La Navidad, o el nacimiento de Jesús, es la nueva víctima de la absurda corrección política.
En estas doradas épocas del oropel de la corrección política, cuando uno supuestamente debe tener "respeto" de las minorías so pena de ser desterrado al ostracismo por "conservador y retrógrada", resulta que ni siquiera una conmemoración con eminentes raíces religiosas y espirituales, como lo es la Navidad, se escapa de los tentáculos de la corrección política, que parece empeñada en querer sepultar en el olvido los principios, valores y tradiciones judeo-cristianas.
Una investigación reciente del periódico británico The Daily Mail, por ejemplo, reveló que las víctimas más recientes de este ataque de la corrección política son las tarjetas de navidad. En una revisión de 5,500 tarjetas, encontraron que solamente 70 (poco más del 1%) hacían alguna mención al concepto "religioso" detrás de la celebración.
Tanto los mensajes como las imágenes que hacen referencia al nacimiento de Jesús, como por ejemplo, los ángeles anunciando su nacimiento a los pastores, el niño en el pesebre o los tres reyes magos, han desaparecido de las tarjetas. Incluso escenas no "religiosas" vinculadas con la navidad, como Santa Claus o el árbol adornado, también están desapareciendo. En algunos casos se llegó incluso a obviar completamente la Navidad, al grado que una tarjeta simplemente decía: Feliz Diciembre.
La corrección política también se manifiesta en otros ámbitos. Según un reporte de una empresa de derecho laboral, el 75% de las empresas británicas evitaron adornar sus instalaciónes con motivos navideños para evitar ser demandados por cualquiera que crea que la celebración es "ofensiva".
Pero la Navidad es sólo la punta del iceberg. El cristianismo en general está siendo blanco de la corrección política, no sólo en Inglaterra, sino en todas partes. Como lo describe Jeff Randall, editor del también británico diario The Telegraph: "A una minoría tiránica de secularistas intolerantes… las enseñanzas y guianzas del cristianismo tradicional les ofende, así que buscan eliminar de la vida pública todo rastro de ellas".
En Guatemala los políticamente correctos todavía no han logrado los éxitos que han tenido en otros países con relación al cristianismo y la Navidad, pero puede estar seguro que ganas no les faltan, así que, si no tiene el valor para soportar su ostracismo, empiece a acostumbrarse al nuevo lenguaje (que es por donde primero se cuelan): el niño dios o la niña diosa; el Santa Claus o la Santa Claus, los pastores y las pastoras, los reyes magos y las reinas magas, el burro y la burra, y así sucesivamente.
Nota: Si desea leer las notas que sirvieron de base para esta columna, puede encontrár los vínculos en la sección de foros de www.radiopolis.info.
Publicado en Prensa Libre el 21 de diciembre de 2006.
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