La alternativa es que más compatriotas seguirán emigrando a buscar el sueño americano.
Hace un par de semanas
finalmente realizaron un cambio en la tramitología chapina que puede tener un
gran impacto en la salud de muchos guatemaltecos: facilitar el registro de
medicinas que ya cuentan con la aprobación de agencias reguladoras de medicinas
de otros países –que cumplen ciertos requisitos-. Este es un buen ejemplo de
cómo se puede ir cambiando el sistema con pequeños cambios que parecen
sencillos pero cuya trascendencia puede ser muy grande.
Desde hace muchos años
he dicho que es absurdo que un país pequeño y con muchas necesidades se quiera
dar el tupé de “verificar” que algún producto es “bueno” para la salud, cuando
este producto ya ha pasado por ese proceso de verificación en otros países con
más recursos. Por ejemplo, hay muchos medicamentos que han pasado todo el
tortuoso procedimiento de aprobación de la FDA (Administración de Alimentos y
Medicinas de Estados Unidos) –procedimiento que puede llevar muchos años y
miles de millones de dólares cumplir- que cuando los querían comercializar en
Guatemala tenían que pasar por todo un proceso para averiguar si era “bueno” para
la salud de los guatemaltecos. ¡Por Dios!
Por inaudito que le
parezca, ese procedimiento estaba vigente hasta hace unos días en nuestro país.
Era un absurdo proceso burocrático cuyos resultados más palpables eran
precisamente los que mencionó el Ministro de Salud cuando anunció el cambio:
posibilidades de corrupción y precios más altos de las medicinas para los
guatemaltecos.
¿Alguien en su sano juicio creerá que el proceso en Guatemala podría ser más exhaustivo y completo que el de la FDA?
Si ya una empresa se
gastó muchos millones de dólares para cumplir con todos los requisitos de la
FDA, ¿qué sentido tiene que aquí en Guatemala se desconozca dicho proceso y se
le obligue a realizar todo un proceso nuevo para que los burócratas
guatemaltecos “verifiquen” que la medicina hace lo que dice que hace? ¿Alguien
en su sano juicio creerá que el proceso en Guatemala podría ser más exhaustivo
y completo que el de la FDA? Y eso que la FDA no es santo de mi devoción y la
considero responsable de retrasar –y en algunos casos matar- el desarrollo de
nuevas medicinas, precisamente por lo tortuoso y caro que se ha vuelto el procedimiento
de autorización.
Así que, felicito al
Ministro de Salud por tomar esta decisión y de una vez hago un llamado al
Congreso para que lo oficialice como ley, no vaya a ser que el siguiente
Ministro que venga se le ocurra revertir este acuerdo gubernativo.
Este es un buen
ejemplo de cómo se pueden reducir o eliminar muchos requisitos burocráticos sin
sentido cuya única finalidad pareciera ser obstaculizar el desarrollo de los
guatemaltecos. Son precisamente muchos de estos requisitos burocráticos absurdos
los que se convierten en la excusa perfecta para la corrupción. Si realmente
queremos combatir la corrupción hay que presionar a los gobernantes a eliminar
todos aquellos trámites innecesarios. De esa manera, no sólo se reducirán las
oportunidades de corrupción, también se promoverá una mayor actividad
económica, especialmente ahora que tanto se necesita.
En la actual situación
donde la mayoría de índices se está yendo a pique, una de las prioridades de
todos debiera ser cómo logramos que venga más inversión a nuestro país. No nos
engañemos, la situación no mejorará mientras no haya más inversión. Y no habrá
más inversión si las señales que se envían en casi todos los frentes son de
amenazas en contra de la inversión.
Lo que necesitamos en
Guatemala es más inversión, más empleos, más empresas, más generación de
riqueza. Esa es la única salida. La alternativa es que más compatriotas
seguirán emigrando a buscar el sueño americano, Trump o no Trump, con muro o
sin muro.
Artículo publicado originalmente en Prensa Libre el viernes 29 de junio de 2018.
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