La economía informal es informal, precisamente porque no puede correr con los costos de la formalidad.
Entre toda la discusión que se ha suscitado recientemente alrededor del salario mínimo, creo que lo que más amerita comentar es la propuesta de los representantes del CACIF de que se establezca un salario mínimo alternativo que se aplicaría a las empresas de la economía informal.
Por increíble que parezca, la propuesta fue tan formal que hasta se establecía cuál debiera ser el valor con que el salario mínimo alternativo iniciaría a aplicarse y una escala de aumentos que el mismo sufriría a través de los años para, poco a poco, irse equiparando con el de la economía "formal".
Esta propuesta se constituye en un verdadero absurdo ya que ignora por completo la razón de existir de la economía "informal". La economía llamada informal es "informal" precisamente porque no puede (o en algunos casos, no quiere) correr con los costos de operar en la formalidad.
Cuando lo que produce una persona (como empleado o como empresario) no es suficiente como para cubrir con los costos de operar "formalmente", es decir, pagando todos los impuestos y costos que esa formalidad representa, se ve ante la encrucijada de salirse del sistema legal (formalidad) y pasarse a vivir fuera de la legalidad o, simplemente, dejarse morir.
Obviamente, la alternativa que todos escogen es la de pasarse a la informalidad, la cual, con todos sus problemas, es mucho más acogedora que la muerte por inanición.
Lo que es válido para las empresas, es válido también para las personas. Ante la disyuntiva de morirse de hambre por no encontrar un empleo "formal" en el que se le pague el sueldo mínimo y todas las prestaciones de ley o trabajar sin todas esas prestaciones y probablemente con ingresos menores del "mínimo", las personas, por supuesto, eligen vivir y trabajar en la informalidad.
Con algunas excepciones, la mayoría de los que viven en la informalidad quizá preferiría vivir en la "formalidad", pero el problema no es lo que las personas quieran, sino las circunstancias que se le presentan.
La "informalidad" nunca se podrá eliminar completamente, pero si se quiere reducir, lo que hay que cambiar es la raíz del problema y no las ramas. Y el meollo del asunto es el COSTO de vivir en la formalidad. Mientras más impuestos y regulaciones existan para operar "formalmente" más se incentiva la informalidad.
De allí que la única forma de reducir la informalidad es reducir los impuestos y todas las trabas, trámites, y demás regulaciones burocráticas que hacen difícil el operar "formalmente". Poner más trabas, como por ejemplo un salario mínimo "informal", es nada más que una declaración de ignorancia de la naturaleza humana.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 6 de octubre de 2,005
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