Una propuesta para resolver los problemas económicos y fiscales de Guatemala
Siempre que hemos propuesto la eliminación del impuesto al rendimiento de las inversiones (más conocido como impuesto sobre la renta, ISR) el argumento que utilizan los gobernantes para desechar la propuesta es: "¿y cómo hacemos para reemplazar los ingresos provenientes del ISR, mientras se cumple lo que ustedes dicen de que la economía va a crecer y van a mejorar los ingresos provenientes de los otros impuestos?".
Pues hoy quiero hacer una propuesta para responder a ese argumento: Utilizar las reservas internacionales para compensar temporalmente ese supuesto "hoyo" que se haría en las finanzas gubernamentales.
Estoy convencido que los beneficios para todos, incluído el gobierno, de eliminar el ISR serían tan grandes y vertiginosos que no se justifica la preocupación, sin embargo, para quienes no pueden sacar de su cabeza el concepto de una economía estática, hago esta propuesta, y la respaldo con una de esas hojas de proyecciones que tanto les fascinan.
Hice una prueba de qué pasaría si se elimina el ISR (y sus comodines –todos los que en la nomenclatura del Ministerio de Finanzas son impuestos directos), asumiendo un modelo estático en donde la variable que cambiaría es que la tasa de crecimiento de los ingresos por los impuestos "indirectos" (nuevamente, según la clasificación del MinFin) se incrementaría de una manera más rápida. Mantuve el crecimiento de los ingresos tributarios en la misma proporción que ha traído desde 1997 al 2005.
La diferencia entre los ingresos tributarios así calculados y los provenientes de los impuestos "indirectos" la cubrí con las reservas internacionales. Planteo tres escenarios, uno en que la tasa de crecimiento de los "indirectos" se incrementa un 50%, otro al 75% y otro en el que se duplica.
Aún cuando creo que estos escenarios son demasiado conservadores, en el del 50% (es decir, que los indirectos crecen a una tasa del 15.35% en lugar de la histórica de 10.23%) en ocho años éstos sobrepasarían las proyecciones actuales incluyendo los impuestos directos.
En el segundo, subiendo la tasa de crecimiento al 17.90%, los indirectos alcanzarían el estimado actual en el quinto año. Y en el tercer escenario, subiendo la tasa de crecimiento al 20.46%, en apenas 4 años los indirectos sobrepasarían la proyección. En ninguno, las reservas bajan más de la mitad.
Por supuesto, estos escenarios asumen una visión errada de la economía, como si ésta fuera estática, pero la economía es muy dinámica y estoy convencido que los cambios serían mucho más dramáticos y rápidos; pero, nuevamente, hago este ejercicio para quienes se siguen escudando en esa visión estática para no hacer nada. Si quiere ver la hoja con las proyecciones, la puede encontrar aquí:
Archivo de Proyecciones
Artículo publicado el día 27/04/06 en Prensa Libre
Este es un lugar en el cyberespacio para compartir ideas. Las mías, en particular, se centran alrededor de la libertad individual que nos permite desarrollarnos y llegar a ser todo lo que queremos ser. Mis Ideas se publican originalmente todos los viernes en el diario Prensa Libre de Guatemala.
jueves, 27 de abril de 2006
jueves, 20 de abril de 2006
¿Dos pueblos encontrados?
¿Hasta cuándo seguirán los políticos de China continental con su absurda oposición a Taiwan?
Recurrentemente el tema de la confrontación entre las dos chinas sale a relucir, particularmente en Centro América que es uno de los pocos lugares donde Taiwán tiene fuerte presencia y, por lo mismo, los tentáculos de la China continental tratan de colarse. Sin embargo, a estas alturas del partido, creo que la lucha de ese gran país por reducir a la obediencia a su supuesta "provincia rebelde" es estéril y absurda.
Es estéril porque en el siglo de la comunicación y la eliminación de barreras es una mera ilusión creer que se va a poder obligar a los veintipico millones de taiwaneses a ceder su soberanía por la de la China continental, indistintamente de lo que éstos hagan y a pesar de los intentos de los políticos continentales de mantener en el supuesto aislamiento internacional a la isla.
Todavía más, es absurda porque la supuesta separación y animadversión sólo existe en la cabeza de los políticos, ya que entre los pueblos de los dos lados, tanto de la isla como los de la masa continental, privan las mejores relaciones. Y no sólo a nivel personal, familiar y sentimental, sino también a nivel económico.
Resulta que uno de los mayores inversionistas en China continental es precisamente el grupo de empresarios taiwaneses que durante años se ha dedicado a construir fábricas en el continente.
En una de esas paradojas del destino, por ejemplo, resulta que el 70% de todas las computadoras portátiles del mundo las fabrican empresarios taiwaneses en industrias asentadas en el continente, pero con tecnología desarrollada en sus laboratorios isleños.
Y esto no va relación comercial y de inversiones no va a cambiar en mucho tiempo. China necesita todo el capital y tecnología de los que pueda echar mano y, por lo visto, para eso si no importa que provenga de los odiosos "privincianos rebeldes".
Mientras tanto, con la otra mano, los políticos continentales continúan en su desgastante campaña por bloquear toda participación en los círculos internacionales a la isla. Hasta la fecha han sido muy exitosos en impedirle el acceso a todo el sistema de las Naciones Unidas, incluyendo su más reciente intento de ingresar, por lo menos, a la Organización Mundial de la Salud. Asímismo, mantienen una constante presión (que en algunos casos llega a chantaje) sobre los países que tienen relaciones diplomáticas con la isla.
Algunos dicen que a los guatemaltecos nos convendría darle la espalda a los taiwaneses y arrimarnos al gigante continental. Mi humilde opinión es que no debemos tomar la ruta pragmática por una supuesta mejor "relación" con China continental. Si algo han comprobado ellos mismos hasta la saciedad, es que ellos son los primeros pragmáticos y que aprovecharán a hacer negocios con quien se les ponga enfrente, incluídos los mismos taiwaneses.
Publicado en Prensa Libre el 20 de abril de 2006.
Recurrentemente el tema de la confrontación entre las dos chinas sale a relucir, particularmente en Centro América que es uno de los pocos lugares donde Taiwán tiene fuerte presencia y, por lo mismo, los tentáculos de la China continental tratan de colarse. Sin embargo, a estas alturas del partido, creo que la lucha de ese gran país por reducir a la obediencia a su supuesta "provincia rebelde" es estéril y absurda.
Es estéril porque en el siglo de la comunicación y la eliminación de barreras es una mera ilusión creer que se va a poder obligar a los veintipico millones de taiwaneses a ceder su soberanía por la de la China continental, indistintamente de lo que éstos hagan y a pesar de los intentos de los políticos continentales de mantener en el supuesto aislamiento internacional a la isla.
Todavía más, es absurda porque la supuesta separación y animadversión sólo existe en la cabeza de los políticos, ya que entre los pueblos de los dos lados, tanto de la isla como los de la masa continental, privan las mejores relaciones. Y no sólo a nivel personal, familiar y sentimental, sino también a nivel económico.
Resulta que uno de los mayores inversionistas en China continental es precisamente el grupo de empresarios taiwaneses que durante años se ha dedicado a construir fábricas en el continente.
En una de esas paradojas del destino, por ejemplo, resulta que el 70% de todas las computadoras portátiles del mundo las fabrican empresarios taiwaneses en industrias asentadas en el continente, pero con tecnología desarrollada en sus laboratorios isleños.
Y esto no va relación comercial y de inversiones no va a cambiar en mucho tiempo. China necesita todo el capital y tecnología de los que pueda echar mano y, por lo visto, para eso si no importa que provenga de los odiosos "privincianos rebeldes".
Mientras tanto, con la otra mano, los políticos continentales continúan en su desgastante campaña por bloquear toda participación en los círculos internacionales a la isla. Hasta la fecha han sido muy exitosos en impedirle el acceso a todo el sistema de las Naciones Unidas, incluyendo su más reciente intento de ingresar, por lo menos, a la Organización Mundial de la Salud. Asímismo, mantienen una constante presión (que en algunos casos llega a chantaje) sobre los países que tienen relaciones diplomáticas con la isla.
Algunos dicen que a los guatemaltecos nos convendría darle la espalda a los taiwaneses y arrimarnos al gigante continental. Mi humilde opinión es que no debemos tomar la ruta pragmática por una supuesta mejor "relación" con China continental. Si algo han comprobado ellos mismos hasta la saciedad, es que ellos son los primeros pragmáticos y que aprovecharán a hacer negocios con quien se les ponga enfrente, incluídos los mismos taiwaneses.
Publicado en Prensa Libre el 20 de abril de 2006.
jueves, 13 de abril de 2006
El dilema
Todos tenemos nuestros demonios a vencer.
Cada uno de nosotros tiene sus propios demonios que vencer. Esta época, para algunos de algarabía y para otros de recogimiento, creo que es propicia para proseguir en esa continua lucha que se arremolina en nuestro interior sobre el camino a seguir, qué hacer, en qué creer, en qué no creer.
Debo reconocer que, por lo menos para mí, la vorágine diaria tiende a apartar mi vista de lo importante, lo trascendente, lo eterno. Embebido en el trabajo, el tráfico, las preocupaciones por alcanzar metas, por cumplir plazos, en resumen, por sobrevivir, pasan frente a mi vista, sin realmente verlas, las horas, los días, las semanas, los meses y los años.
Es en estos momentos, en los que uno puede hacer un alto en el camino, cuando podemos reflexionar sobre otras cosas. Una de ellas, para mi en extremo importante, es el asedio de la cultura "neo-pagana" (como la llama el Doctor Armando de la Torre) que nos envuelve diariamente y que nos enfrenta día a día, con la necesidad de reafirmar nuestras creencias y convicciones cristianas (para quienes las tenemos) o simplemente dejarlas por un lado y desecharlas en un aura de racionalidad y sofisticación.
¿Fue Jesús realmente El Cristo? ¿Es su vida, sacrificio y posterior resurrección una mera ficción, una metáfora para captar la atención de los ignorantes, o el suceso más importante de la historia de la humanidad? ¿Es su mensaje todavía válido en el siglo XXI, en esta era de la información? ¿Podemos compatibilizar todo el conocimiento actual con aquella sencilla creencia en un Dios todopoderoso, que realizó el sacrificio más grande, con tal de redimir a la humanidad del pecado y de la muerte?
Yo estoy convencido que sí son compatibles la vida moderna y el mensaje ancestral del evangelio. Lo único que realmente ha cambiado de hace dos mil años para acá, es la tecnología. Las personas seguimos siendo las mismas, con las mismas pasiones, los mismos deseos, los mismos sueños, los mismos temores.
Más aún, a pesar de los grandes adelantos en los últimos dos siglos, los conflictos recurrentes a todo nivel, desde la familia hasta las naciones, nos reafirman en la creencia que, para resolver los verdaderos problemas del hombre, hay que buscar adentro y no afuera.
Es precisamente esa realidad que enfrentamos cada día, creo yo, el mejor acicate para voltear nuestra mirada a Dios, y encontrar en él la paz, la armonía y la vida.
¿Y la resurrección? Pues, como dijo Pablo, "y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe" (I Corintios 15:14). En efecto, el sacrificio y la resurrección de Jesucristo, es la piedra angular del cristianismo. Sin ella, simplemente éste no tiene razón de ser, y no pasa de ser una enseñanza moral más (con el agraviante de estar basada en una mentira). ¿Se puede aceptar racionalmente? No lo creo. Allí empieza la fe. Medítelo.
Publicado en Prensa Libre el 13 de abril de 2006.
Cada uno de nosotros tiene sus propios demonios que vencer. Esta época, para algunos de algarabía y para otros de recogimiento, creo que es propicia para proseguir en esa continua lucha que se arremolina en nuestro interior sobre el camino a seguir, qué hacer, en qué creer, en qué no creer.
Debo reconocer que, por lo menos para mí, la vorágine diaria tiende a apartar mi vista de lo importante, lo trascendente, lo eterno. Embebido en el trabajo, el tráfico, las preocupaciones por alcanzar metas, por cumplir plazos, en resumen, por sobrevivir, pasan frente a mi vista, sin realmente verlas, las horas, los días, las semanas, los meses y los años.
Es en estos momentos, en los que uno puede hacer un alto en el camino, cuando podemos reflexionar sobre otras cosas. Una de ellas, para mi en extremo importante, es el asedio de la cultura "neo-pagana" (como la llama el Doctor Armando de la Torre) que nos envuelve diariamente y que nos enfrenta día a día, con la necesidad de reafirmar nuestras creencias y convicciones cristianas (para quienes las tenemos) o simplemente dejarlas por un lado y desecharlas en un aura de racionalidad y sofisticación.
¿Fue Jesús realmente El Cristo? ¿Es su vida, sacrificio y posterior resurrección una mera ficción, una metáfora para captar la atención de los ignorantes, o el suceso más importante de la historia de la humanidad? ¿Es su mensaje todavía válido en el siglo XXI, en esta era de la información? ¿Podemos compatibilizar todo el conocimiento actual con aquella sencilla creencia en un Dios todopoderoso, que realizó el sacrificio más grande, con tal de redimir a la humanidad del pecado y de la muerte?
Yo estoy convencido que sí son compatibles la vida moderna y el mensaje ancestral del evangelio. Lo único que realmente ha cambiado de hace dos mil años para acá, es la tecnología. Las personas seguimos siendo las mismas, con las mismas pasiones, los mismos deseos, los mismos sueños, los mismos temores.
Más aún, a pesar de los grandes adelantos en los últimos dos siglos, los conflictos recurrentes a todo nivel, desde la familia hasta las naciones, nos reafirman en la creencia que, para resolver los verdaderos problemas del hombre, hay que buscar adentro y no afuera.
Es precisamente esa realidad que enfrentamos cada día, creo yo, el mejor acicate para voltear nuestra mirada a Dios, y encontrar en él la paz, la armonía y la vida.
¿Y la resurrección? Pues, como dijo Pablo, "y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe" (I Corintios 15:14). En efecto, el sacrificio y la resurrección de Jesucristo, es la piedra angular del cristianismo. Sin ella, simplemente éste no tiene razón de ser, y no pasa de ser una enseñanza moral más (con el agraviante de estar basada en una mentira). ¿Se puede aceptar racionalmente? No lo creo. Allí empieza la fe. Medítelo.
Publicado en Prensa Libre el 13 de abril de 2006.
jueves, 6 de abril de 2006
La frontera
¿Ya se llenó Estados Unidos?
El tema de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos continúa siendo uno de los temas más candentes tanto allá como acá. Hace un par de días recibí el informe semanal del sitio Stratfor.com, en el que su editor, George Friedman, hace un análisis interesantísimo sobre el tema, información que creo importante comentar con ustedes.
Según Friedman, los Estados Unidos siempre ha sido una sociedad inmigrante, desde las primeras tribus, hasta la actualidad. Desde los primeros asentamientos, han habido sucesivas olas migratorias que han aterrorizado a quienes ya vivían en el país, pero a la vez han impulsado la economía. Menciona, por ejemplo, la ola de inmigrantes escoceses e irlandeses de finales del siglo 18, la ola de inmigrantes irlandeses de 1840, las migraciones de habitantes del sur y el este de Europa de 1880.
En todas estas ocasiones, argumenta Friedman, se repitió el mismo patrón: inmigrantes en busca de oportunidades económicas, ansiedad masiva de los residentes ya asentados creyendo que inundarían el mercado laboral, reduciendo los salarios, y que el choque cultural generaría conflictos sociales. En todos los casos, Friedman argumenta que los pronósticos erraron y que, todo lo contrario, las oleadas migratorias fueron el factor principal de desarrollo de ese país, al grado de afirmar que, de no ser por las sucesivas olas migratorias, Estados Unidos no existiría como lo conocemos hoy en día.
Friedman argumenta que la lógica usual es que la inmigración debería minar el bienestar económico de los que ya viven en Estados Unidos, sin embargo, esta es una lógica errada que asume que es un juego de suma cero. Indica que el secreto está en la baja densidad poblacional que aún hoy tiene ese país: 34 habitantes por kilómetro cuadrado (excluyendo Alaska), comparado con 247 en Inglaterra, 231 en Alemania, 337 en Japón y 115 en la Union Europea como un todo. Para que Estados Unidos tuviera la densidad poblacional de Inglaterra, tendría que tener 2 mil millones de habitantes.
Según Friedman, la población actual de Estados Unidos aún es pequeña con relación a la tierra disponible y que todavía está muy lejos de llegar a tener retornos decrecientes, por lo que todavía puede absorber muchísimos inmigrantes más.
En el reporte, Friedman, analiza la inmigración de mejicanos como un tema aparte, ya que considera que ese es más un tema de "areas fronterizas" diferente a la inmigración de otras partes. En este tópico sale a relucir su pasado de analista de inteligencia y creo que está viendo micos aparejados, pero en todo lo demás, creo que su análisis es muy bueno.
El punto clave es que, indistintamente de lo que los grupos de presión argumenten, la realidad económica es que el país no sólo dá para más, sino que necesita más para poder seguir creciendo, con lo que, indistintamente de las leyes antiinmigrantes que puedan pasar, la migración "extralegal" continuará.
Publicado en Prensa Libre del 6 de abril de 2006.
El tema de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos continúa siendo uno de los temas más candentes tanto allá como acá. Hace un par de días recibí el informe semanal del sitio Stratfor.com, en el que su editor, George Friedman, hace un análisis interesantísimo sobre el tema, información que creo importante comentar con ustedes.
Según Friedman, los Estados Unidos siempre ha sido una sociedad inmigrante, desde las primeras tribus, hasta la actualidad. Desde los primeros asentamientos, han habido sucesivas olas migratorias que han aterrorizado a quienes ya vivían en el país, pero a la vez han impulsado la economía. Menciona, por ejemplo, la ola de inmigrantes escoceses e irlandeses de finales del siglo 18, la ola de inmigrantes irlandeses de 1840, las migraciones de habitantes del sur y el este de Europa de 1880.
En todas estas ocasiones, argumenta Friedman, se repitió el mismo patrón: inmigrantes en busca de oportunidades económicas, ansiedad masiva de los residentes ya asentados creyendo que inundarían el mercado laboral, reduciendo los salarios, y que el choque cultural generaría conflictos sociales. En todos los casos, Friedman argumenta que los pronósticos erraron y que, todo lo contrario, las oleadas migratorias fueron el factor principal de desarrollo de ese país, al grado de afirmar que, de no ser por las sucesivas olas migratorias, Estados Unidos no existiría como lo conocemos hoy en día.
Friedman argumenta que la lógica usual es que la inmigración debería minar el bienestar económico de los que ya viven en Estados Unidos, sin embargo, esta es una lógica errada que asume que es un juego de suma cero. Indica que el secreto está en la baja densidad poblacional que aún hoy tiene ese país: 34 habitantes por kilómetro cuadrado (excluyendo Alaska), comparado con 247 en Inglaterra, 231 en Alemania, 337 en Japón y 115 en la Union Europea como un todo. Para que Estados Unidos tuviera la densidad poblacional de Inglaterra, tendría que tener 2 mil millones de habitantes.
Según Friedman, la población actual de Estados Unidos aún es pequeña con relación a la tierra disponible y que todavía está muy lejos de llegar a tener retornos decrecientes, por lo que todavía puede absorber muchísimos inmigrantes más.
En el reporte, Friedman, analiza la inmigración de mejicanos como un tema aparte, ya que considera que ese es más un tema de "areas fronterizas" diferente a la inmigración de otras partes. En este tópico sale a relucir su pasado de analista de inteligencia y creo que está viendo micos aparejados, pero en todo lo demás, creo que su análisis es muy bueno.
El punto clave es que, indistintamente de lo que los grupos de presión argumenten, la realidad económica es que el país no sólo dá para más, sino que necesita más para poder seguir creciendo, con lo que, indistintamente de las leyes antiinmigrantes que puedan pasar, la migración "extralegal" continuará.
Publicado en Prensa Libre del 6 de abril de 2006.
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