martes, 8 de julio de 2008

La Gran Estafa (II)

La semana pasada empecé a resumir una conferencia dictada por John Coleman en la que explica su oposición a la manipulación que se ha hecho del calentamiento global. Hoy sigo transcribiendo sus argumentos, pero debido a varios correos que recibí, hago algunas aclaraciones y ampliaciones.

Un lector me indicó que, para establecer mejor las credenciales de Coleman, debía explicar que no solo es un meteorólogo de muchísima trayectoria sino que además fue el fundador del Weather Channel: en efecto, es el mismo Coleman. Otro lector me pidió corregir el término “antropomórfico” y reemplazarlo por “antropogénico”; tiene toda la razón, utilicé un término incorrecto. Muchas personas me pidieron que les enviara el texto original de la conferencia, así que en mi blog (jorgejacobs.com) pondré el link a la misma y les recomiendo que revisen las referencias para que puedan formarse su propia opinión. Luego de las aclaraciones, regresemos a la conferencia.

“El calentamiento global causado por el hombre no es un problema. No hay una crisis por el cambio climático. En mis manos tengo el documento ‘Entendiendo y atribuyendo el cambio climático’, que es el famoso capítulo 9 del reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Considero que este documento es la última esperanza de los defensores del Calentamiento Global. Me pregunto cuántos discípulos del calentamiento global lo han leído. Me pregunto cuántos lo entienden. Este documento pretende explicar cómo el dióxido de carbono, el CO2, impulsa un multiplicador de fuerza que convierte este minúsculo microcomponente de la atmósfera en ‘LA fuerza’ detrás de un calentamiento global incontrolable.

“Cuando se inició toda la histeria sobre el calentamiento global, lo que llamaba la atención era la gráfica de ‘palo de hockey’ sobre el promedio de temperaturas a lo largo de los milenios, la que aparece en el libro y la película de Al Gore. Se reproducía por todas partes. Era la imagen central del calentamiento global. Gracias a Dios por Stephen McIntyre y Ross McKitrick. Ellos lideraron la batalla por exponer esa gráfica como lo que realmente es: un fraude científico. Sus ensayos fueron publicados ampliamente y motivaron a otros científicos a realizar más estudios. Luego de unos pocos años de debate, la gráfica del ‘palo de hockey’ está muerta y enterrada.

“Pero había más mala ciencia para mantener en pie la batalla. Con mucha fanfarria, la NASA publicó ensayos que proclamaban estar detectando calentamiento global en las temperaturas promedio anuales de la Tierra. Se decía que cada año era más cálido que el anterior o que estaba entre los 10 más calientes registrados. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes que Madhay Khandekar y Joseph D’aleo, así como muchos otros científicos demostraran la falta de exactitud y la manipulación de datos detrás de estos anuncios de la NASA. La NASA admitió sus errores y publicó las cifras corregidas, en las que resultaba que la década más caliente había sido la de 1930 y no la de 1990. Existen muchos problemas con la medición de la temperatura que se prestan a dar un alto margen de error o para manipulación. El punto es que cualquier calentamiento que haya habido no es grande, no está creciendo cada año, y no es necesaria o completamente causado por el hombre. Luego de mucho debate, otra de las piedras de toque de la histeria sobre el calentamiento global, el supuesto incremento en el promedio de temperaturas globales, cayó en descrédito”. Continuará.

Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 3 de julio de 2,008.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Con toda la publicidad q´ se le da a esto del ambiente, me parece que lo peo q´ podemos hace es no hacer nada

Maru

Imaginemos por un momento que, a seis meses de haber asumido el poder, el actual gobernante siguiera aun debatiendo con los ex candidatos presidenciales los problemas del país y argumentando soluciones y planes, pero, sin tomar ninguna acción. Y que cuando se le increpara tal actitud, respondiera que es necesario debatir mas para encontrar una solución que funcione, solo es cuestión de tiempo dice.

¿Sería esta una actitud admisible o lógica?

Hago esta analogía, a propósito de la serie de columnas de Jorge Jacobs en donde minimiza los actuales eventos climáticos y resta importancia al premio nobel que recibiera el ex presidente de Estados Unidos, Al Gore. Además de despotricar en contra de los que él llama, directa o implícitamente, ignorantes, retrógrados, alarmistas, vendidos y otros tantos calificativos.

Jorge aduce, entre otras cosas, que Al Gore se apropia, arrogantemente, de la verdad absoluta al dar por terminado el debate, pues según Jorge es necesario debatir más para encontrar soluciones al problema. Sumado a esto dice que no hay suficiente evidencia para sacar conclusiones.
Imagínese, con este pensamiento podríamos seguir debatiendo por décadas antes de tomar acciones concretas que reducirían las probabilidades de una ruina ambiental.
Si se hubiera seguido esta línea de pensamiento en los años setenta y no se hubiera legislado, a pesar de la oposición de las corporaciones, para que los fabricantes de autos redujeran el consumo de combustibles junto con la emisión de polutantes y contaminantes de los vehículos, a estas alturas ya se habría cumplido la visión apocalíptica de Blade Runner.
La realidad es que hoy, gracias a las acciones tomadas hace treinta años, tenemos autos más eficientes y limpios y un aire menos contaminado del que tuviéramos si no se hubiera hecho nada.

Si Al Gore no tiene los suficientes meritos para ganar un premio nobel, no le resta merito a una causa que lleva varias décadas alertando a la humanidad sobre su impacto en la tierra. De esta circunstancia se ha creado un botín político que ha polarizado el tema de tal forma que, en Estados Unidos la ecología es una causa demócrata y la anti ecológica es republicana.
La causa ambiental debiera ser apolítica, un punto común en las diferentes ideologías, lamentablemente las posiciones son tan radicales, que no se puede encontrar un balance.

El medio ambiente no es una causa de hippies, izquierdistas o desadaptados, es una causa que concierne a todo aquel que habite este planeta, no se trata de moda, posición social, afiliación política o ideológica, se trata simplemente de supervivencia, pues si alteramos nuestro medio ambiente de manera tal, que ponga en riesgo la vida en este planeta ya sea en 5, 50 o 500 años no podemos tomarlo a la ligera y esperar que sea demasiado tarde para tomar acciones, si hoy tenemos la oportunidad de hacer la diferencia.

Que algunos ecologistas llevan el tema a extremos dogmaticos es cierto, pero del lado contrario también se da el mismo fenómeno, solo que sorprende el desdén e indiferencia con que tratan el tema, excepto cuando se trata de descalificarlo.
Su actitud me recuerda a la de un general Iraquí durante la toma de Bagdad por parte del ejército estadounidense, donde desde la terraza del palacio de gobierno daba declaraciones a la prensa internacional en la que decía que estaban “derrotando y apaleando al ejército invasor” no obstante en el fondo se observaban las columnas de humo y el fuego de la armada estadounidense a unos cuantos cientos de metros del palacio.
La actitud de negar la realidad ante las evidencias me causa indignación, pues todos somos afectados, tengamos o no la culpa, lo único que me consuela es que se su descendencia vivirá las consecuencias, lamentable la nuestra también, pues esto no se trata de quien ríe al último, o quien tiene la razón absoluta, sino de evitar que todos tengamos que lamentarnos y llorar por algo, que, si se hiciera lo necesario no tendría por qué suceder.

Argumentar que no es causa del hombre, sino causa de los gobernantes es una soberana cantinflada.
Es cierto que los gobernantes se comportan como si fueran de otra especie, pero al final de cuentas son humanos elegidos por humanos y respondiendo a intereses humanos, (o acaso hay una conspiración y están preparando el terreno para invasión de los hombrecitos verdes, al estilo de Arrival) no podemos decir que la humanidad no tiene parte de responsabilidad en el cambio climático, cuando en los últimos 100 años la humanidad ha reducido las aéreas boscosas (que consumen CO2) en más de un 50% e incrementado las emisiones de CO2 en cantidades exponenciales.
Claro que es antropocéntrico, durante toda la historia geológica ninguna especie ha tenido la capacidad de alterar su entorno como la humana, de modo que las alteraciones que en 100 años ha hecho la humanidad le llevarían a la naturaleza más de 10.000 años en revertirla, eso sin contar con los desechos radioactivos, pues algunos dejan de ser peligrosos después de 100.000 años

Es cierto que en la tierra ha habido ciclos de calentamiento y enfriamiento durante las diferentes etapas geológicas, pero estas estuvieron separadas por varios cientos de miles de años.
Hoy los cambios se dan demasiado rápido y no podremos darnos cuenta de los efectos hasta que el daño sea irreparable.
Un argumento que utilizan los detractores del cambio climático es que la temperatura promedio de la tierra no ha aumentado considerablemente, apenas un grado dicen, pero ese promedio es en base a temperaturas extremas, que, mientras en varios países los inviernos rompen records históricos congelando todo a su paso, en otras latitudes los veranos causan muertes y sequias. Claro, si yo meto un pie en un balde de agua hirviendo y otro en agua con hielo, no tendré de que preocuparme, pues en promedio estaré a unos agradables 37 grados.

Que la tierra se está enfriando no calentando, sino miren los últimos inviernos, dicen otros.
Es evidente que el derretimiento de los cascos polares debido al aumento de la temperatura empuja corrientes frías, de la misma manera que una marqueta de hielo derritiéndose con el calor del verano y un ventilador enfrían un cuarto. Pero cuando no haya más hielo que derretir no sabemos que puede suceder, solo especular.
Esta misma especulación que unas veces es demasiado optimista y otras veces demasiado apocalíptica, depende del bando, es la que nos tiene en un atolladero, lo cierto es que hemos encendido una mecha de la cual no sabemos el largo y a cuanta pólvora está conectada, solo podemos especular, pero lo peor que podemos hacer, es no hacer nada.

El solamente descalificar, estudios, entidades y científicos no es suficiente argumento, pues por cada científico que está en contra, también hay uno que está a favor y por cada estudio de uno y otro bando hay una refutación de ambas partes, de manera que los argumentos que desvirtúan o validan un estudio, tienen toda o ninguna validez según la propaganda del bando.
En este amasijo ideológico lo único que le queda a uno, que no es ambientalista de profesión o de carrera, es informarse debidamente y sacar conclusiones, más bien fundadas en el sentido común que en datos científicos, pues de ambas posiciones se tienen estudios y cifras que validan o desvirtúan en la misma medida sus tesis.
Pero claro, si uno deduce que hay una alteración climática causada en mayor o menor grado por la acción del hombre, entonces uno es un ignorante retrograda.
Si hablamos de ignorancia, es el creer que personas con criterio y sentido común pueden ser influenciadas fácilmente por correos electrónicos con presentaciones chapuceras de PowerPoint o notas periodísticas que más parecen advertoriales.
¿O cree que todavía estamos en el oscurantismo y el acceso a la información es solo para las elites?

Buscar fuentes energéticas limpias, es una prioridad, pero mientras haya petróleo y las compañías y gobiernos obtengan ganancias de él, no será tema de interés, es mas ya nos andan asustando con escases de alimentos si se producen biocombustibles o que si la descarga de CO2 (y no que el CO2 no tiene nada que ver con el calentamiento) para producirlo es mayor el ahorro en la combustión etc.
Estoy de acuerdo con que los biocombustibles no son la solución, pues aunque son renovables, levemente más limpios y eliminan la dependencia del petróleo, siempre generan emisiones y crean un desbalance en la colocación de granos.
La meta es una fuente renovable con cero emisiones de producción y cero emisiones de combustión.
La energía solar es la idónea, lamentablemente la tecnología para utilizarla está en fase primaria y pueden pasar varios lustros antes de que sea una alternativa económica y tecnológicamente viable.
Convenientemente el precio del petróleo está subiendo, por lo que ya no es más un combustible barato a largo plazo, es la oportunidad ideal para dejar de depender del petróleo y buscar fuentes alternativas, limpias y renovables, de energía.
De esto ya se percato el cartel del petróleo, pues aunque se les hace agua la boca con la idea de el barril por arriba de los US$200, están tratando de hacer lo posible para contener el alza y no poner en peligro sus ganancias futuras, porque si la humanidad logra una alternativa viable de energía y declinar drásticamente el consumo de petróleo como fuente de energía, estas exorbitantes ganancias serán, como decimos en buen chapín, pan para hoy y hambre para mañana.
Esto es un buen ejemplo de cómo el libre mercado puede corregir los errores, pues los fabricantes que apostaron ciegamente, en contra de toda ética ambiental, a los ineficientes SUV´S, hoy no logran sacarlos de sus inventarios, aun con sustanciales descuentos e incentivos. Además que arrastran con pérdidas que pueden llevarlos a la bancarrota.

¿La Gran Estafa?

La posición de los detractores es tan variable, que, mientras hoy dicen que no hay tal calentamiento, mañana dicen que sí, pero que no es por causa del hombre, para que pasado mañana digan que lo que hay es un enfriamiento.
Yo no he encontrado un argumento homogéneo que vincule las diferentes corrientes detractoras, excepto el que “no pasa nada”.
No obstante los argumentos que leo y escucho en contra del cambio climático me suenan mas a los argumentos en contra del azúcar, por ejemplo, en donde despotrican contra los beneficios y exageran las desventajas tratando de convencernos de utilizar unas moléculas artificiales creadas en laboratorio, para endulzar nuestro café, aunque nuestro peso sea normal y no padezcamos diabetes, pasando por alto que el hombre ha estado expuesto durante milenios a la glucosa y esta le es benéfica. Es evidente un interés oculto en estos rumores.
Veo la misma confección en los argumentos de los detractores, en donde minimizan los efectos, desacreditan las fuentes, los estudios, las cifras, etc.
Que si Al Gore vive de acuerdo con sus predicas, que toda esta “histeria” es solo para oponerse al progreso, y mi favorita, que es una conspiración de la ONU para dominar al mundo (LOL)
Tal parece que conciliar desarrollo y conservación ambiental es un anatema, que, cualquiera que sugiera la idea, se le etiqueta de cavernícola, como mínimo. Aun cuando el ambientalismo es una posición progresista que, al igual que la economía, busca el uso racional de los recursos y avanzar tecnológicamente. Donde la evolución tecnológica sea más eficiente, utilice menos energía, requiera menos recursos y que, cuando su vida útil termine, se recicle para no crear desechos.

Que no pasa nada dicen, pero nunca he escuchado una propuesta concreta, a excepción de pedir a los gobiernos y personas que no hagan nada, que no firmen tratados, que siga el status quo actual, que sigan progresando, a costa de degradar nuestro ambiente, que sigan comprando SUV’S de 19 Km. por galón (si es que tienen el dinero para llenar el tanque) que no cambiemos nuestras bombillas incandescentes por las ahorradoras… ¡huy es histeria!
Creo que muchas veces su convicción es únicamente porque asumen que el ambientalismo no se alinea con su pensamiento político-ideológico.


¿Es alarmista reducir nuestras emisiones de gases contaminantes?
¿Hay una conspiración al pedir que se desarrollen fuentes limpias de energía?
¿Es subversivo manejar adecuadamente y reducir los desechos?
¿Es de trogloditas pedir qué los desechos de las fabricas que se descargan en los ríos estén libres de contaminantes?
¿Es comunismo el utilizar racionalmente nuestros recursos?
¿Acaso es histeria fomentar bosques renovables, en lugar de arrasar las selvas y dejar una tierra yerma detrás de lo que llamamos progreso?
¿Es ignorancia el pedir que se fabriquen autos con el más bajo consumo de combustible posible?
¿Es retrogrado el evitar la expansión urbana, y que en lugar de que las ciudades se explayen indefinidamente, se recuperen los barrios existentes?

Evidentemente hay una gran estafa y es esta:

“No pasa nada, así que no hay que hacer nada”

Por lo tanto estoy de acuerdo con Al Gore, en que el debate se acabo.
No podemos darnos el lujo de seguir debatiendo sobre un tema que, si no tomamos las acciones debidas, puede llegar a comprometer la supervivencia de la humanidad, o cuando menos, crear una catástrofe humanitaria. Es hora de tomar acciones para reducir nuestro impacto.

La teoría gaia sostiene que la tierra es un organismo vivo, con voluntad propia. Pues como sucede con el cuerpo humano cuando lo ataca una infección, en defensa eleva su temperatura corporal para combatirla, tal parece que somos una infección para la tierra y ella está aumentando de temperatura para eliminarla. Solo espero que podamos convivir con la tierra de manera que seamos benéfica para ella y no un parasito.

Por ahora no voy a poner el ya gastado granito de arena, no, voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para preservar lo mejor posible este regalo que Dios nos dio, llamado Tierra.

Voy a hacer lo correcto y en palabras de James Brown ¡me siento muy bien!

Anónimo dijo...

La verdad que tenia medio respeto por el Jorge Jacobs, pero con esta su serie de articulos la aguada de una vez. El planeta llora por lo que le estamos haciendo y surgen estas "figuras" que quieren tapar el sol con un dedo y encubrir a las grandes corporaciones.

Pero bueno, cada necio con su tema y por lo visto su craneo está firmemente incrustado en la parte final de su intestino grueso.

m

Unknown dijo...

Respeto la opinión de Jorge, sin embargo, he de argumentar que no se trata solamente del CO2 como él quiere remarcar. Se trata de todo el medio ambiente que el hombre destruye, las bolsas plasticas, los desechos solidos y humanos, la tala descontrolada.

Nuestro país es muy hermosos y da pena ver como los ríos estan practicamente contaminados e inuitilizables.

Si bien es cierto el CO2 es producido por el hombre y otros seres de la naturaleza, también es cierto que debe existir su contraparte que los transforme (recordar que la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma). Y ¿que pasa si no existe esa contraparte que transforme el CO2? Es allí en donde las grandes ciudades, las grandes industrias, la explosión demografica, y la pobre educación ambiental entran en juego y desgarran a nuestro planeta. Quizas no sea mañana o en el 2012 como lo dice el ciclo del calendario maya, pero lo que si es cierto que nuestro planeta no es lo que era hace 40 ó 50 años.

No vayamos tan lejos, yo vivo en el departamento de Escuintla (que por cierto no es el interior de la republica. Deplano que los que se expresan de esa manera han de vivir en el exterior de la republica, que manera tan despectiva y discriminativa de refererise a los departamentos, que tienen su nombre y su historia propias, pero bueno...)

Les comentaba, yo tengo mi casa en un area que se puede jactar de tener un ambiente natural muy saludable aun, en donde todas las mañanas se escuha el cantar de las aves y en donde los arboles refrescan el ambiente, y eso que vivo a solo 5 km del centro de la ciudad. Sin embargo cuando me toca que estar en el centro de la ciudad de Escuintla, se siente un calor terrible y un vapor y en cima tener cerca tanta maquina (vehiculos, otros) circulando cerca de uno junto con centenares de personas. Entonces es cuando me doy cuenta que efectivamente estamos destruyendo, si se quiere lentamente, a nuestro único hogar.

Lejos estan aquellos días en los que iba a pescar con mis cuates a los ríos cercanos, o que viajaba en bicicleta para la escuela.

Te invito Jorge a seguir investigando pero no segarte por el intelecto, muchas veces la sabiduria esta en las cosas más sencillas. Recuerdo que leía en algun momento un libro titulado Siddartha, en el cual el monje reflexionaba que par que un instrumento de cuerda suene bien, las cuerdas deben estar en equilibrio armonico, ni muy flojas que no suenen, ni muy tensas que se rompan.