lunes, 20 de febrero de 2006

Tecnocracia insaciable

La Oligarquía de la Tecnocracia Internacional siempre encontrará la forma de salir en caballo blanco.

Justo cuando creíamos que la Oligarquía de la Tecnocracia Internacional, OTI, no nos podía sorprender más, se sacan un nuevo truco de la manga para demostrarnos que, indistintamente de lo que hagamos, siempre encontrarán la manera de fregarnos más. Debido a que, según las cifras corregidas del Banco de Guatemala, los guatemaltecos ya sobrepasamos el 15% de carga tributaria, ahora resulta que la meta ya no es el famoso 12% sino el 16%.

Por supuesto que para decirlo siempre se revisten de un aura de preocupación por los desamparados y se presentan como la solución para erradicar todos los problemas de la pobreza. Pero todo eso no es más que una gran mentira cuidadosamente elaborada para mantener engañados a los ingenuos, mientras que ellos se dan la gran vida a expensas de los contribuyentes del mundo desunidos.

No nos engañemos, ellos siempre van a hacer la misma propuesta porque o es la única que conocen o –malicioso que es uno– porque saben que es la que más conviene a sus intereses, indistintamente que los hambrientos del mundo sigan siendo pobres, precisamente por continuar aplicando la misma propuesta de siempre.

La única recomendación que podemos esperar de la OTI es esa: tienen que pagar más impuestos, para poder "invertir" más en los pobres y sacarlos de la pobreza. Pero esa propuesta, con raíces en el socialista concepto del Estado Benefactor que ellos tanto aprecian, no ha sido exitosa en ninguna parte en donde la han tratado de implementar.

¿No me cree? ¿Qué le parece que los países que más "ayuda internacional" y financiamiento y asesoramiento han recibido de la OTI durante los últimos 60 años no sólo siguen siendo pobres sino que adicionalmente se hundieron tanto en la miseria que hasta la misma OTI tuvo que crear una nueva denominación: países pobres y altamente endeudados.

Por supuesto que como los de la OTI son expertos en desestimar la evidencia –particularmente cuando ésta les inculpa– y adornar el escenario a su conveniencia, ahora resulta que después de 60 infructuosos años de seguir su fórmula, no sólo no reconocen su responsabilidad, sino vuelven a proponer que la solución para esos menesterosos es más de lo mismo.

Claro, ellos se cuidan muy bien de mencionar que, mientras andan por el mundo exigiendo que los malditos y ricos capitalistas (y todos los demás también) paguen más impuestos, ellos no pagan ninguno. Así como lo oyó. Estos fariseos modernos están prestos para condenar a cualquier emprendedorsucho que se les ponga enfrente, pero ellos gozan de la impunidad que les da trabajar en uno de los más selectos y exclusivos paraísos fiscales: el sistema de las Naciones Unidas y todas sus organizaciones conexas. ¡Hipócritas!

Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 16 de Febrero de 2,006

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