Se dice fácil pero es realmente un logro tremendo...
Vivir una vida larga, provechosa y feliz es el sueño de la mayor
parte de personas. No todos lo logran, pero de seguro la mayoría
tratamos. En el caso de las empresas y los emprendedores que las
impulsan el sueño no es muy diferente, aunque aquí las posibilidades de
éxito son mucho menores. De ahí que encontrar una empresa que llega
vivita, coleando y con muchas expectativas a sus primeros 125 años es
un acontecimiento digno de celebrar.
Este año se conmemoran los 125
años de fundación de la Cervecería Centroamericana.Casi podría garantizar que cuando Mariano y Rafael Castillo Córdova
se lanzaron a la aventura de crear esta empresa —que por cierto no fue
su primer emprendimiento— no podrían haber imaginado en lo que —125 años
y cinco generaciones de descendientes después— se llegaría a convertir.
Para quienes nunca se han lanzado a la aventura de crear una
empresa —que son la mayoría— es muy difícil entender lo complicado que
es el mundo de los emprendimientos. Como me decía Chris Gardner hace unos
días, uno no puede llamarse a sí mismo emprendedor hasta que no ha
pagado de su bolsillo una planilla. Pero pagar la planilla es solo una
de las tantas actividades que uno debe cumplir meticulosa y regularmente
para lograr sobrevivir en el mundo empresarial. Se debe además
desarrollar un buen producto o servicio, mercadearlo y venderlo bien,
atender a los clientes, conseguir financiamientos, velar por un
sinnúmero de complicaciones administrativas y, por si no fuera
suficiente, lidiar con todos los obstáculos que los gobernantes le ponen
a uno a cada paso que da.
Sí, la vida de los emprendedores no es fácil. Las estadísticas lo
comprueban. En Estados Unidos, donde tienen más datos, se dice que solo
el 5% de las empresas logran sobrevivir los primeros cinco años. ¿Y el
otro 95%? Cerraron. No pudieron resistir. No lograron vender sus
productos. No lograron conseguir el financiamiento necesario para
mantener la liquidez. Les pusieron multas por no cumplir con algún
absurdo requisito burocrático. En fin, las razones son muchas, pero la
constante es que la sobrevivencia es mucho más precaria para las
empresas que para las personas.
Si llegar a los cinco años de vida es tan difícil, no le quiero
contar lo que cuesta sobrevivir el paso a la segunda generación. Allí la
estadística es todavía menor. De hecho, si una empresa logra realizar
exitosamente esta transición, las posibilidades del largo plazo se
incrementan.
Pero nada nunca está escrito. El éxito no está garantizado ni
escrito en piedra, ni siquiera para las empresas más exitosas y grandes
del mundo. Hasta los gigantes caen. Ejemplos abundan de empresas que
llegaron a dominar una industria a nivel mundial a tal grado que se les
acusaba de monopolistas, que en pocos años perdieron esa posición y se
desvanecieron en el olvido.
Ante tantas vicisitudes posibles es
impresionante encontrar empresas que han logrado sobrevivir más de un
siglo. En Guatemala tenemos una y solo ese hecho, indistintamente de los
aciertos y desatinos que se hayan tenido en el camino, es suficiente
para reconocerla. Ojalá que Guatemala pueda ser el semillero de muchas
otras empresas que dentro de 125 años puedan seguir siendo el motor de
nuestra economía.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 21 de abril de 2,012.
1 comentario:
Lastima que el producto elaborado por esa empresa sea una incubadora de alcoholicos. En AA he conocido a muchos que se iniciaron en el alcoholismo tomando espumosa y refrescante cerveza. Mas sano y mas barato es tomar agua de cebada tostada. No creen?
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