Los ingresos tributarios no están
cayendo por la crisis en Europa, sino por los problemas del paquetazo fiscal.
Como era de esperarse, el paquetazo fiscal iba a tener
consecuencias adversas en el crecimiento económico y, como consecuencia,
en la recaudación fiscal. Cualquiera -menos quienes impulsaron las
reformas- podía prever los problemas que tendría, aunque ni siquiera
los más escépticos nos imaginábamos lo nefasta que iba a ser. Lo que más
cólera da es ver a los responsables directos de los problemas,
empezando con el presidente, tratar de tapar el sol con un dedo.
La
semana pasada, cuando ya no se podía ocultar la realidad, los funcionarios de Finanzas dijeron que la recaudación tributaria
empezaba a “desacelerarse”, especialmente en el IVA de las
importaciones, pero se lavaron las manos olímpicamente —vaya ironía—,
diciendo que la culpa era de la crisis en Europa, por causa de Grecia.
¿En qué cabeza cabe que cuando hay crisis en los mercados a los que les
vendemos lo que caiga sean las importaciones y no las exportaciones?
Claro. Su arrogancia no les permite aceptar que la
“desaceleración” es una consecuencia directa de las trabas absurdas que
la nueva legislación —y eso que solo se ha empezado a implementar una
parte— les ha cargado a los tributarios. Ellos no parecen entender que
el costo de no tener un producto hoy es altísimo. Que una venta que
pierdo porque el cliente necesita el producto hoy y yo no se lo puedo
proveer es una venta que nunca haré.
En los meses que le ha llevado a la SAT “entender” la nueva
legislación, he conocido historias, cada una más trágica que la
anterior. Una amiga tuvo su negocio más de un mes sin su producto
estrella porque se tardó cuatro semanas en sacarlo de aduanas, cuando
antes se tardaba tres días. En la empresa de otra amiga, que importa
productos para toda Centroamérica, tuvieron que cambiar completamente
sus canales de distribución. Antes traían las cosas a Guatemala y de
aquí las distribuían. Desde el mes pasado movieron sus operaciones a
Honduras y ahora desde allá las envían.
Uno de los peores fue el caso de un radioescucha que tuvo que
despedir a cien empleados porque no podía sacar la materia prima de las
aduanas. ¿Creen los señores de Finanzas que el dinero se produce en
árboles o por generación espontánea? ¿Cómo quieren que crezca la
economía, y por ende la recaudación fiscal, si lo único que saben hacer
es ponerle trabas?
El premio se lo llevó el presidente, que fue a dar una vueltecita
por Santo Tomás, el sábado, y declaró: “Hice un recorrido, y no hay
colas, no hay problemas, todo estaba ordenado. Se habla de retrasos,
pero no existen”. Su vuelta por la aduana me recordó los viajes que les
daban a los turistas y políticos extranjeros en la Unión Soviética, y
los llevaban a una comunidad “modelo”, de la que regresaban hablando
maravillas porque nunca llegaban a conocer la realidad, solo el
escenario que montaban para ellos. Sálgase de la rosca, y trate de
entender a quienes quieren producir y su administración no los deja.
Según me cuentan, poco a poco han ido mejorando los tiempos en la
aduana, pero el daño ya está hecho. Los que se fueron, se fueron. Los
que cerraron, cerraron. Y eso que solo se ha implementado una parte de
la legislación. ¿Cómo estaremos cuando se implemente el resto?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 24 de mayo de 2,012.
1 comentario:
Se cumple una vez mas la ley, porque ley es, (si es mala o no queda al criterio del lector) que de los tontos viven los vivos. Tal y como le dieron su vueltesita a Otto asi mism se la dan al q se cree muy pilas de Arzu. Los coordinadores, ministros, directores, etc. les pintan las cosas al presidente y al alcalde como si fueran genios, y si lo son pero de papel, de mentiras. El problema es q los jefes no se dan cuenta.
Y ahora quien podra defendernos? Yo el Chapulin Colorado! Siganme los buenos! on tan??
too cool to be fooled but too lazy to get down to some serious buis'.
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