viernes, 15 de enero de 2010

Cop15

Cop15: A quién le quitan más, quién se deja quitar menos y cómo se reparten los demás el botín...

A punto de terminar la reunión Cop15 en Copenhague (la 15 reunión de la ONU sobre el cambio climático), los puntos de la agenda de la burocracia internacional “sin resolver” todavía son muchos, pero lo interesante es que se han ido destapando las verdaderas intenciones de muchos de los participantes. No nos engañemos, allí lo que están decidiendo es a quién le quitan más, quién se deja quitar menos y cómo se reparten los demás el botín. No se distingue en mucho de los chantajes tributarios en la política local.

Si alguien esperaba ver algo de “ciencia” en esta cumbre, es de lo que menos ha habido. A juzgar por las discusiones y las noticias, lo que ha abundado es la política y los intereses de los grupos de presión. El primer botín fue para las ONG del mundo que obtuvieron el ofrecimiento de la Unión Europea de unos €2 mil 400 millones anuales durante los próximos tres años para “contribuir” a reducir el calentamiento global en los países en vías de desarrollo.

Pero eso es solo una pequeña parte de lo que está en “juego”. Los representantes de los países en “vías de desarrollo” (pobres, pues) están pidiendo que los países “desarrollados” (ricos) les den US$100 mil millones anuales para paliar el cambio climático, a la vez que exigen que reduzcan considerablemente la emisión de dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, conscientes de la relación directa que existe con la tecnología actual —entre el desarrollo y esas emisiones— tratan ellos a su vez de no tener las mismas restricciones que le quieren imponer a los “ricos”.

Por su parte, los países “ricos” están haciendo todo lo posible para librarse del chantaje y ya ofrecieron US$3 mil 500 millones de ayuda a los pobres, pero que no les reduzcan tanto los límites en las emisiones.

¿Y de ciencia? No mucho. Especialmente después del escándalo que precedió a la Cop15 cuando un grupo de hackers publicó en Internet archivos y correos electrónicos de investigadores de uno de los principales centros de investigación climática en algunos de los cuales se revelaban “maquillajes” en los datos para aparentar cambios más drásticos que los medidos.

Lo peor de todo es que, digan lo que digan, y aunque el soberbio y nada científico Gore diga que “ya se acabó el debate”, la realidad es que no hay todavía suficiente evidencia científica para asegurar categóricamente que los cambios climáticos (recordemos que ahora ya no le dicen “calentamiento global” porque ya ni ellos están seguros si el planeta se está calentando o enfriando) tienen una raíz antropogénica (que es culpa del hombre). Por lo que aunque todo el debate en Cop15 podría estar basado en mitos, no importa, porque ya vimos que lo que les interesa a la mayoría (al igual que a cualquier político, incluidos los guatemaltecos) es ponerle la mano encima al dinero de los demás.

No nos engañemos, la Cop15 es solamente sobre dinero. La supuesta ciencia es solo la excusa.

No me malinterprete. De que las actividades del ser humano contaminan, no hay duda; pero de eso a que somos los responsables de los cambios climáticos, hay un gran vacío de conocimiento de diferencia. Y el hecho de que utilicen ese vacío de conocimiento para asustar con el petate del muerto con el fin de sacar plata, no abona a su cada vez menor credibilidad.

Definitivamente, reuniones de burócratas como la Cop15 no hacen más que alimentar mi escepticismo sobre las teorías del “calentamiento global”.

Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 17 de diciembre de 2,009.

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