Casi cada semana los gober- nantes de Estados Unidos y de la Reserva Federal salen con nuevos “planes de rescate” para, supuestamente, evitar que se llegue a una crisis similar a la de la Gran Depresión de los años 30. Lo triste del caso es que con cada nuevo plan, en vez de alejarse pareciera que se está acercando más la tan temida crisis.
El problema central aquí es que no han entendido o no quieren entender, o, peor aún, no les conviene entender, que la raíz de todo el problema fue precisamente la intervención estatal, tanto a través de regulaciones y de supuestos “incentivos a la propiedad”, así como por medio de la manipulación de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal.
Si no se entiende el problema es muy difícil que se pueda llegar a una solución al mismo. En este caso, todo lo que se ha planteado con los famosos planes de rescate es más de lo mismo, con el agravante que se ha orientado a “rescatar”, con dinero de los contribuyentes, a quienes menos se lo merecen, debido a que fueron quienes más irresponsablemente actuaron ante las circunstancias que plantearon la Reserva Federal y el Gobierno de Estados Unidos.
Lo correcto y lo mejor en este caso era enfrentar el mal momento, y dejar que quebraran quienes tenían que quebrar. Las quiebras son precisamente el mecanismo de mercado que sirve para salir de las malas inversiones y de las empresas que no han servido adecuadamente al público. Pero, por el temor de que las quiebras se convirtieran en un efecto dominó, los políticos han hecho todo lo que se les ha ocurrido para evitarlas, sin importarles que con ello se pasen llevando, no solo una inmensa cantidad de recursos de los contribuyentes que no tendrían porqué estar corriendo con esos costos, sino, además, los mismos principios que dicen “defender” con los planes de rescate.
Y lo peor de todo es que difícilmente podrán evitar los problemas que quieren evitar. Lo único que lograrán, si es que lo logran, es aplazar el problema.
Y ahí es adonde llegamos al meollo del asunto, creo yo.
No sería de extrañar que todas las decisiones que los políticos están tomando actualmente tengan un solo propósito en mente: “aguantar la peña unas semanas hasta las elecciones; de ahí en adelante, que venga lo que haya de venir”. En este caso, los republicanos estarían tratando de perjudicar lo menos posible la campaña de McCain, y si en todo caso pues no gana, entonces que vea Obama cómo se las arregla con el tétrico panorama que le dejarán.
Quizá es una línea de pensamiento un cacho jalada, pero como hemos llegado a aprender en nuestras latitudes, con los políticos, “piensa mal y acertarás”. Lo triste del caso es que, como en casi todas las decisiones que toman los funcionarios públicos y los políticos, no son ellos quienes deberán pagar las consecuencias, sino los demás. En este caso, primero los contribuyentes gringos, pero atrasito de ellos vamos todos los demás, ya que al paso que va esta crisis, las dimensiones que puede tomar son muy grandes.
En resumen, de que no nos libramos de un mal rato, no nos libramos. Y lo mejor es al mal paso darle prisa, y enfrentarlo de una vez, y no esperar a que, con unas pocas aspirinas (y carísimas), se va a resolver el problema que necesita una cirugía mayor. Lo que le recomiendo es que se prepare, porque la cosa pinta para largo y pesado.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 16 de octubre de 2,008.
1 comentario:
Jorge,
Nuevamente intervencionismo estatal, ahora la idea consiste en estatizar bancos, como que eso fuese a resolver el problema.
Las cosas caen por propio peso, y la crisis financiera fue gestada (voluntaria e involuntariamente) desde hace años por descuidos, y sobre todo por una asfixiante intervención gubernamental que generó una burbuja de bonanza, la cuál recién hace poco más de un año estalló.
Gracias por sus emisiones radiales y comentarios escritos, son verdaderamente una fuente de información y formadores de conciencia.
Saludos,
Les invito a que visiten mi blog, y sus comentarios son bienvenidos:
http://librepensadorgt.blogspot.com/
Iveen Duarte
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