El cambio: mismo negocio, diferentes negociadores… ¿o serán los mismos?
Como si “el cambio” no fuera suficientemente parecido a lo que
teníamos antes, ahora resulta que quieren embarcarse en la compra de
radares y aviones sobrevalorados que intentaron hacer dos veces en el
gobierno anterior. ¿No ha entendido Otto Pérez que le conviene
separarse de lo que hacía el gobierno anterior, especialmente de las
negociaciones cuestionadas?
Para ponerlo en contexto, en el 2009 el
gobierno intentó que le aprobaran un préstamo por US$100 millones para
la compra de radares, aviones y equipo brasileños, supuestamente para
“controlar el espacio aéreo” y de esa manera combatir el narcotráfico. Desde esa ocasión argumentamos lo absurdo que era esa compra, no
digamos lo sobrevalorada que estaba. Al final, no lograron que les
aprobaran el préstamo y la cosa no pasó a más.
Dos años después, como indemnización al salir del gobierno,
intentaron otra vez que les autorizaran el préstamo, solo que en esa
ocasión le incrementaron el “precio” al equipo y ya iba por los US$170
millones. Tampoco en esta ocasión lograron su objetivo.
La sorpresa hace dos días es que Otto Pérez Molina sacó a relucir
nuevamente la “necesidad” de obtener este préstamo para “fortalecer el
control aéreo”. En esta nueva iteración del préstamo, lo bajaron a
US$140 millones y por lo menos ya le hicieron algunos cambios, pero
sigue siendo una compra cuestionable.
Ahora ya mencionan que los radares se los comprarían a la empresa
española que produce los que ya están instalados en la región, que era
uno de los cuestionamientos principales en la anterior propuesta ya que
los radares brasileños no son compatibles con estos.
Pero los argumentos de fondo en contra de esta negociación siguen
siendo los mismos de hace dos años: “Si lo que se quiere hacer es tener
‘controlado’ todo el espacio aéreo guatemalteco, esto se puede lograr
añadiendo cinco radares primarios en lugares estratégicos, conectados al
sistema ya existente. A ojo de buen cubero, cada radar podría costar
unos US$5 millones, con lo que la compra no debería ser mayor a los
US$25 millones. Aviones de alcance, que son los que se necesitaría aquí
si lo que quieren es ‘combatir el narcotráfico’, se pueden conseguir en
poco más de US$1 millón cada uno. Si van a comprar seis aviones, ya
vamos por unos US$33 millones. La pregunta es: ¿En qué se van a gastar
los otros US$67 millones?” —2012: ahora US$107 millones—.
“Todavía más, la pregunta debería ser: ¿Para qué gastarse ese
dinero en un sistema ‘contra el narcotráfico’, cuando para principiar,
ni es nuestra guerra y, además, ya los gringos tienen controlado el
espacio aéreo de la región con sus Hawkeyes? Si no hacen más contra los
aviones de los narcos, no es exactamente porque carezcan de
información…”.
“Si lo que quisieran es resolver los problemas de violencia y
criminalidad, sería una mucho mejor inversión la compra de helicópteros
policiales, que con una inversión menor de los US$5 millones podrían
tener el suficiente equipo para tener las 24 horas, los 365 días del
año, un helicóptero siempre sobrevolando la ciudad y listo para llegar a
cualquier escena del crimen en pocos segundos. Pero pareciera ser que
esa no es la motivación...”.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 23 de agosto de 2,012.
Artículos anteriores:
¿El último robo? Septiembre 2,011.
¿Bossa-Roba? Junio 2,009.
1 comentario:
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