viernes, 30 de octubre de 2009

La noche anterior...







Foto: Prensa Libre, Danilo López.







El nuevo enemigo es ProReforma.

“Compañeros, tenemos que ponernos de acuerdo para la manifestación pacífica que realizaremos mañana”, dijo uno de los líderes del grupo. Los trabajos de preparación para la actividad del día siguiente estaban casi concluidos. Se habían preparado las mantas con los mensajes que se quería plantear, las bolsas con alimentos, los palos, los machetes, los gorgoritos. Aunque no eran tantos los que estaban, los ánimos estaban desbordados.

“Dijimos que serían cien mil personas, pero la verdad es que no logramos que los que siempre nos financian nos dieran suficientes fondos para contratarlos a todos, dicen que porque la crisis internacional los ha afectado también a ellos, así que tendremos que hacer las manifestaciones con los que estamos, pero no hay problema, siempre nos pasa lo mismo, lo importante es el efecto mediático que tendremos, y para eso no importa cuántos somos, sino a cuánta gente logramos fregarle su día”, dijo otro de los dirigentes.

“Lo mejor de mañana es que tendremos dos oportunidades que no se presentan tan seguido. La primera es que nuestra manifestación pacífica aparecerá hasta en las crónicas deportivas, no sólo nacionales sino internacionales, gracias a la Vuelta Ciclística que a puro tubo tendrá que pasar cerca de uno de nuestros bloqueos. Lo que no hemos decidido todavía es si nos portamos masacres y no los dejamos pasar ni siquiera a ellos, o nos portamos magnánimos y hacemos un alto en nuestra manifestación pacífica para que pasen los compañeros ciclistas. Al fin y al cabo, los compañeros ciclistas también son del pueblo como nosotros, que los explotan las empresas esas que dizque los financian…”, prosiguió el dirigente.

“La segunda oportunidad de trascender también a los medios internacionales es por la visita del presidente de México. Pero para que nos tomen en cuenta los noticieros internacionales, especialmente los mexicanos, tenemos que ser ‘relevantes’, así que en esta ocasión manifestaremos no solamente por temas nacionales, sino que también vamos a hacerlo para solidarizarnos con nuestros compañeros del sindicato de la Luz y Fuerza del Centro. A esos pobres cuates el Calderón los puso de patitas en la calle de la noche a la mañana y ni tiempo les dio de reaccionar. ¡Tenemos que apoyarlos!”, increpó el dirigente.

“Ahora tenemos también un nuevo enemigo: ProReforma. Esos oligarcas se quieren recetar el poder con cucharón y nos quieren quitar nuestros logros. No se dejen engañar. Hablan palabras bonitas, dicen ellos que lo que quieren es que todos seamos iguales ante la ley, pero esa es la estratagema para que caigamos de babosos. Lo que quieren es quitarnos todas nuestras conquistas que tanto nos ha costado ir ganando a base de mucho sudor, lágrimas, manifestaciones, bloqueos, quemas de llantas y negociaciones con los políticos. ¡No podemos permitir que eso suceda! ¡Defenderemos nuestras conquistas a toda costa!” Y todos los presentes apoyaron animadamente esta moción.

“Y si les preguntan los periodistas, digan que también manifestamos porque nos den tierras, porque se nacionalice la electricidad, porque den más presupuesto para salud y educación, porque se prohíban las minas y las hidroeléctricas. Gánense bien la paga del día. No le tengan miedo a los policías; ya está pactado que no les van a hacer nada…”, fueron las indicaciones finales del líder. La reunión se dispersó inmediatamente; debían descansar para el día de arduo trabajo que les esperaba.

Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 29 de Octubre de 2,009.

1 comentario:

Gustavo dijo...

He leído su blog, así como su columna, señor. Sobre todo, cuando habló con sorna inteligente acerca del congestionamiento vehicular en el sur de la ciudad, pues yo también vivo ahí. Sin embargo, sobre la propuesta supuestamente parcial de la Constitución de la República, de los UFM, Ayaú, exorcismos del MLN y demás popes infalibles, debo decirle que está siendo considerablemente sesgado. Primero, porque hay una propensión de secta fundamentalista en todo esto: o se está a favor o, si no, se es adversario sin argumentos y de ideologías recalcitrantes, como si creer en encuadramientos dogmáticos de variaciones mesiánicas no fuese en sí mismo pragmatismo ideológico. Luego, porque tal propuesta deforma (dije deforma, no ProReforma) la Constitución a un punto donde la seguridad democrática peligra con cambios rotundos como una cámara amorfa y divinizada, donde para llegar a ser electo se requiere de la participación de menos del 1% demográfico, donde se tendría que hacer campaña a voces, sin base realista, y donde se podría destituir al titular del Ejecutivo, en clara ilegalidad de supeditación de poderes del Estado; en donde se limita hasta vedarlo casi el derecho a la huelga, en transgresión a convenios internacionales como el TLC, tan promovido por los alegres mercaderes del país, y muchos más tratados; en donde se sugiere magistrados vitalicios, como si en Guatemala las cortes tuvieran en realidad historial de independencia y la sombra de las pasadas dictaduras no se proyectara todavía, sobre todo, en judicaturas reprochables. Además, la actual Constitución ni siquiera se ha implementado del todo aún, por los rezagos atávicos y la apenas democracia incipiente en el país. Hay que dar más tiempo y oportunidad de desarrollo a la Carta Magna aún. No niega, sin embargo, algunos puntos, según yo, interesantes en la propuesta de esta grey de alegres mercaderes. Cambiar la Constitución, al punto casi de destruirla en su contenido actual, es muy serio. Las reformas constitucionales deben ser, siempre, cautelosas, por lo que los excesos pudieran extralimitar. No descreo de las buenas pretensiones de querer hacer las cosas distintas para variar los exiguos resultados que el sistema político de ahora da a la nación. Pero hay maneras menos drásticas y menos temerarias de hacer esas mejorías. Por último, recuerde, señor, que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno, como decía Blake. En cambio, de malas intenciones están hechas las promesas del cielo.