jueves, 9 de octubre de 2008

El Chantajista

La solicitud de Álvaro Colom de incrementar el presupuesto para dar seguridad no es más que un vil chantaje. Estamos claros en que la criminalidad es la principal preocupación actual de todos los que vivimos en Guatemala, y que eso hace del brindar seguridad un ofrecimiento político atractivo. Sin embargo, el que se ponga como la zanahoria para engatusar a todos los… diputados, para que aprueben un considerable incremento en el presupuesto de malgasto del gobierno y el consiguiente incremento a los impuestos es un chantaje al mejor estilo de los mareros, secuestradores y demás criminales.

Respaldo lo dicho en las siguientes declaraciones de Colom:

“Esta es una decisión nacional: si quieren seguridad, hay que invertir en seguridad”.

“Lo hemos hablado con el ministro de Finanzas; esto es como poner un sobrepresupuesto en el presupuesto normal, no queremos afectar el normal, eso tiene que ser una decisión de las consultas que hagamos de cómo vamos a financiar como país y nación un tema que nos está afligiendo a todos”.

“Eso hay que verlo como cuando una persona toca un cable de alta tensión y es ingresada en un cuarto de cuidados intensivos: allí la familia del lesionado no ve el límite de ninguna naturaleza en gastos, y la seguridad de Guatemala está moribunda en un cuarto de cuidados intensivos”.

El punto crucial del chantaje es que la función principal de cualquier gobierno es brindar justicia y velar por la seguridad de los habitantes de su país; sin embargo, Colom la pone como la última prioridad.

¿Por qué lo digo? Porque, como dice el refrán, “ponga el dinero donde pone la boca”, y en este caso, Colom dice que la seguridad esta “moribunda”, pero no está dispuesto a asignarle el presupuesto requerido por él mismo para “empezar” a curarla. Lo dice muy claramente: el presupuesto “normal” es para las cosas “normales” que hace el Gobierno. Si quieren seguridad, caigan muertos con más dinero, porque lo demás, de lo que vivimos los burócratas y hacemos fortuna los políticos, eso sí no se toca. Siguiendo su mismo ejemplo, sería como que la familia que tiene al electrocutado en el hospital asigne todo su dinero como siempre lo ha utilizado, como si nada estuviera pasando, y para pagar los cuidados de su enfermo salga a la calle a robarle su dinero al primer despistado que pase.

Si realmente le preocupara la inseguridad que vivimos todos los demás, el primer monto asignado en el presupuesto sería el de seguridad, y luego a ver para qué alcanza lo demás. ¿Por qué, por ejemplo, no dejó en esa ampliación de los Q3 mil millones el presupuesto de la Cohesión Social?

Espero que los diputados no se dejen chantajear. A Colom no le interesa la seguridad, le interesa obtener más ingresos; la seguridad es solo el dulcito con el cual pretende que el Congreso apruebe más impuestos y más gastos. Lo más digno que podrían hacer, si es que todavía les queda algo de esa escurridiza cualidad entre los políticos, es no aprobar el presupuesto y que siga vigente el de este año.

Caso Pollo Ronco: no es más que un teatro del absurdo, arreglado con anticipación. La teoría que más me convence es que lo mandaron a traer al mejor estilo de Juan el Bautista: para que prepare el camino de la señora. El que lee, entienda.

Vdeluto.org: Ahora más que nunca, vístase de negro los viernes y demuestre su repulsa por el sistema actual. Pase por El Obelisco mañana, después de las 18 horas, “V” estará allí de nuevo.

Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 9 de octubre de 2,008.

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