Despenalizar el uso de las drogas será su batalla más importante
Otto Pérez se ha embarcado en la que podría ser la principal batalla
de su vida, tanto a nivel local como internacional: la despenalización
de las drogas. Esta hace palidecer todas las demás en las que pueda
haber participado con anterioridad. Y desde mi punto de vista, con la
que más pueda contribuir, durante su gestión al frente del Ejecutivo,
por el bienestar, en primera instancia, de los guatemaltecos, pero
también del resto de los habitantes del planeta.
Debo reconocer que
al principio tuve mis muy serias dudas sobre sus motivaciones, principalmente por el momento utilizado para anunciar su interés en
el tema, al coincidir este con la aprobación del paquetazo fiscal, lo
que permitió que el “interés público” se moviera hacia este tema y el
paquetazo pasara sin mayor oposición. Sigo creyendo que el “timing”
utilizado fue a propósito para desviar la atención del paquetazo fiscal,
sin embargo, creo que el interés en el tema de la despenalización de
las drogas es mayor que solo el paquetazo fiscal.
Como eterno escéptico, especialmente de los políticos, siempre
albergaré dudas sobre sus verdaderas intenciones. Podrían entre estas
estar el negociar el TPS para los guatemaltecos en Estados Unidos;
lograr la eliminación del embargo de armas estadounidenses al Ejército
guatemalteco; obtener más plata de los gringos para el combate del
narcotráfico o algo tan sencillo como darse a conocer a nivel
internacional. La verdad es que a estas alturas, cuáles eran sus
verdaderas intenciones ya no es lo importante.
Lo importante es que logró poner en el centro de la discusión
internacional, como ningún político en activo lo había logrado antes, el
tema de la despenalización de las drogas. Sin quizá proponérselo, logró
que el Gobierno de Estados Unidos se preocupara tanto del asunto que
enviara a la Secretaria de Seguridad Interna a tratar de contener el
motín a bordo de su “patio trasero”.
Por supuesto, casi toda la burocracia internacional que vive, y
muy bien, de la “guerra contra las drogas” también ha pegado el grito en
el cielo ante lo que podría ser el inicio del fin de su buen vivir a
expensas del dinero, la sangre, el sufrimiento y la muerte de miles y
miles de ciudadanos del mundo que sufren el “daño colateral” de esa
guerra perdida y sin sentido.
Y es que, aunque no lo quieran reconocer, la ola de la opinión
pública internacional cada vez tiende más hacia el debate de otras
opciones distintas a la fracasada guerra. La razón es sencilla. Si algo
se ha probado hasta la saciedad en los últimos 40 años es que esta
guerra es totalmente inútil, sin ningún resultado: la tasa de consumo de
drogas en Estados Unidos se ha mantenido básicamente estable durante
toda la “guerra”.
Felicito a Otto Pérez por la iniciativa y lo exhorto a que
continúe con ella, a pesar de la mucha oposición que de seguro tendrá,
de propios y extraños.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 1 de marzo de 2,012.
Foto AP, Moisés Castillo.
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