En 1998 iniciamos, con el doctor Armando De la Torre y Marta Yolanda Díaz-Durán, una aventura radial que ni nosotros mismos nos imaginábamos que nos llevaría tan lejos. Hoy, 10 años después, Marta Yolanda y yo seguimos al aire, tratando de que todos los que nos escuchan, así como nosotros mismos, podamos ir aclarándonos las ideas. Todo ese tiempo, sin interrupciones, hemos estado día a día conversando con la gente que nos ha concedido el favor de su audiencia.
Al inicio, como dice Marta Yolanda, parecíamos tres locos con algo que decir. El ambiente era muy distinto del actual. No se conocía eso de los programas de opinión, ni mucho menos las ideas libertarias que nosotros proponíamos, y la mayor parte de gente que nos escuchaba, o por lo menos la que nos llamaba, estaba encandilada por las promesas de oropel del estatismo. Recibíamos muchas llamadas, recuerdo, que nos decían que éramos pagados por lo ricos, por los gringos, o por los dos. Sin embargo, no desistimos. Continuamos.
Primero, el programa se llamó “¿Qué nos espera en el próximo milenio?” (tal vez como un indicativo que no teníamos idea de que duraríamos tanto al aire). Luego, el tiempo nos rebasó y tuvimos que cambiarle de nombre a “Milenio 3”. En esos programas pasamos más de cuatro años maravillosos en los que tuvimos el privilegio de compartir cada día con el doctor De la Torre, quien no había día que no nos compartiera algo de ese conocimiento enciclopédico que siempre le acompaña.
Pero, aparte de todo el conocimiento, lo que más llegué a admirar en el doctor es su inquebrantable optimismo. Yo de por sí siempre había sido algo optimista, pero la experiencia de compartir tanto con él llegó a cimentar mucho más en mí ese optimismo que le permite a uno ver que, no importa cuán oscuros se vean los nubarrones que tenemos enfrente, por muy larga que aparente ser la tormenta, siempre habrá un nuevo amanecer, siempre el tiempo se encargará de disipar las negras nubes y lograremos ver la luz que éstas obstaculizaban.
Concluida esa etapa, nos tocó volar solos. El doctor se quedó en “Milenio 3”, y nosotros empezamos una nueva aventura: “Todo a pulmón”, que ya casi cumple seis años. Aquí también hemos tenido nuestra ración de alegrías y tristezas, buenos momentos, buenísimos momentos y algunos sinsabores. La diferencia principal es que en esta ocasión nos tiramos al agua ya no solo como conductores del programa, sino como empresarios, para, como dicen, poner la billetera donde ponemos la boca (en un sentido metafórico, pero también literal).
La experiencia ha sido increíble. Junto con nuestro socio, Estuardo Zapeta, hemos aprendido mucho, hemos reído, hemos llorado, hasta nos hemos peleado, pero siempre el cariño, la amistad y la concordancia de propósitos y valores han prevalecido. Ahora la empresa produce siete programas radiales, ya no solo enfocados en la política y la actualidad, sino también en otras áreas de la vida como la música, los tabús y la empresarialidad.
Estos 10 años nos han bendecido con llegar a conocer a muchísimas personas que han agrandado tanto cuantitativa como cualitativamente nuestro círculo de amistades. Los muchos “amigos invisibles” con los que nos topamos por todas partes nos dejan entrever que algo hemos logrado. Si tan solo logramos que algunas personas se hayan aclarado las ideas y vuelto más inquisitivas, todo el esfuerzo de estos 10 años está más que recompensado.
Hoy, puedo volver la vista atrás y decir que no me arrepiento de esta aventura. Sé que Marta Yolanda tampoco.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 12 de junio de 2,008.
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