El entrevistado fue muy moderado en sus comentarios, aunque sí recalcó que sus agremiados definitivamente están sufriendo mucho ya que sus negocios se han venido para abajo. Contó que ahora es más difícil (si es que no prohibido) estacionarse hasta en muchas de las calles "a la vuelta" de la Bolívar, lo que dificulta todavía más la viabilidad de los negocios en esa arteria.Solicitaron a las autoridades que sean más flexibles y que, por ejemplo, durante un período de transición (lease, en lo que ven a dónde se trasladan, si es que lo logran hacer antes de quebrar), por lo menos permitan algunos horarios (no pico) para que puedan realizar carga y descarga de sus productos.
A como veo la cosa, la situación es muy difícil para todos estos pequeños y medianos empresarios, ya que no le veo ningún futuro comercial a dicha arteria debido a las restricciones municipales. La única opción viable que veo es que se vayan a otra parte, pero como explicó el invitado, no es tan fácil, con tan poco presupuesto y capital que tienen estos pequeños empresarios, cambiarse de ubicación y aguantar el tiempo de "reacreditación" del negocio.
Mi conclusión fue que quienes tienen sus empresas en las arterias donde pronto se construirán nuevos ramales del Transmetro (la Roosevelt, por ejemplo) deben empezar a planificar qué hacer antes que los agarren los calzones bajos, como les sucedió a los de la Bolívar. En retrospectiva, creo que también debí añadir que una buena opción es reenfocar sus negocios hacia servicios para los transeúntes que necesariamente pasarán frente a sus negocios en su camino hacia las paradas del Transmetro.
Una parte muy interesante del programa fueron las llamadas del público, que sospechosamente fueron la mayoría en apoyo del Transmetro y la Muni (las malas lenguas dicen que cada vez tienen un más sofisticado call center). Al respecto, me gustaría acotar un par de temas.
- El Transmetro, en efecto, es muy ventajoso para un grupo de personas, léase los usuarios del transporte urbano en esa ruta, ya que les permite llegar más rápidamente y, por lo menos en el trayecto, con mayor seguridad que antes. Eso no lo niego. Mis comentarios al respecto siempre han ido encaminados hacia el costo que todos los demás tienen que pagar por ello. Y no me refiero sólo a los automovilistas, sino también a otros usuarios del transporte público que no viven en la zona que abarca el Transmetro, los habitantes de Villa Nueva, Amatitlán y Palín, por ejemplo, quienes ahora deben pasar por el calvario que es llegar hasta la Centra, antes de poder abordar el Transmetro y de allí llegar más rápido al Trébol o al Centro Cívico. Aquí puede encontrar un comentario muy interesante de uno de los "amigos invisibles" que incluso participó llamando al programa (fue, de hecho, quien primero utilizó el término "daños colaterales").
- Uno de los argumentos utilizados por los defensores telefónicos del Transmetro es el maniqueísmo de que los que tienen vehículos son "ricos", "hasta tienen ama de llaves" indicó uno de los que llamaron. Ese es un argumento populista propio de la lucha de clases que, para principiar, no es cierto. Si lo fuera, ¡Aleluya! ¡ya salimos de la pobreza!, ya que sólo en la capital habrían cerca de 900,000 "ricos", según los estimados que publican los medios de comunicación. No nos dejemos engañar por esos argumentos resentidos. De lo que yo he podido ver, el sueño de casi cualquier persona que vive en la capital es algún día poder comprarse aunque sea un su "pichirilo" viejito con el cual pueda librarse de la inseguridad que hasta la fecha se vive en la mayor parte del transporte público y las calles de la ciudad. En las atorazones de tráfico que paso todos los días por la Aguilar Batres y la Villalobos, los carros de "rico" son la excepción, la mayoría son carros ni muy nuevos ni muy caros.
- Es absurdo tratar de tapar el sol con un dedo. Si bien es cierto el Transmetro resolvió unos problemas, también es cierto que creó otro montón. No podemos simplemente hacernos de la vista gorda y desentendernos de la realidad, esperando que solita se componga y acusando a todos los que se quejan de no ver las "ventajas" del nuevo sistema. Uno de los que llamó incluso nos acusó de "tener intereses velados" en el tema ya que lo tratamos mucho en los programas, tanto en Todo a Pulmón como en Contravía. Mi respuesta es que ni soy transportista, ni tengo interés en ser Alcalde (y estoy seguro que los otros conductores de los programas tampoco), en todo caso, soy un simple "usuario" de la Aguilar Batres. Y a todo esto, ¿a cuenta de qué tiene uno que postrarse ante los designios de las autoridades como si fuera Dios mismo quien los dictó y anatema todo aquel que ose desafiarlos?
- Pero el comentario que realmente me molestó fue el de una señora que dijo que el problema es que los guatemaltecos somos unos irresponsables y que a todo llegamos tarde y luego vemos a quién le echamos la culpa y que entonces usamos el tráfico como una excusa. Que lo que tenemos que hacer es salir más temprano y dejar de estar quejándonos. Ha de ser muy fácil decir eso cuando no se tiene que despertar a los hijos pequeños a las 4 de la mañana para que se alisten para ir al colegio. Salir de la casa a las 5 de la mañana o antes para lograr llegar al colegio a tiempo para recibir clases, o al trabajo antes de las ocho para que no lo despidan a uno. Y luego en la tarde pasar nuevamente por el suplicio de otro par de horas en el recorrido de regreso a casa, sólo para llegar extenuado (y los hijos todavía tienen que llegar a terminar sus tareas) para luego medio dormir unas horas y empezar nuevamente la rutina. Discúlpeme señora, pero todos esos cientos de miles de personas, adultos y niños, que pasan diariamente un calvario para cumplir con sus responsabilidades, podrán ser cualquier cosa, menos irresponsables.
Si quiere escuchar la entrevista lo puede hacer aquí. (sólo hasta el 28 de febrero).
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3 comentarios:
Hola. Por supuesto que el Transmetro es beneficioso para los usuarios del transporte urbano (en perjuicio de todos los demás). Aquel es el objetivo de los dioses del Palacio de la Loba. Quieren que todos seamos usuarios del transporte urbano y por eso están haciendo la ciudad hostil a los automóviles particulares. Por eso hacen las calles más estrechas, por eso prohiben el estacionamiento en calles aledañas a vías principales. El objetivo es modificar por la fuerza las decisiones racionales de las personas.
No hay duda, de hecho, ellos mismos lo afirman, que ese es el propósito. Me gustaría saber cuántos de los dioses se transportan habitualmente en el mismo transporte urbano que le desean imponer al resto...
Aunque me considero liberal en muchos aspectos, creo que uno de los lugares para la planificacion centralizada es, precisamente, el transporte masivo en ciudades que llenen las caracteristicas necesarias desde el punto urbanistico. Guatemala ya llego a ese punto: por primera vez se ha creado un sistema de transporte publico que prioriza al usuario en vez de al automovilista (los que, por cierto, ya no cabemos en las calles citadinas, que no van a crecer en un futuro proximo).
Ahora les tiro la chibolita a los "neos", "libes" o "libertarios" (de los que, a veces formo parte, pero no en este tema):
Que alternativa ofrecen al transporte publico masivo centralizado?
Debemos ser unos monigotes en las manos de la publicidad de las empresas productoras y distribuidoras de vehiculos automotores y de las empresas que extraen y refinan combustible -que son las que ganan plata con los 900,000 vehiculos que circulan en nuestra ciudad?
Para conducir un intercambio de ideas, me gustaria conocer sobre ejemplos, datos y cifras de lugares en los que el transporte publico "liberal" ha funcionado...
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