lunes, 20 de febrero de 2006

Hotel Praesidium

Lo menos que esperaríamos los ciudadanos es que los reos por lo menos trabajen para su sustento.

Las cárceles en Guatemala son un excelente hotel de recreo para los criminales. Adentro de las cárceles el control no lo tienen las autoridades, sino los presidiarios. Como era de esperarse, son los peores criminales quienes paran "reinando", y los menos violentos quienes pagan el pato.

Yo creo que el problema de las cárceles es bastante complejo, pero para resolverlo, lo primero que tienen que hacer las autoridades es retomar efectivamente el control de las mismas. Luego se deben buscar varias soluciones, siendo la primera, el que los reos no se conviertan en una carga para los contribuyentes. Y, ¿cómo se logra eso? Pues haciéndolos que trabajen para ganarse su propio sustento.

Por supuesto que eso es "políticamente incorrecto", muchos pondrán el grito en el cielo y algunos incluso llegarán a calificarlo de inconstitucional, pero yo creo que no lo es. Veamos:

"Artículo 19. Sistema penitenciario. El sistema penitenciario debe tender a la readaptación social y a la reeducación de los reclusos y cumplir en el tratamiento de los mismos, con las siguientes normas mínimas:
a) Deben ser tratados como seres humanos; no deben ser discriminados por motivo alguno, ni podrán infligírseles tratos crueles, torturas físicas, morales, psíquicas, coacciones o molestias, trabajos incompatibles con su estado físico, acciones denigrantes a su dignidad, o hacerles víctimas de exacciones, ni ser sometidos a
experimentos científicos;…"

Creo que poner a trabajar a los reos es una de las mejores formas de "readaptarlos socialmente". O qué, ¿se readaptarán mejor siendo unos perfectos vagos y holgazanes, maquinando más fechorías mientras son mantenidos por los contribuyentes?

Y como la Constitución dice también que se les debe reeducar pues que, adicionalmente al trabajo, también estén obligados a tomar clases dentro de la cárcel.

De allí en adelante, creo que el trabajo no es ni un "trato cruel", ni una "tortura física, moral, psíquica", ni una "coacción o molestia" (tal vez para los vagos, pero asumiremos que los reos no lo son). Por supuesto, estoy de acuerdo con que no se les ponga "trabajo incompatible con su estado físico", y estoy plenamente convencido que ningún trabajo es "denigrante a la dignidad" de nadie, ni es una "exacción", mucho menos un "experimento científico".

Piénselo por un momento, ¿acaso no se espera de toda persona que trabaje para sustentarse? ¿Acaso no es eso lo que hacemos todos los días, y además tenemos que pagar impuestos para mantener a los criminales vagando?

Creo que lo menos que esperaríamos los ciudadanos es que los presidiarios por lo menos trabajen para su sustento. Y el que no quiere trabajar, pues que no coma. ¿Acaso no los ciudadanos honrados estamos sujetos a esta misma limitación?

Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 17 de Noviembre de 2,005

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