Los cambios a la Constitución podrían ser para mejor, pero también podrían dejarla peor...
La semana pasada argumenté que no estoy de acuerdo con que se
convoque a una Asamblea Nacional Constituyente porque esta implica una
amenaza directa a los derechos individuales que la actual Constitución
protege. Sí estoy de acuerdo en que se tienen que hacer reformas a la
Constitución, pero no cualquier reforma. La que yo apoyo es la de
ProReforma, que los diputados han tenido durmiendo en el Congreso.
Porque estoy convencido de que es necesario reformar el sistema para
encaminarnos hacia un verdadero estado de Derecho, lo que desde hace
años he apoyado, y lo sigo haciendo, que es la propuesta de ProReforma.
Esta es una ponencia muy bien pensada, a la cual un grupo de
intelectuales le dedicó 10 años de preparación. Adicionalmente, en
ProReforma seguimos el camino establecido por la misma Constitución,
consiguiendo el apoyo no solo de los cinco mil ciudadanos que la
Constitución requiere, sino de más de 73 mil ciudadanos que la apoyan y
por lo mismo firmaron la solicitud presentada al Congreso.
Lamentablemente los diputados, sabiendo que afecta sus intereses
de corto plazo, han preferido tenerla durmiendo el sueño de los justos y
no presentarla, como es su obligación, para que la población decida si
le parece o no.
Y digo específicamente que afecta sus intereses de corto plazo,
porque aunque ellos no lo entiendan o no lo quieran reconocer, en el
largo plazo, todos, incluyendo los mismos políticos, estaríamos mejor si
se logra cambiar el sistema a manera de que se respeten los derechos
individuales de todos y que el sistema de justicia funcione de una mejor
manera a como lo hace en el presente, con los incentivos actuales.
Y aunque sé los beneficios potenciales que la propuesta de
ProReforma podría tener, tampoco soy partidario de imponerla sobre
otras, como pareciera ser que a los políticos les interesaría hacer con
sus propuestas. Considero que los ciudadanos guatemaltecos son los
verdaderos mandantes y en quienes realmente radica el poder y, por lo
mismo, deben ser ellos quienes decidan libremente si quieren que se
hagan reformas y qué reformas quieren que se hagan.
Por eso, considero que los diputados están obligados a presentar
ante la ciudadanía las propuestas planteadas cumpliendo el procedimiento
establecido por la Constitución y que sea la ciudadanía que decida lo
que desea que se cambie.
No faltará quien argumente que la ciudadanía se va a “confundir”
con varias propuestas y que por ello es mejor que los diputados hagan un
“chirmol” de las mismas, de acuerdo con lo que ellos consideren mejor, y
que la ciudadanía entonces solo tenga que decir sí o no a una sola
propuesta.
A lo que yo argumento que no podemos menospreciar a la
ciudadanía, creyendo que son borreguitos que no entienden las
propuestas. Muchos de los ciudadanos podrán no tener educación formal,
pero eso no quiere decir que no entiendan nada o que no tengan sentido
común. Así que, si los políticos quieren cambiar la Constitución, que
propongan sus propias reformas, pero consulten todas las propuestas a la
ciudadanía y que sea esta la que decida. O qué, ¿le tienen miedo a que
los ciudadanos decidan?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 14 de Junio de 2,012.
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