¿Para qué seguir en la ruta que ya demostró 100 años de fracasos?
La amenaza del narcotráfico es el tema principal en las reuniones de burócratas internacionales. En la reciente reunión de la OEA, por ejemplo, se “pusieron de acuerdo” en el ataque frontal al mismo.
En la reunión que habrá a fin de mes y a la que llegará incluso Hillary Clinton, también el enfoque es el mismo. Lamentablemente, a pesar de que la experiencia de más de cien años demuestran que ha sido un completo fracaso, los burócratas siguen empeñados en seguirse topando contra la pared. Esa es la ruta equivocada que solo nos llevará a más muerte y destrucción sin que se reduzca para nada el consumo de drogas. Ya no podemos seguir así.
Lo peor es que, por ignorancia o temor a contradecir al Departamento de Estado y sufrir su censura, los candidatos a dirigir el Ejecutivo en la próxima administración ya cayeron en ese mismo juego, utilizando el “combate del narcotráfico” como su caballito de batalla para garantizar que conseguirán “seguridad” durante su gestión. ¡Qué equivocados están! De esa forma no se conseguirá la “seguridad” nunca. Si no me creen, vean el ejemplo de México, y para no ir más lejos, en Guatemala poco falta para encaminarnos en esa misma vía.
La solución no es, como dice Colom, criminalizar más las drogas. Todo lo contrario. La ruta para salir de ese desgraciado destino al que nos está orillando la guerra contra las drogas es legalizarlas. ¿Tan difícil será entender esto o lo que pasa es que los intere$es para no hacerlo son muchos? ¿Sabía usted, por ejemplo, que el presupuesto para “combatir la droga” en Estados Unidos es de más de US$26 mil millones anuales?
No se deje engañar. La guerra contra las drogas ha sido un total fracaso. Los tratados contra la drogas vienen desde 1909 y a pesar de que casi todos los países del mundo forman parte de esos tratados, luego que se declarara abiertamente la “guerra contra las drogas”, hace más de 40 años, el consumo se ha mantenido básicamente igual, porcentualmente hablando, ya que en números absolutos se ha incrementado.
Para que se dé una idea del fracaso, el principal productor de opio en el mundo es Afganistán, país que ha tenido presencia militar estadounidense desde hace 10 años, mismo período en el que la producción de opio en ese país ha crecido, al grado, que el año pasado los mismos gringos tiraron la toalla y cambiaron sus políticas para tratar de “incentivar” que los afganos se dedicaran a otros cultivos.
Mucho se dice también sobre cómo se “acabó” la violencia en Colombia combatiendo al narcotráfico. Sin embargo, la información no cuadra. Si bien es cierto que entre el 2000 y el 2002 se redujo el cultivo de la coca allí, del 2003 para acá se ha mantenido más o menos constante y a la fecha sigue produciéndose allí más del 40% de la coca mundial. ¿Qué pasó? No lo sé, pero mi apuesta es que llegaron a la conclusión de que mejor dejaban a los narcos en paz y se dedicaban a velar por la criminalidad común. No tengo los pelos de la burra en mis manos, pero los seguiré buscando.
En el caso de Guatemala, a los candidatos les recomiendo, si no tienen las agallas para proponer y defender la legalización de las drogas, por lo menos actúen inteligentemente y dediquen sus esfuerzos a combatir la criminalidad común, es decir, a los ladrones que matan personas por robarles un pinche celular, a los mareros y extorsionistas que mantienen en increíble zozobra a la mayoría de guatemaltecos, y dejen que los gringos continúen su tonta y fracasada guerra contra las drogas por su cuenta.
*Si quiere ver algunas de las fuentes, las pongo en www.jorgejacobs.com
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 9 de junio de 2,011.
- International Drug Control Policy, Congressional Research Service, Liana Sun Wyler.
Este informe es muy revelador.
- World Drug Report 2,010, United Nations Office on Drug and Crime
- National Drug Threat Assessment 2010, U.S. Department of Justice, National Drug Intelligence Center
- Global Commission on Drugs Report, Global Commission on Drugs
- Drug Decriminalization in Portugal: Lessons for Creating Fair and Successful Drug Policies, by Glenn Greenwal, Cato Institute
- Mexico's Failed Drug War, by Jorge Castañeda, Cato Institute
- The Budgetary Impact of Ending Drug Prohibition, by Jeffrey A. Miron and Katherine Waldock, Cato Institute
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