Mañana muchos guatemaltecos nos vestiremos de luto, en señal de repudio por la pretensión de los gobernantes de incrementar los impuestos para recaudar más dinero en medio de una generalizada corrupción que cada día se hace más evidente.
No hace falta más que abrir cualquier periódico, de cualquier día, para encontrar, por lo menos, uno, si es que no varios, reportajes sobre algún nuevo caso de corrupción descubierta. Y de esto no se han salvado ni siquiera los "organismos internacionales" que el malinchismo de algunos ilusos les hacía creer que en ellos no habría corrupción, quizá bajo la absurda idea de que ésta solo es una "enfermedad local".
Porque el problema no son solo las personas que llegan con el principal, si no es que único, interés de meter su mano peluda en el barril sin fondo de los dineros públicos, sino especialmente, el sistema de arcas abiertas que les permite hacerlo tan fácilmente y con tanta desfachatez e impunidad.
Una famosa ex diputada confesó en una ocasión que más del 30 por ciento del presupuesto se perdía en corrupción. Hace apenas un par de días, una diputada actual dijo más o menos lo mismo en un programa televisivo, al defender la importancia de que se apruebe la "Ley de libre acceso a la información" como una herramienta para reducir la corrupción.
Yo estoy convencido de que lo que ahora vemos reflejado todos los días en los medios no es nuevo, ni que los actuales funcionarios sean mucho más corruptos que los anteriores, sino que ahora se hace más evidente, porque hay más periodistas dedicados a la investigación que han ido descubriendo lo que considero es apenas la punta del iceberg. Lo que implica que conforme más se vaya conociendo y se tengan las herramientas para conocer mejor la información gubernamental, más evidencia tendremos de lo que siempre hemos sabido: que la función principal del Gobierno de Guatemala es ser una fuente de enriquecimiento ilícito para muchísimas personas.
Por eso no nos debe extrañar que todos los gobiernos que hemos tenido desde el famoso "retorno a la democracia" han salido siempre con el cuento de que necesitan más recursos para poder "erradicar la pobreza en Guatemala". Y todos han aumentado los impuestos y recaudado más, pero la situación de los pobres sigue igual o peor. ¿Será porque la forma de sacarlos de la pobreza es creando riqueza y no aumentando los impuestos?
Lo peor de todo es que son tan descarados los políticos que alegan que quienes utilizamos el argumento de la corrupción es porque somos insensibles y no queremos ser "solidarios" con los más pobres y prometen que ellos sí serán "honestos" en el manejo de los fondos públicos. Pero lo único que se materializa son los nuevos impuestos, porque la honestidad y transparencia a duras penas llegan a mostrarse en los rótulos de entrada de algún absurdo viceministerio.
Y si usted también ya está harto de que los políticos le quieran ver la cara de tonto, lo invito a que mañana se vista de negro, como muestra de su rechazo a las pretensiones de los políticos. Y que el sábado, también de negro, vaya a El Obelisco, a las 9.30 horas, a ratificar que ya no está dispuesto a quedarse callado y dejar que sigan haciendo lo que se les da la gana con el país. (Si usted no vive en la capital, de todos modos vístase de negro, y si lo puede hacer, organice reuniones en su localidad).
1 comentario:
Hola Jorge, ¿todavia hay playeras y calcomanias? y ¿donde las venden?
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