Creo importante que Caballeros consulte ahora a la CC y no pasar por el mismo martirio dentro de 4 años.
Desde hace días tengo una inquietud,que a estas alturas del partido
podría parecer irrelevante, pero que ante el claro inicio de la campaña
presidencial del 2015, apenas unos días después de la segunda vuelta,
no me queda otra que plantearlo: considero necesario que Harold
Caballeros, si todavía tiene alguna aspiración presidencial —como en
efecto parece ser—, consulte desde ahorita a la Corte de
Constitucionalidad (CC) si él puede o no puede ser candidato
presidencial.
La primera reacción de todas las personas a quienes se los he
planteado es que eso ya quedó claro en esta elección, ya que fue
candidato presidencial y, de haber ganado, hubiese sido presidente de
Guatemala. El argumento continúa en que el caso llegó hasta la CC y esta
lo rechazó—que fue la razón por la que Harold pudo ser candidato—, por
lo que el tema ya está zanjado y no hay nada más que hablar.
Pero la cosa no es tan sencilla, particularmente en las oscuras aguas de la politiquería criolla.
El punto toral aquí es que la CC no conoció el fondo del tema. El
amparo que le rechazó a la UNE lo hizo por cuestiones de forma, y no de
fondo. Es decir, la CC no llegó a “conocer”, mucho menos a dictaminar,
sobre el meollo del asunto: cuándo y en qué forma un “ministro
religioso”, en este caso evangélico, deja de serlo y, más importante
aún, cómo interpretar la —lamentablemente— vaga prohibición
constitucional.
Yo no soy abogado constitucionalista, pero la experiencia de
haber planteado ya varias acciones de inconstitucionalidad —desde hace
más de 15 años y con varias cortes— me demuestra que los magistrados muy
fácilmente pueden lavarse las manos de conocer el fondo de un caso,
argumentando que la “forma” de plantearlo no es la correcta, que,
entiendo, fue lo que hicieron en el caso de la UNE contra Harold. En
pocas palabras, todavía la CC no ha establecido claramente cómo se
interpreta la prohibición constitucional.
¿Y qué importancia tiene esto ahorita? Pues mucha, por lo menos
para Harold y sus partidarios, ya que al no haber una sentencia de la CC
al respecto, dentro de cuatro años, cuando se trate de inscribir
nuevamente, tanto el Registro de Ciudadanos como el TSE, así como
cualquier contendiente por el guacamolón podrían nuevamente oponerse a
su inscripción y debería pasar otra vez por todo el peregrinaje de las
cortes, lo que de seguro minaría considerablemente sus fuerzas y
recursos, como lo hizo en esta ocasión, para ser uno de los finalistas. Y
que tenga por seguro que más de alguien lo hará.
Así que, para curarnos todos en salud y de una vez definir este
punto, le recomiendo a Harold hacer esa consulta a la CC, que, por
cierto, es la misma que estará en ese momento. Si le dan vía libre,
tiene cuatro años para prepararse. Si le dicen que no, tiene los mismos
cuatro años para preparar a su reemplazo. ¿Para qué pasar por el
calvario dos veces?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 17 de noviembre de 2,011.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario