Como era de esperarse, el paquetazo y la ley anti inversión II han reducido la recaudación fiscal...
Cuando dijimos que el paquetazo fiscal y las leyes antiinversión
tendrían como resultado que la recaudación bajara, se nos tildó de
locos, antisistema, antipatriotas, defensores de los evasores y muchas
otras cosas que por respeto a los lectores prefiero no repetir. Pero el
tiempo pasa y las primeras evidencias empiezan a confirmar lo que en su
momento aseveramos.
En unas declaraciones dadas el día lunes ante
diputados de la bancada de la UNE, Dorval Carías, viceministro de
Finanzas, indicó que se tenía previsto que la carga tributaria llegara este
año al 11.1%; sin embargo, no se cumplirá con ese presupuesto, y lo
más probable es que la carga tributaria cierre el año en 10.9%. De una
vez se adelantó el viceministro a acusar como responsable de esta
recaudación menor a “la falta de aprobación de la ley que flexibilizaría
el secreto bancario y que le permitiría a la Superintendencia de
Administración Tributaria (SAT) acceder a la información de las cuentas
bancarias de los contribuyentes” (elPeriódico, 10/7/12, p.10).
¡Qué fácil es para los burócratas y tecnócratas zafar bulto de sus metidas de pata!
Es importante recordar que durante mucho tiempo los burócratas,
los tecnócratas, los del G40, los de la ONU, etc. nos estuvieron
remachando que con las leyes antiinversión —antievasión, por si no lo
entendió— y con el paquetazo fiscal —pacto fiscal, para ellos— se iba a
incrementar la recaudación. Ese era el gran argumento para justificar
la aprobación de estas leyes. También era el argumento para descalificar
cualquier oposición: los que se oponen es porque no quieren pagar más
impuestos.
Pues bien, a pesar de la oposición que algunos hicimos, el
mundillo político y tecnócrata logró la aprobación de ambas leyes
antiinversión, logró la aprobación del paquetazo fiscal y solo le quedó
pendiente la eliminación del debido proceso para pasar sobre los
derechos de los ciudadanos —lo que eufemísticamente denominan “eliminar
el secreto bancario”—. Se aprobaron y ya están en vigencia, con
excepción de algunas normas que empiezan a funcionar el año entrante.
¿El resultado?, como ya lo veíamos venir quienes en su momento lo
advertimos: la recaudación tributaria empezó a “desacelerarse”. Ahora ya
pasamos al siguiente grado y la recaudación está cayendo. Para su
referencia, el año pasado la carga tributaria fue de 11.0%. Si lo que
todos los impulsores de esta legislación dijeron fuera cierto, la misma
debiera crecer este año, que de hecho es lo que tenían “presupuestado”;
sin embargo, la realidad es que, lejos de crecer, la carga tributaria
disminuirá. Por aquello de las dudas, hago la comparación de la
recaudación en términos relativos y utilizando sus propias cifras, para
que no salgan con otras excusas.
Lamentablemente el tiempo nos da la razón. Lo peor es que la
caída de la recaudación tributaria es el menor de los problemas. Las
consecuencias serias apenas las empezamos a percibir: caída de la
inversión, caída del empleo, empresas que han trasladado sus operaciones
a otros países. El año entrante las consecuencias serán mucho peores.
¡Lástima que los políticos no entienden de estas cosas y se dejan
apantallar por los “expertos” que en su vida han creado riqueza ni
pagado una planilla!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 12 de julio de 2,012.
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