. Y cuando vaya a algún restaurante a juntarse con sus "contactos" y pasarles los chismes, asegúrese que nadie los logre escuchar, especialmente los meseros (se dice que muchos son "orejas").

Así que, si no quiere ir a parar al bote por chismoso, más le vale que se abstenga de participar en el deporte nacional por excelencia (es en éste en donde realmente destacamos, y no en la farsa del fútbol) de Guatebolas. Con lo que de seguro no cuentan las "autoridades" es que van a tener que construir muchísimas cárceles, ya que media Guatemala va a ir a parar al bote luego de esa amenaza.

La duda que me quedó es: ¿cuándo cambiaron el Código Procesal Penal para incluir al chisme y al rumor como delitos? ¿Usted sabe cuándo lo hicieron?

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viernes, 2 de febrero de 2007

¡Vendo Offshores!

Por aquellas casualidades de la vida, y sin yo quererlo, resulta que en mi blog se anuncian empresas de abogados que venden empresas offshore nítidamente empacaditas. Si le da un vistazo a los anuncios de Google que aparecen en el blog (los seleccionan sus computadoras, no yo) resulta que algunas veces aparecen anuncios de abogados, tanto en España como en Panamá, que ofrecen venderle la empresa de sus sueños. Por curiosidad, me metí a verlos (recuerden que para eso de la curiosidad le gano al difunto minino) y resulta que la empresa española le vende a uno sociedades ya formadas, con capitales que van desde 3,000 hasta más de 3 millones de euros.

Por su parte, la empresa panameña también le ofrece a uno de todo, sociedades anónimas, fideicomisos, fundaciones, cuentas offshore; en fin, todo lo que uno pueda desear para esconder sus dineritos (o los de otros, como aparentemente hicieron los del BC). Según pude ver, estos abogados tienen muchas empresas ya registradas y cuando uno llega, le muestran la lista para que uno escoja. De hecho, en la de España, hasta tienen la lista de empresas disponibles en su sitio.

Si es tan fácil hacerlo (los panameños de una vez le dicen a uno que ni siquiera necesita viajar a Panamá) no es de extrañar que tan fácilmente se le pueda jugar la vuelta a las "autoridades", como lo hicieron, nuevamente, los del BC. Así que ya sabe, el reino de las offshore no está accesible sólamente para quienes tienen millones; están accesibles para cualquiera. ¿No sería ya tiempo de darle vuelta a la tortilla, y aprovechar las ventajas que presentan en lugar de que otros nos engañen utilizándolas? Se lo dejo como inquietud.

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jueves, 1 de febrero de 2007

¿Quién debe pagar?

No buscan quién se las debe sino quién se las paga.

Creo que con medidas de hecho no se resuelven las cosas. Tratar de salir de la desgracia propia cargando a otros inocentes con nuestra carga, tampoco es la solución.

Las personas que depositaron sus ahorros a través del Banco de Comercio y que tienen muchas posibilidades de perder una buena parte, han empezado a recurrir a medidas de hecho para obligar a "las autoridades" a que les compensen con el dinero de los tributarios, el dinero que les estafaron.

Entiendo la desesperación que puede a uno embargarle al descubrir el engaño de que fue víctima, pero no creo que eso justifique el que busquemos resarcirnos a cualquier precio, indistintamente de quiénes sean los inocentes que paguen el pato.

¿No estamos, de esa manera, convirtiéndonos en lo mismo que condenamos? ¿En qué nos diferenciamos de aquellos que nos estafaron y nos robaron nuestro dinero? ¿Es correcto que busquemos quién nos las paga en lugar de quién nos las debe? ¿Es correcto que todos los guatemaltecos nos regresen un dinero que ellos no nos quitaron? ¿Quién nos debería pagar nuestras pérdidas?

Son todas preguntas que me hago y que esperaría que las personas que están ahora atravesando por este mal momento se hicieran. Entiendo que cuando es a uno que le pasa, lo más fácil es tratar de recuperar el dinero a como dé lugar, y no preocuparse de los dilemas éticos. Pero, lamentablemente, recapacitar en esos dilemas éticos, es lo único que nos puede separar de convertirnos nosotros mismos en eso que tanto, al momento, desdeñamos.

Es cierto: esos que nos estafaron podrán ser unos desgraciados y podemos desearles hasta de qué se van a morir, pero, ¿justifica eso entonces que nosotros veamos quién más nos las paga?

Pero alguien dirá que son las "autoridades" las culpables por no haber supervisado adecuadamente a los "banqueros", por lo que son ellos quienes tienen que pagar. Ahora bien, aún aceptando ese argumento, resulta que no son las "autoridades" quienes nos lo pagarían, es decir, no es que Oscar Berger vaya a sacar Q1,800 millones de su chequera personal, ni mucho menos Willy Zapata. Ellos lo que harían (de hecho, ya lo han hecho) es sacar la chequera del gobierno y girar un chequezote por esa cantidad casi inimaginable, para que se gire en contra de los dineros de los tributarios. No son los gobernantes los que pagan, sino otros ciudadanos, iguales a nosotros (de hecho, hasta nosotros mismos), quienes terminarán pagándonos.

Es cierto que la mayoría de ellos ni siquiera se darán por enterados y no lo "sentirán" (por aquello de que ojos que no ven, corazón que no siente"), pero eso no lo hace más justificable moralmente. Les recomiendo analizar si lo que están haciendo es la mejor vía para
solucionar su problema.

Publicado en Prensa Libre el 1° de febrero de 2007.
Foto Prensa Libre: Émerson Díaz.

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