jueves, 15 de diciembre de 2011

Harold y la CC

Creo importante que Caballeros consulte ahora a la CC y no pasar por el mismo martirio dentro de 4 años.

Desde hace días tengo una inquietud,que a estas alturas del partido podría parecer irrelevante, pero que ante el claro inicio de la campaña presidencial del 2015, apenas unos días después de la segunda vuelta, no me queda otra que plantearlo: considero necesario que Harold Caballeros, si todavía tiene alguna aspiración presidencial —como en efecto parece ser—, consulte desde ahorita a la Corte de Constitucionalidad (CC) si él puede o no puede ser candidato presidencial.

La primera reacción de todas las personas a quienes se los he planteado es que eso ya quedó claro en esta elección, ya que fue candidato presidencial y, de haber ganado, hubiese sido presidente de Guatemala. El argumento continúa en que el caso llegó hasta la CC y esta lo rechazó—que fue la razón por la que Harold pudo ser candidato—, por lo que el tema ya está zanjado y no hay nada más que hablar.
Pero la cosa no es tan sencilla, particularmente en las oscuras aguas de la politiquería criolla.

El punto toral aquí es que la CC no conoció el fondo del tema. El amparo que le rechazó a la UNE lo hizo por cuestiones de forma, y no de fondo. Es decir, la CC no llegó a “conocer”, mucho menos a dictaminar, sobre el meollo del asunto: cuándo y en qué forma un “ministro religioso”, en este caso evangélico, deja de serlo y, más importante aún, cómo interpretar la —lamentablemente— vaga prohibición constitucional.

Yo no soy abogado constitucionalista, pero la experiencia de haber planteado ya varias acciones de inconstitucionalidad —desde hace más de 15 años y con varias cortes— me demuestra que los magistrados muy fácilmente pueden lavarse las manos de conocer el fondo de un caso, argumentando que la “forma” de plantearlo no es la correcta, que, entiendo, fue lo que hicieron en el caso de la UNE contra Harold. En pocas palabras, todavía la CC no ha establecido claramente cómo se interpreta la prohibición constitucional.


¿Y qué importancia tiene esto ahorita? Pues mucha, por lo menos para Harold y sus partidarios, ya que al no haber una sentencia de la CC al respecto, dentro de cuatro años, cuando se trate de inscribir nuevamente, tanto el Registro de Ciudadanos como el TSE, así como cualquier contendiente por el guacamolón podrían nuevamente oponerse a su inscripción y debería pasar otra vez por todo el peregrinaje de las cortes, lo que de seguro minaría considerablemente sus fuerzas y recursos, como lo hizo en esta ocasión, para ser uno de los finalistas. Y que tenga por seguro que más de alguien lo hará.

Así que, para curarnos todos en salud y de una vez definir este punto, le recomiendo a Harold hacer esa consulta a la CC, que, por cierto, es la misma que estará en ese momento. Si le dan vía libre, tiene cuatro años para prepararse. Si le dicen que no, tiene los mismos cuatro años para preparar a su reemplazo. ¿Para qué pasar por el calvario dos veces?

Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 17 de noviembre de 2,011.

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