¿Costa Rica? ¿Hong Kong? ¿Ninguno?
La pregunta del millón sigue siendo: ¿cómo hacemos para prosperar? Algunos dicen que sigamos el ejemplo de Costa Rica. Otros mencionan a Hong Kong. Yo considero que lo importante es encontrar qué principios, qué instituciones han permitido que los habitantes de algunas sociedades alcancen un mejor nivel de vida que los de otras.
Si el énfasis va a ser en seguir algún ejemplo actual, creo que en todo caso debemos seguir los mejores ejemplos y no los "más o menos". En ese caso, yo me inclinaría muchísimo más por seguir un ejemplo como el de Hong Kong que el de Costa Rica.
Los contrastes son grandes. Según el Índice de Libertad Económica publicado por la Fundación Heritage y el diario Wall Street Journal, que utiliza cifras estandarizadas en dólares del año 2,000, el PIB per cápita en Hong Kong es de US$ 27,114, mientras que en Costa Rica es de US$ 4,410.
¿Y cómo llegó Hong Kong, sin nada de recursos naturales, sin casi nada de territorio y con muchas limitaciones a donde está hoy? Creo que la principal razón es el legado de instituciones que heredó, que le permitió convertirse en un santuario del comercio y la industria y que todavía se refleja en que nuevamente obtuvo el primer lugar en el Índice de Libertad Económica anteriormente citado, como la economía más libre del mundo.
No voy a ahondar en detalles (los que puede revisar en el sitio de la fundación, www.heritage.org), pero baste citar que en Hong Kong el comercio internacional es libre, sin ningún arancel ni barreras no arancelarias, su impuestos son bajos (la tasa corporativa del ISR es 17.5%) y el consumo del gobierno también es bajo (9.9%).
De hecho, el principal legado del Indice de Libertad Económica, desde mi punto de vista, es la gráfica de "Libertad Económica e Ingresos per Cápita" que muestra claramente la correlación de que a mayor libertad económica, mejores ingresos.
Pero voy todavía más lejos. Creo que si realmente queremos prosperar, debemos revisar lo que hicieron los países que ahora son "prósperos" cuando todavía no lo eran. Encontraremos que la mayoría de ellos se "hizo rico" entre principios del siglo 19 y principios del siglo 20. Lo que también encontraremos es que el desarrollo no se debió al "gasto del gobierno" sino a la inversión privada. Adicionalmente, si repasamos un poco esa misma historia, se verá que toda la ola de "gasto social" que acompaña al concepto de Estado Benefactor, se dio luego de ese período de capitalización no antes. Es un efecto, no una causa.
Y si queremos imitarlos, lo primero que debemos hacer es revisar nuestras instituciones. En ese sentido, yo apoyo la propuesta de la Asociación Pro Reforma (www.proreforma.org.gt) porque considero que los cambios constitucionales propuestos nos permitirán, en el largo plazo, desarrollarnos.
Publicado en Prensa Libre el 22 de junio de 2006.
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