Este es un lugar en el cyberespacio para compartir ideas. Las mías, en particular, se centran alrededor de la libertad individual que nos permite desarrollarnos y llegar a ser todo lo que queremos ser. Mis Ideas se publican originalmente todos los viernes en el diario Prensa Libre de Guatemala.
viernes, 25 de enero de 2008
jueves, 24 de enero de 2008
Nocivos impuestos
No se necesitaron muchos días para que la administración socialdemócrata empezara a sacar las uñas. Apenas cuatro días después de tomar posesión, el vicepresidente declaró que pondrían más impuestos a las actividades “nocivas”, para agenciarse fondos para el sistema de salud. Siempre la solución fácil, “pongamos impuestos”, sin siquiera primero preguntarse qué se hace con los miles de millones de quetzales que recibe anualmente el erario.
Las irresponsables declaraciones del vicepresidente solo compiten con las de uno de los diputados oficialistas que le siguió la corriente al vicepresidente y llegó al colmo de declarar: “La iniciativa de ley ya está hecha. No nos gusta llamarlo incremento de impuestos, sino más bien, aumento de los precios”. ¡Ve qué de a petate! Por lo menos que tengan la decencia de aceptar la responsabilidad de sus decisiones, y no que se quieran ocultar tras las enaguas de un eufemístico “aumento de precios”.
Por lo menos hay que reconocerle al diputado que, tal vez sin querer queriendo, reconoció la verdad que a todos los políticos, burócratas y tecnócratas no les gusta aceptar abiertamente: incrementar los impuestos generalmente implica un aumento de precios a los productos.
Y es que no debemos perdernos. Los adoradores del Estado siempre argumentarán que son “otros” los que pagarán los impuestos: los empresarios, los ricos, los viciosos, en fin, otros, no usted. Pero esa solo es la mentira con la que engañan a la gente para que los apoye en su interés de sacarle más dinero del bolsillo a, nada más ni nada menos, que a usted y a toda la gente que vivirá engañada creyendo que “fregó” a otros. La realidad es que todos los impuestos van incluidos en los precios de lo que usted paga por casi todos los productos que compra todos los días. Así como lo oye. En el precio de ese litro de leche o, para hacerlo más congruente con las declaraciones del vicepresidente, en el precio de ese su “traguito”, van incluidos no sólo el Impuesto al Valor Agregado, sino también el Impuesto sobre la Renta que pagará la empresa que lo fabricó de las utilidades que percibió al vender ese producto. Van también todos los otros impuestos que se pagaron con los insumos que se utilizaron para producirlo, como por ejemplo el impuesto a los combustibles. Y así sucesivamente. Así que no se deje engañar: todos los impuestos que el Gobierno cobra salen de lo que usted paga por los productos que compra todos los días.
Lo triste del caso es que, en todo este embrollo fiscal, los malos siempre son los tributarios, pero a los que utilizan mal esos impuestos (que generalmente son la mayoría de funcionarios, y no me refiero sólo a que los roben sino también a que los utilicen de manera tonta, ineficiente y despilfarradora), a ellos nunca se les cuestiona sobre el buen o mal uso que hacen de los mismos. ¿Será justo ese sistema?
Publicado en Prensa Libre el jueves 24 de enero de 2,008.
martes, 22 de enero de 2008
La suerte y el trabajo
jueves, 17 de enero de 2008
La duda del beneficio
He dicho públicamente (en el pro- grama radial Todo a pulmón) que no considero conveniente ni necesario dar el así llamado “beneficio de la duda” a la administración de Álvaro Colom. Las críticas a mi postura (en la que no estoy solo) no se han dejado esperar y han sido de los más variados calibres, desde las amables sugerencias a repensar mi postura, hasta los amargos reclamos da más de alguno de los que todavía está esperando el hueso anhelado.
Ante la oposición natural del statu quo por lo que aparentemente es el rompimiento de una larga tradición, expongo las razones de mi postura.
Primero, ¿qué es eso del “beneficio de la duda”? Es una costumbre casi vuelta ley de que cada vez que llega un nuevo gobernante se le debe dejar estar tranquilo en lo que se asienta en el puesto y que, durante ese período, no se le debe criticar, cuestionar, argumentar, preguntar, inquirir sobre sus actuaciones al frente del erario. Presumo, aunque lo desconozco, que esta costumbre surge de la ancestral “cortesía”.
¿Quiere decir eso que soy descortés? Probablemente, pero prefiero ser descortés a las autoridades que infiel a mis principios.
Y ¿por qué no les doy el “beneficio de la duda” a las nuevas autoridades? Sencillo. Porque ellos ya dijeron lo que van a hacer y yo creo que están equivocados. Pasaron ya suficiente tiempo e indicaron claramente cuál es su visión de lo que quieren hacer en el Gobierno: básicamente, uno más grande que, según ellos, logrará esa utopía de la redistribución de la riqueza. Sinceramente, creo que van por el camino equivocado, y no puedo prestarme a apoyarlos en llevar al despeñadero a Guatemala.
Lo ridículo del asunto es que he dicho que podría, quizás, darles el beneficio de la duda a los funcionarios, de que van con buenas (aunque equivocadas) intenciones y no con la idea de pasar a mejor vida (a robar, pues), gracias a los impuestos de los tributarios. Y resulta que las mismas personas que me critican por no darle el “beneficio de la duda” a la administración, me dicen que no sea baboso, que eso es algo que definitivamente no debería esperar.
Entonces, ¿en qué quedamos? Resulta que no creen que los funcionarios sean honrados, pero a la vez mantienen la hipócrita postura de voltear la cara y hacerse los locos de lo que hagan (o no hagan) durante los primeros meses. ¿No cree usted que hay una perversión en esta forma de pensar? ¿O será que lo que muchos piensan es que hay que darles ese “beneficio” a estos, no sea que mañana sean ellos los afortunados y también les agradaría que los demás voltearan la cara y se hiciera los locos?
Yo prefiero ser honesto conmigo y con mis principios, y decirles de una vez que están equivocados. Tanto lo están que hasta los mismos supuestos “defensores” de la “socialdemocracia” ya están adelantando las excusas para justificar el nuevo fracaso.
Artículo publicado en Prensa Libre el 17 de enero de 2008.
martes, 15 de enero de 2008
La cita del día - Dr. Bruce Ames
"El número de cigüeñas en Europa se ha ido reduciendo por años, la tasa de nacimientos se ha ido reduciendo por años. Si grafica una a la par de la otra, tendrá una hermosa correlación. Pero eso no significa que las cigüeñas traen a los bebés".
Dr. Bruce Ames, Universidad de California en Berkeley, citado por John Stossel en su libro "Myths, lies, and downright stupidity".
viernes, 11 de enero de 2008
La cita de hoy - Albert Einstein
El prestigio del gobierno, sin lugar a dudas, se ha reducido considerablemente por la Ley de Prohibición. Ya que nada es más destructivo para el respeto al gobierno y a la ley de la tierra que pasar leyes que no se pueden hacer cumplir. Es un secreto abierto que el peligroso incremento del crimen en este país está estrechamente relacionado con esto.
Albert Einstein, en "Mis primeras impresiones sobre Estados Unidos" [1921], al hablar sobre la ley que prohíbia el consumo de bebidas alcohólicas en Estados Unidos durante la década de 1920.
jueves, 10 de enero de 2008
¿Cambiará algo?
¿Cambiará algo con cambiar a las personas?
A las puertas del cambio de gobierno, la principal incógnita a resolver es si cambiara la situación con la llegada de una nueva administración y un casi-nuevo Congreso. Con todo y las buenas intenciones que algunos o la mayoría de los nuevos funcionarios puedan tener, la triste realidad es que difícilmente cambiará la situación del país.
Cambiarán los rostros, muy probablemente cambiará el "estilo" de administrar la "cosa pública", seguramente cambiarán de "status" económico los nuevos allegados a la silla de los 44 mil millones de quetzales anuales, pero la situación del resto, con la sola excepción de algunas pinceladas, continuará igual.
Y me atrevo a decir que continuará igual porque si realmente queremos cambiar las cosas, se necesita cambiar el sistema. Sólo cambiar a las personas no es suficiente. Cambian los matices pero el sistema sigue igual.
No importa que los nuevos gobernantes vengan con el discurso de que habrán cambios porque ellos son "social-demócratas" ya que, al final de cuentas, el sistema que hemos tenido durante por lo menos los últimos 60 años en Guatemala, indistintamente de que hayan sido gobernantes de "izquierda" o de "derecha", civiles o militares, ha sido un sistema benefactor, mercantilista, basado en principios socialistas.
Durante todo ese tiempo lo único que ha cambiado, y no mucho, es el grado de involucramiento de los gobernantes en la esfera privada de las personas, y cada nueva administración simplemente llega a darle su "sello personal" al mismo sistema. La novedad ahora supuestamente es la "social-democracia", sin embargo, lamento informarle que no es tal la novedad, esta simplemente es una variante más del sistema en el que llevamos inmersos ya bastante tiempo.
Lo que realmente necesitamos es un cambio de sistema. Alejarnos de ese sistema seudo-benefactor mercantilista que sólo ha beneficiado a los gobernantes y a sus amigos pero que en poco ha contribuido a mejorar el nivel de vida de los habitantes del país. Si no me cree, la mejor prueba del rotundo fracaso del sistema son los casi dos millones de guatemaltecos que voluntariamente han votado con sus pies y se han ido a buscar un mejor futuro a otras latitudes, aún a riesgo de perder la vida en el intento.
Lamentablemente, la nueva administración ha dicho claramente que lo que pretende es incrementar el sistema seudo-benefactor mercantilista y no alejarse de él. Si logran su cometido, lo más seguro es que, a pesar de las cada día más estrictas prohibiciones, muchos guatemaltecos sigan emprendiendo la aventura del norte, en la búsqueda de un mejor futuro para ellos y sus familiares.
Así que, no se haga muchas ilusiones; y si usted realmente se interesa por ese cambio del sistema, le invito a que se informe sobre la propuesta de ProReforma en www.proreforma.org.gt .
Publicado en Prensa Libre el jueves 10 de enero de 2008.Fotografía, Prensa Libre.
miércoles, 9 de enero de 2008
La cita de hoy - Andre Gide
martes, 8 de enero de 2008
La cita del día - Viktor Frankl
Viktor Frankl
(1905-1997) Ex prisionero de un campo de concentración Nazi. Autor del libro "El hombre en busca de sentido" (entre más de 30).
lunes, 7 de enero de 2008
La cita de hoy - Hannah Arendt
sábado, 5 de enero de 2008
La cita de hoy - Hellen Keller
viernes, 4 de enero de 2008
La cita de hoy - Andrew Carnegie
jueves, 3 de enero de 2008
miércoles, 2 de enero de 2008
Metas
¿Lograremos alcanzar nuestros objetivos este año?
En estos días en que la gente se pone a hacer conjeturas sobre si el 2008 será bueno o será malo, yo lo que le puedo decir es que, para usted, será tan bueno o tan malo como usted lo permita. Así de sencillo. El resultado que obtenga al final dependerá, en gran medida, de las decisiones que usted mismo tome durante el año.
"Pero siempre hay situaciones inesperadas", me dirá usted; "no podemos controlar el precio del petróleo", "no sabemos qué decisiones vaya a tomar la nueva administración", "podemos tener percances o ser víctimas de la delincuencia", y así por el estilo serán los argumentos utilizados. Y, en efecto, pueden suceder muchas cosas que uno no pueda controlar, lo importante es cómo reaccionamos ante ellas. Más importante aún es que hay muchas cosas que sí podemos controlar, que dependen de nuestras decisiones y que, con contadas excepciones, son las que realmente definen nuestro caminar.
Por ello, yo lo invito a que si aún no lo ha hecho o simplemente no tiene costumbre de hacerlo, se ponga algunas buenas metas a alcanzar durante este año. Está demostrado hasta el cansancio que las personas que se ponen metas obtienen mejores resultados que quienes simplemente andan "a la deriva en la vida".
"Eso no funciona…", "todos se proponen cosas pero luego las olvidan…", "antes de que termine enero ya casi todos se olvidaron de sus propósitos de año nuevo…", continúan los argumentos. En efecto, así suele suceder. De hecho, en algunos estudios han encontrado que el 85% de las personas que se han propuesto algo al inicio del año, lo dejan en el olvido a las pocas semanas.
Lo importante aquí es la contraparte: ese 15% que no lo deja al olvido. Esas personas avanzan más en la vida que el resto, y no me refiero sólo a lo material. Usted puede ser una de ellas. No hay nada en sus genes que lo "predisponga" o "condicione" a estar en ese 85%: la única diferencia es la voluntad.
No pierda más el tiempo y propóngase por lo menos una meta alcanzable (eso es muy importante) en cada una de estas 4 áreas: salud, riqueza, desarrollo personal y desarrollo social. Pueden ser metas muy sencillas, no tiene que pasar de la total inacción a escalar el Everest en un año, pero sí puede proponerse, por ejemplo, caminar 15 minutos tres veces por semana, leer un libro al mes, tomar un curso que le ayude a mejorar en su trabajo, sonreírle a todas las personas con que se encuentre, dominar algún hobby, cambiar de trabajo para hacer algo que realmente le guste, en fin, puede ser cualquier cosa que usted quiera. Lo importante, repito, es que tenga una meta a dónde llegar.
Así que no se deje vencer por las circunstancias y la holgazanería. En este año que empieza, propóngase algunas metas y persígalas todo el año. Verá que no se arrepentirá.
Publicado en Prensa Libre el jueves 3 de enero del 2008.