Con la corta frase “el debate se acabó”, Al Gore intentó imponer su punto de vista acerca de las causas del calentamiento global sobre toda la humanidad, haciendo caso omiso de que existen muchos destacados y respetados científicos que no comparten su catastrófica visión del mundo.
Ese solo intento de imponer su punto de vista sobre todos los demás y descalificar a priori a cualquiera que ose esgrimir un punto de vista diferente hace que sea todavía más irónico que el mismo sea la causa por la cual lo premiaron con el Nobel “de la Paz”.
Para Gore, los tecnócratas de las Naciones Unidas y muchos activistas, quienes se oponen a su visión antropomórfica y catastrófica del calentamiento global, no pueden ser menos que una partida de corruptos vendidos a las “transnacionales del petróleo” que solo están viendo cómo le hacen para que gastemos más combustible y no les importa que, como consecuencia, el mundo se vaya destruir.
Esa es una agenda que les ha sido muy útil, a unos, para conseguir pisto; a otros, aunque sea un Nobel. Lamentablemente, lo han hecho a expensas de la libertad de disentir que todos deberíamos tener.
Al mejor estilo autoritario de cualquier dictadorzuelo de tercer mundo, el ahora premio Nobel de la Paz pretende que todo el mundo incline la cabeza ante su argumento y que todos, cual dóciles ovejitas, nos encaminemos por la senda que él, con tanta sabiduría, omnipresencia, magnanimidad y bondad, nos ha trazado.
Con afirmar que el debate se acabó, Gore parece más un fanático inquisidor acusando a los científicos de poner en duda los dogmas de la santa Iglesia, que alguien que se precia de siquiera interesarse por la ciencia.
Para su referencia, el debate no se ha terminado. Para principiar, todavía es mucho más lo que desconocemos que lo que ya se conoce sobre cómo funcionan y cómo se interrelacionan todas las variables que inciden en el clima global.
A eso se le debe añadir que la teoría antropocéntrica del calentamiento global solo es una de las tantas existentes; por supuesto, la que más le gusta al establishment de la tecnocracia internacional, pero eso no le da la “validez científica” que ellos pretenden.
Así que sigamos con el debate.
P.S.: en cuanto a Otto Pérez y los debates, resulta que en Guatemala no existen los debates de candidatos, por lo menos de los presidenciables. Lo que ha habido, a lo sumo, se podría calificar de foro, ya que no ha existido el debate. Debate es que se permita a los participantes debatir y rebatir los argumentos del contrario, pero eso no se hace aquí, porque casi todos le rehúyen, no sólo Pérez.
2 comentarios:
No puedo creer que otra persona se una a esta campaña de desprestigio a Al Gore.
El esfuerzo del gobierno de estados unidos, las petroleras y la CIA está dando sus frutos.
Gracias por nada.
Pues sí, a pesar de las amenazas de los ecologistas, algunos no estamos dispuestos a aceptar la visión apocalíptica de Al Gore, y la forma en que su lobby descalifica a cualquiera que discrepe.
Ánimo, y a seguir luchando por la libertad!
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