viernes, 28 de diciembre de 2007

Curso para "bloggeros"

I'm evaluating a multi-media course on blogging from the folks at Simpleology. For a while, they're letting you snag it for free if you post about it on your blog.

It covers:

  • The best blogging techniques.
  • How to get traffic to your blog.
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I'll let you know what I think once I've had a chance to check it out. Meanwhile, go grab yours while it's still free.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Obsequio de fin de año

Quiero compartir con todos ustedes un pequeño libro sobre las fiestas de fin de año que a mí me hizo reflexionar mucho. Espero que les guste. Lo puede encontrar aquí (está en inglés).

¡¡¡¡Que tengan todos un muy feliz año 2008!!!

P.S. También le recomiendo que tome un tiempito para ver las fotos de Navidad que están un par de entradas más abajo.

Reflexiones

Hay mucho por qué estar agradecidos y mucho que buscar el año que viene.

Estas épocas siempre me ponen reflexivo, sin embargo unas cuantas charlas, un par de películas y libros añadieron todavía más a ese ánimo reflexivo de "fin de año". Mi conclusión es que éste ha sido un buen año y tengo muchas cosas por las cuales estar agradecido y que el 2008 se presenta también como un buen año, si tan sólo nos ocupamos en buscar nuestros objetivos.

El 2007 fue un buen año para mí. Me trajo muchas bendiciones y tengo muchísimas cosas por las cuales estar agradecido. Le agradezco a Dios, primeramente por mi familia, mi esposa y mi hija: son las mejores joyas que me pudo dar y sin ellas mi vida estaría vacía. También estoy muy agradecido porque, luego de casi 20 años de separación, finalmente este año mi familia volvió a reunirse.

También estoy agradecido por los amigos que tengo. Con algunos trabajo todo el tiempo, a otros apenas los veo quizá una vez al año, pero poco a poco, esos lazos de amistad van creciendo a veces incluso más que los familiares. Este año debo agradecer también que nuevas personas se han incorporado a ese círculo de amigos, en especial, las madres y los niños del Hogar Rafael Ayau.

También estoy agradecido por la salud y las oportunidades que hemos tenido este año. Por las muchas satisfacciones, batallas, éxitos, alegrías, tristezas y muchos conocidos que el trabajo en los medios me ha permitido experimentar y conocer. Por haberme iniciado formalmente en el hobby de la fotografía. Incluso hasta las cosas que al principio parecían malas, como el tener que mudarme por causa del Transmetro, al final resultaron siendo una bendición.

En fin, para mí el 2007 ha sido un buen año y deseo con todo corazón que también lo haya sido para usted.

Ahora nos enfrentamos al nuevo reto, al nuevo año, al 2008. Como soy optimista a más no poder, creo que el nuevo año también será muy bueno. Qué vaya a suceder, no tengo la más remota idea, así como hace un año no sabía que viviría en otra casa, que tendría nuevos amigos, las batallas que me tocaría pelear.

Lo que sí podemos hacer es trazarnos metas, objetivos, que nos den un norte hacia dónde dirigirnos y saber que, si bien es cierto hay muchas cosas y circunstancias que no dependen de nosotros, siempre, ante cualquier situación, tendremos la oportunidad de decidir si queremos ser dueños de nuestro destino y responsabilizarnos por las decisiones que tomamos o simples "víctimas" de las circunstancias en busca de alguien a quien echarle la culpa de nuestras desgracias.

En una de las lecturas recientes encontré una cita de Benjamín Franklin que me gustó: "mantente siempre en guerra contra tus vicios, en paz con tus vecinos, y que cada año nuevo te encuentre como una mejor persona". Le deseo que el año entrante usted pueda volver su mirada atrás y ver que, en efecto, es una mejor persona. ¡Feliz 2,008!

Publicado en Prensa Libre el jueves 27 de diciembre de 2007.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Condenados

Muchos miles de niños fueron condenados por los diputados a vidas miserables.

En medio de sonrisas y aplausos, los diputados condenaron la semana pasada a muchos miles de niños a vidas miserables, al aprobar la ley de erradicación de las adopciones, falazmente conocida como “Ley de Adopciones”.

La mayoría de los diputados, como siempre ignorantes de lo que aprueban, ni siquiera se dieron por enterados de lo que estaban haciendo. Pobres diputados, no saben la condena que se están echando encima y que deberán pagar aquí y en la eternidad.

En lo personal, esta decisión legislativa es causa de mucho dolor, porque la posibilidad de una esperanza de vida mejor que tenían muchos miles de niños ahora se les ve cortada de tajo. Para quienes conocemos a muchos de esos niños cuya casi única esperanza en la vida es que alguien se apiade de ellos y los adopte, es un día muy triste.

La nueva ley pretende centralizar en una novedosa institución todo el proceso de las adopciones.

Que sean los burócratas de esta institución quienes decidan qué niño le dan a qué familia, que sea el “estado” quien se encargue de los niños mientras están en el proceso de adopción. Uno de los grandes logros de la ley, según sus propios propulsores, es que hará que el proceso, que ahora toma entre cuatro y nueve meses, dure “por lo menos dos años”.

El nuevo sistema está diseñado para reducir al máximo la cantidad de adopciones, porque para los detractores de la adopción la cantidad implica el “negocio”. En su estrechez de mente no entienden, o simplemente no les conviene, que en Guatemala anualmente cerca de 15 mil niños son abusados y abandonados por sus padres, y que es a ellos a quienes, en última instancia, se les está vedando la oportunidad de una vida mejor.

¿Qué va a pasar con todos los niños que ya no van a ser adoptados? ¿Pararán en los “hogares estatales”, de los que ni hay suficientes, y los que ha habido, en varios casos los han tenido que cerrar, por los graves abusos que se han cometido allí contra los niños? (Sí, incluso durante esta administración).

¿Se incrementarán los abortos de niños no deseados? ¿O simplemente irán a engrosar las filas de los niños de la calle, que luego sirven de carne de cañón de las maras?

Para lograr el consenso contra las adopciones sus detractores se han valido de toda una “exitosa” campaña de desprestigio de la adopción a través de la difusión de mitos.

Al final el resultado es que se acabarán o por lo menos se reducirán considerablemente las adopciones, con lo cual se estará afectando las vidas de muchísimos niños que ahora tendrán que enfrentar una vida mucho más difícil.

Eso es lo que nos duele. Y lo peor es que se debe a la comisión de unos pocos miserables, que poco les interesa el “bienestar” de los niños, sino avanzar sus agendas políticas, y a la omisión de muchos que, por evitar el “qué dirán”, simplemente se quedaron callados.

¿Cuántos de los detractores adoptarán ahora a los niños?


Publicado en Prensa Libre el jueves 20 de diciembre de 2007.

jueves, 6 de diciembre de 2007

¿Democracia forcivoluntaria?

¿Qué pasó tras bambalinas en Venezuela?

El resultado del referéndum en Venezuela fue una sorpresa para casi todos. No tanto porque haya ganado el “No”, sino porque Hugo Chávez lo permitiera y lo aceptara. Y digo que no tanto porque haya ganado el “No”, ya que la semana pasada en el programa Todo a pulmón entrevistamos a una periodista venezolana, Elsy Manzanares, quien nos indicó que todo apuntaba a que la población se decantaba por el “No”.

Muchos creíamos que Chávez -aunque perdiera- aprovecharía su control de las instituciones para arrebatar el resultado, por lo que, luego del triunfo del “No” y el reconocimiento de la derrota por parte de Chávez, nos quedamos asombrados. Yo mismo, el lunes en el programa, le reconocí a Chávez la gallardía de aceptar la derrota.

Cuál no sería mi sorpresa al recibir el lunes por la tarde un correo con una crónica de los eventos tras bambalinas ocurridos durante esas nueve sospechosas horas de espera. Por aquello de las dudas, lo consulté con varios conocidos con nexos con la oposición en Venezuela y todos me confirmaron que, detalles más, detalles menos, eso era lo que realmente había ocurrido. A continuación, la crónica:

“De las 5 de la tarde en adelante, el Gobierno intentó revertir la tendencia que todos los exit poll decían: No: 60%, Sí: 40%. Chávez mandó a poner una tarima para celebrar el triunfo y filtraron resultados alterados a las agencias internacionales. En ese juego entraron el CNE (Consejo Nacional Electoral), el alto gobierno, agencias internacionales y algunas encuestadoras aliadas al gobierno.

“Los partidos políticos, los estudiantes y Baduel tenían en sus manos los verdaderos resultados y decidieron que no se iban a dejar quitar el triunfo evidente.

“Baduel, quien había sufrido un atentado, decidió irse al Cufan (Comando Unificado de la Fuerza Armada Nacional) a negociar con la cúpula militar y pidió hablar con Chávez. Chávez, Diosdado (del Comando Zamora por el Sí) y otros no querían negociar la derrota y entró una crisis militar muy fuerte.

“Ya a las 9 de la noche el Gobierno sabía que estaba perdido, pero Chávez en ese momento no quería admitir los resultados. Comenzaba una enorme crisis. Baduel se volvió el gran negociador, el propio Chávez admitirá después que fue él el que retrasó el primer boletín del CNE.

“Baduel, Chávez, el CNE, el Alto Mando Militar y los factores del No negocian unos resultados que no fueran humillantes para Chávez y aparecen esos resultados cerrados.

“Tibisay Lucena (presidenta del CNE) crea una crisis interna dentro del CNE. Su alianza con Chávez hace que se retrasen los resultados y comienza una larga jornada donde los actores del No llegan al CNE, para exigir que se reconozcan los resultados.

“CNE da el primer boletín y Chávez habla de una derrota pírrica.

“Los verdaderos resultados daban 56% para el No y 44% para el Sí, con 44% de abstención. Sólo este último dato quedó igual”.

¿Es creíble esta crónica? Júzguelo usted.


Publicado en Prensa Libre el jueves 6 de diciembre de 2,007

Vergüenza legislativa

Propongo instaurar el “Día de la vergüenza legislativa”.

El martes 27 de noviembre pasará a la historia como el día en que los diputados guatemaltecos se despojaron de todo vestigio de vergüenza que todavía pudieran tener, y se retrataron de cuerpo entero como un grupo de aprovechados sin el menor recato. Yo propongo que los ciudadanos (ya que los legisladores, por razones obvias, nunca lo harían) decretemos el 27 de noviembre como el “Día de la vergüenza legislativa”.

En una larga sesión, la mayoría de los diputados aprobaron tres proyectos de una manera que a cualquiera que no tenga piel de cocodrilo le avergonzaría. Primero, aprobaron que se ampliara la vigencia del “temporal” Ietaap, lo que creo que es la peor y más condenable decisión de las que tomaron, aunque para muchos pase casi inadvertida.

Utilizaron la absurda excusa de que lo hacían por “responsabilidad” y por “solidaridad”, pero eso no es más que una falacia. Son irresponsables porque de esa manera están impidiendo que los habitantes de Guatemala mejoren su nivel de vida y al final paren arriesgando su propia vida buscando una mejor opción en el norte. Y no son “solidarios”, porque la solidaridad se practica con la billetera propia, no con sombrero ajeno, como lo hacen los funcionarios con los dineros de los tributarios.

Luego aprobaron un presupuesto general de ingresos y egresos bastante cuestionado ya como iba, pero con el agravante de que añadieron una cláusula en donde dejan en libertad al Ejecutivo para que lo cambie a su sabor y antojo, sin tener que pedir permiso ni dar cuentas a nadie.

En pocas palabras, le giraron un cheque en blanco por Q42 mil millones a la administración de Álvaro Colom. O lo que es lo mismo, de un plumazo (o pezuñazo, pensarían muchos) abolieron el sistema de pesos y contrapesos de nuestra república y abrieron de par en par las puertas de lo que ya de por sí es un arca abierta en donde hasta los más justos han pecado.

Y por último, y más ignominiosamente, se recetaron una indemnización y una indexación de su sueldo, utilizando para tan avorazado propósito la ahora infame excusa de la “emergencia nacional”. ¿En qué cabeza con medio dedo de frente puede caber una lógica más extraña que esa de calificar de “emergencia nacional” la indemnización de los diputados y su aumento de sueldo?

Por supuesto que la respuesta es sencilla, lo hicieron con toda la alevosía y lógica del caso, para lograr su avezado propósito antes de darle tiempo a la ciudadanía y la opinión pública de reclamar y escandalizarse. Como dice la frase que se atribuye a alguno de tantos politiqueros guatemaltecos: “La vergüenza pasa, pero el dinero queda en casa”.

Ahora aprovecharán las “vacaciones navideñas” para esconderse en sus refugios y esperar que para enero ya haya otros escándalos y a la ciudadanía se le olvide su despreciable actuar. Con toda esa calaña de diputados, ¿qué podemos esperar?


Publicado en Prensa Libre el jueves 29 de noviembre de 2,007.

Foto: Infografía de elPeriodico.

Mala decisión


El gobierno de Colom se inicia con una mala decisión.

El gobierno de Colom no se ha ni iniciado y ya empieza con malas decisiones, como por ejemplo: aprobar la extensión del Impuesto Extraordinario y Temporal de Apoyo a los Acuerdos de Paz, mejor conocido como Ietaap. Esperemos que este no sea un indicativo de cómo será su gobierno.

¿Por qué creo que es una mala decisión? Por varias razones, pero detallo las más importantes.

Primero, una de las promesas de campaña de Colom es que no habría más impuestos, por lo menos el primer año, y ahora resulta que lo primero que hacen es eso. Alguien dirá que no está violando su promesa, ya que el Ietaap no es un impuesto nuevo, sino que ya existía y sólo se está extendiendo, pero esa es una forma muy conveniente y política de taparle el ojo al macho.

Lo cierto es que, hasta el momento, a partir de enero ningún tributario en el territorio guatemalteco tendría que pagar un impuesto conocido como Ietaap, pero ahora resulta que los diputados, liderados por la bancada de la Unidad Nacional de la Esperanza, se están rasgando las vestiduras argumentando que si no se establece que durante el año 2008 esos tributarios paguen el Ietaap, el Gobierno no tendrá suficientes fondos para despilfarrar, perdón, para inversión social, y que, por tanto, hay que aprobarlo también para el año 2008.

Podrán llamarle extensión, aplazamiento, retraso de finalización o cualquier otro engañoso nombre, pero lo cierto es que tendremos que pagar un impuesto que se suponía que no íbamos a pagar.

Segundo, esa promesa rota, aunada al cambio a última hora de reglas pactadas desde hace tiempo (la finalización del impuesto temporal en diciembre de 2007), minan las certezas jurídica y política, tan necesarias para atraer inversiones, especialmente, aquellas de grandes montos y largos plazos que tanto se necesitan para que los guatemaltecos podamos mejorar nuestro nivel de vida.

Tercero, el Ietaap -como su primo hermano, el Impuesto sobre la Renta (ISR)- castiga el rendimiento de las inversiones, y todavía peor que este último, ya que se tiene que pagar aunque no haya “rentas”. Nuevamente, lo que necesitamos en Guatemala para progresar es más inversiones que generen más y mejores empleos. Es la única forma, no hay otra; especialmente, no funciona esa robinhoodesca visión de la redistribución de la riqueza a través de la acción gubernamental.

Y si lo que necesitamos es que vengan más inversiones, lo peor que se puede hacer es ponerle impuestos al rendimiento de esas inversiones. De hecho, lo mejor sería que se empezara a revisar el ISR para bajarlo o, mejor aún eliminarlo, a fin de atraer más inversiones, no hacer todo lo contrario. Para su referencia, la tasa corporativa del ISR en Guatemala es más alta que el promedio de esa misma tasa en todos los países de la OECD (club de los países ricos).

¿Podemos atraer inversiones así? Lo dudo. Pero con el Ietaap, no lo dudo, estoy seguro de que no.

Publicado en Prensa Libre el jueves 22 de noviembre de 2007.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Gorequemada


¿Quién es el extremista cerrado a otras visiones?

Ahora que ya salimos del tema de las elecciones y en lo que esperamos las primeras decisiones de los nuevos gobernantes (aunque ya empezaron mal, como por ejemplo con el apoyo al Ietaap), me da tiempo de regresar a otros temas que se han quedado medio en el tintero, como por ejemplo las reacciones que recibí a raíz de mi artículo referente a la declaración de Al Gore de que “el debate se acabó” en cuanto a la hipótesis antropocéntrica del origen del calentamiento global.

Recibí varios correos y comentarios en el blog (jorgejacobs.blogspot.com), algunos a favor y otros en contra de mi postura. Quiero citar sólo un párrafo de uno de ellos, enviado por Carla, que creo que enmarca muy bien la postura de quienes me criticaron mi artículo y me permite ahondar la explicación:

“Soy una egresada de la Marro, te admiré pero veo que poco a poco te vas volviendo más dogmático y fanático con esto del liberalismo. Ahora cuestionas a líderes mundiales, ¡vamos a creer esto! Ahora encuentras complots y acuerdos de Al Gore, Discovery Channel, History Channel, National Geographic y demás organizaciones serias sobre que es ‘exagerado’ o mentira lo del calentamiento global.

Realmente deberías hacer una reflexión y autocrítica para darte cuenta de que vas con un grupito de fanáticos de la Marro, cada vez más y más para el punto de creer que son dueños de la verdad absoluta. Yo creo en Von Mises, en la teoría de la acción humana, la rebelión de Atlas y demás jergas, pero de eso a no comprender que el mundo no es blanco y negro, hay una gran distancia. El mundo es de matices, amigo, los fanáticos son los que creyéndose lo que ellos piensan como verdades absolutas asumen posiciones algo ridículas, tal y como tu artículo en Prensa Libre”.

Pues bien, le respondo a Carla y a todos los demás: el argumento utilizado le cabe precisamente a Al Gore et al., quienes creyéndose como verdad absoluta lo que piensan en relación con el calentamiento global, argumentan que “el debate se acabó”. Es decir, ellos tienen la verdad absoluta y no hay lugar para opiniones disonantes.

Si leen bien mi artículo anterior, verán que mi argumentación es precisamente en contra de esa arrogancia de declarar a los cuatro vientos que su punto de vista es la verdad “verdadera” y que no existe espacio para que alguien se oponga. Eso, a pesar de que, para principiar, ni siquiera hay un consenso en el “mundo científico” en relación con los orígenes antropocéntricos del calentamiento global y que, en última instancia, el conocimiento científico no ha avanzado por consenso democrático.

Es esa postura, más parecida a la de algún inquisidor de antaño, como Tomás de Torquemada, por ejemplo, la que rebato en mi artículo, sin siquiera entrar en los detalles, a los que espero llegar en un artículo posterior, como por ejemplo que la versión cataclísmica de Gore es exagerada, aun comparándola con la versión de sus compañeros Nobeles de la Paz del IPCC.


Publicado en Prensa Libre el 15 de noviembre de 2007.

Foto publicada en el Indianapolis Star.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Ahora, la realidad


Empieza una nueva etapa.

Se acabaron las alegres elecciones (aunque esta vez fueron más negras y ponzoñosas que alegres) y debemos ahora, especialmente los políticos ganadores, despertar a la realidad. Ya no sirven de nada los ofrecimientos, las promesas, los compromisos, los apretones de manos, el cargar y besar niños, las banderitas y toda la demás parafernalia que envuelve un proceso electoral. Ahora hay que enfrentar los problemas que aquejan a toda la población.

Y es que durante esos tan emotivos y viscerales discursos los políticos oferentes olvidan que quienes vivimos en la cruda realidad, los ciudadanos de a pie, quienes no tenemos guardaespaldas ni andamos en vehículos blindados, (mucho menos en helicópteros o jets) necesitamos medidas inmediatas para salir de tanta podredumbre.

Es muy fácil ofrecer despliegues increíbles de fuerzas combinadas para brindar seguridad a la población, pero eso no servirá de mucho si la Policía Nacional Civil continúa en desventaja en relación al armamento y logística que usan los mareros, y ya no digamos el crimen organizado y sus muy bien estructuradas organizaciones, quienes incluso le pagan mejor a sus bizarros que a los agentes (aunque en muchos casos también les pagan, y muy bien, a ellos). Sería como aumentar la cantidad de ovejas que intentan cazar a una manada de lobos.

Y si en caso llegaran a ser copados y capturados estos seres mezquinos y parias, más titánico será propiciarles un castigo rápido, certero y ejemplar, pues la actual burocracia judicial y su tortuguismo, también derivado de un limitado presupuesto para funcionar, no aprestan un rápido y ejemplar castigo.

"Es que no alcanzan los recursos", es el primer grito que se escucha como excusa. "Cuarenta millardos no son suficientes para cubrir las necesidades sociales de la nación, bla, bla, y bla". Esa canción desafinada y altisonante la venimos escuchando hace más de veinte años y por más que se suben impuestos directos, indirectos, temporales (nuevo disfraz para las palabras "inconstitucional" y "arbitrario"), las sobras del presupuesto después de cubrir esas "necesidades sociales" no alcanzarán para hacer funcionar, y menos mejorar, esas funciones primigenias del gobierno que beneficiarán a toda la población: Seguridad, justicia y reglas del juego claras y limpias.

Así es que allí están las dos recetas. Una que durante muchísimos años de inventar y elevar impuestos (sí, leyó bien, inventar), dedicarse a necesidades sociales que no le competen, nos ha llevado a la eterna crisis y rezago. Y la otra probada exitosamente en la historia, con leyes generales, conocidas, cargas tributarias bajas, gobiernos pequeños y dedicados a sus funciones de seguridad y justicia, que llevó a la prosperidad a muchos países alrededor del mundo.

La elección es simple. Espero y lo entiendan de esta forma porque dibujos y trocitos de madera no puedo usar aquí.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Ahora sí

Finalmente saldremos de la inquietud.


Para darle cierre a mi artículo “Se acabó”, que publiqué antes de la primera vuelta electoral, ahora sí, indistintamente cuál sea la visión de gobierno y Estado que cada uno tengamos, se acabó la espera y la inquietud sobre quienes tendrán a su cargo administrar los fondos de los tributarios durante los próximos cuatro años.

Yo reafirmo mi convicción de que, indistintamente de quien salga electo el domingo, la cosa seguirá más o menos igual, con distintos matices, sí, pero no con muchas diferencias, hasta que no entendamos que el problema no es quién llega a la silla de los Q40 mil millones anuales, sino el sistema y las instituciones.

Como siempre, parezco ir contracorriente o “a contravía”, como diría Estuardo Zapeta. No soy partidario del presidencialismo que tanto ha predominado, no sólo en Guatemala, sino en toda Latinoamérica, durante tanto tiempo.

No me creo el cuento de que el Chapulín Colorado, Superman, las Chicas Superpoderosas o algún otro superhombre (o supermujer, uno nunca sabe) llegará a resolver todos nuestros problemas y a sacarnos del subdesarrollo. Es más, creo que esta mentalidad, tan fomentada por los políticos en esta y en casi todas las campañas desde que el país es “democrático”, es una de las principales razones de nuestro subdesarrollo, pobreza y rezago.

El que la expectativa por el resultado de las elecciones del domingo sea tanta y que mucha gente espere que Otto Pérez Molina o Álvaro Colom sean la solución para sus problemas es tan solo una muestra más de que ese tan dañino mesianismo salvador y la absurda esperanza de que sea un hombre honrado y honesto quien les dará solución a los problemas del país, aún siguen profundamente enraizados en la mente de los electores.

Parecemos seguir sin entender que el problema no está en las personas sino en el sistema.

Mientras no corrijamos el sistema, seguiremos siempre eufóricos en las campañas políticas y decepcionados a los pocos meses, y la cosa seguirá siendo un sube y baja de pasiones, porque siempre estaremos esperando al siguiente, al que sí va a ser honrado, al que va a ser inteligente, al que va a ser capaz, al que va a tener carácter, al que va a tener conocimiento, al que todo lo puede, sin comprender que nunca llegará esa persona ideal.

Independientemente de quien llegue a la silla, repito, no va a cambiar el rumbo sin norte que actualmente nos lleva dando tumbos, más para atrás que para delante, en el camino del desarrollo. Este domingo, o a más tardar lunes, al fin sabremos quién ocupará esa tan codiciada silla. Lo que no sabremos ni tendremos claro será cuándo por fin dejaremos de creer en ese tan dañino presidencialismo, ni cuándo entenderemos que los cambios son del sistema. Yo, por eso, voto por Pro Reforma...

Publicada en Prensa Libre el jueves 1 de Noviembre de 2007.

viernes, 26 de octubre de 2007

El debate se acabó

No sólo a Otto Pérez le desagradan los debates.

Con la corta frase “el debate se acabó”, Al Gore intentó imponer su punto de vista acerca de las causas del calentamiento global sobre toda la humanidad, haciendo caso omiso de que existen muchos destacados y respetados científicos que no comparten su catastrófica visión del mundo.

Ese solo intento de imponer su punto de vista sobre todos los demás y descalificar a priori a cualquiera que ose esgrimir un punto de vista diferente hace que sea todavía más irónico que el mismo sea la causa por la cual lo premiaron con el Nobel “de la Paz”.

Para Gore, los tecnócratas de las Naciones Unidas y muchos activistas, quienes se oponen a su visión antropomórfica y catastrófica del calentamiento global, no pueden ser menos que una partida de corruptos vendidos a las “transnacionales del petróleo” que solo están viendo cómo le hacen para que gastemos más combustible y no les importa que, como consecuencia, el mundo se vaya destruir.

Esa es una agenda que les ha sido muy útil, a unos, para conseguir pisto; a otros, aunque sea un Nobel. Lamentablemente, lo han hecho a expensas de la libertad de disentir que todos deberíamos tener.

Al mejor estilo autoritario de cualquier dictadorzuelo de tercer mundo, el ahora premio Nobel de la Paz pretende que todo el mundo incline la cabeza ante su argumento y que todos, cual dóciles ovejitas, nos encaminemos por la senda que él, con tanta sabiduría, omnipresencia, magnanimidad y bondad, nos ha trazado.

Con afirmar que el debate se acabó, Gore parece más un fanático inquisidor acusando a los científicos de poner en duda los dogmas de la santa Iglesia, que alguien que se precia de siquiera interesarse por la ciencia.

Para su referencia, el debate no se ha terminado. Para principiar, todavía es mucho más lo que desconocemos que lo que ya se conoce sobre cómo funcionan y cómo se interrelacionan todas las variables que inciden en el clima global.

A eso se le debe añadir que la teoría antropocéntrica del calentamiento global solo es una de las tantas existentes; por supuesto, la que más le gusta al establishment de la tecnocracia internacional, pero eso no le da la “validez científica” que ellos pretenden.

Así que sigamos con el debate.

P.S.: en cuanto a Otto Pérez y los debates, resulta que en Guatemala no existen los debates de candidatos, por lo menos de los presidenciables. Lo que ha habido, a lo sumo, se podría calificar de foro, ya que no ha existido el debate. Debate es que se permita a los participantes debatir y rebatir los argumentos del contrario, pero eso no se hace aquí, porque casi todos le rehúyen, no sólo Pérez.

Publicado en Prensa Libre el 25 de octubre de 2007.

Compadre Espada

No me ayudes, compadre.

“No me ayudes, compadre”, creo que debió haber sido la expresión de Álvaro Colom al leer la entrevista al candidato vicepresidencial de la UNE, el doctor Rafael Espada, que Prensa Libre publicó este martes. El subtítulo de la entrevista reza: “Algunos financistas me han dado recursos porque no confían en Álvaro o Sandra”.

Obviamente, el doctor Espada no recapacitó sobre lo que estaba diciendo: que ni siquiera algunos de los financistas, probablemente amigos suyos, confían en Álvaro Colom y su esposa.

La pregunta obligada para el doctor Espada es, entonces: ¿Si ni siquiera sus amigos, quienes están poniendo algunos centavos en la campaña de la UNE, confían en Colom, qué podemos esperar los guatemaltecos de nuestros 160 mil millones de quetzales que administrará durante los cuatro años de su mandato, asumiendo que gane?

Luego hizo algunos otros comentarios comprometedores, como, por ejemplo, “Es inconcebible que este país piense en tener un gobierno militar … Me da pavor que la mitad de este país piense en tener un gobierno militar”. Primero que nada, reconoce tácitamente, por lo menos, un empate en las preferencias para la segunda vuelta, cuando no la pérdida, pero lo más importante es su descalificación de los posibles votantes del partido rival.

Siempre en el tema de los financistas, afirmó: “Si alguien dio dinero, seguro lo voy a atender más rápido, pero no voy a hacer lo que ellos me digan”.

Por si eso fuera poco, en una respuesta un poco ambigua, reconoce que no puede controlar a los medios de comunicación, pero que él está acostumbrado a tener el control todo el tiempo. ¿Implicará eso una amenaza velada? Yo no creo que esa haya sido su intención, pero así sonó.

Y es que, al final, en el tema de las comunicaciones, lo importante son las percepciones. Quizá casi todos los que han pasado por el Gobierno han pensado cosas similares, pero no han sido tan cándidos de confesarlo públicamente.

De la lectura de la entrevista coligo que, de ser electo el binomio de la UNE en la segunda vuelta del 4 de noviembre, continuará la secuencia de expresiones cándidas por parte de los gobernantes, de las que tanto nos llegó a acostumbrar Óscar Berger durante su mandato y que ocasionaron muchísimos dolores de cabeza a sus encargados de comunicación, sólo que ahora éstas provendrán no necesariamente de la Presidencia, sino de la Vicepresidencia.

En pocas palabras, el trabajo principal del equipo de comunicación de la Vicepresidencia será intentar mantener callado al vicepresidente, so pena de que su prioridad pase a ser cómo sacar el clavo, o que, como pasó con la administración Berger, los ciudadanos llegamos a acostumbrarnos tanto a las declaraciones del presidente, que al final ya ni se ocupaban en tratar de sacar el clavo, y de seguro hasta dentro de la misma oficina de comunicación se reían de sus declaraciones, como lo hacía el resto de guatemaltecos.


Publicado en Prensa Libre el 18 de octubre de 2007.

Agujero mental

El problema no es fiscal, es mental.

Todos los agoreros del estado benefactor se están rasgando las vestiduras, cubriéndose de ceniza, lamentándose en las puertas de los altares, gritando a pulmón partido la gran tragedia que según ellos será un supuesto “agujero fiscal” que se quedará cuando finalice la vigencia del Impuesto Extraordinario y Temporal de Apoyo a los Acuerdos de Paz, más conocido como Ietaap. Pero el famoso agujero fiscal es principalmente un agujero mental que parecen tener todos estos agoreros, incapaces de distinguir entre un efecto y una causa.

Para ellos, todo el problema es cómo se va a conseguir la gran cantidad de dinero que se necesita para el “gasto social”, aunque todos, ellos incluidos, tienen claro que realmente es para despilfarrar en gastos innecesarios y en sacar de la pobreza, no a los pobres ciudadanos, sino a los pobres funcionarios que, particularmente ahora que se va a iniciar un nuevo gobierno, llegan a resarcirse de todo lo que les costó llegar al hueso.

En ningún momento a estos agoreros se les pasa siquiera por la mente que el problema podría estar precisamente allí, no en los ingresos, sino en los egresos. Para ellos, lo que se gasta el Gobierno, por muy ineficiente, ineficaz, absurdo, tonto o simplemente corrupto que sea, es poco menos que la palabra revelada de Dios; que ningún simple ciudadano, por muy osado que sea, puede atreverse a cuestionar, so pena de que todas las plagas habidas y por haber, empezando por las de Egipto y terminando con las de los cuatro jinetes del Apocalipsis, recaigan sobre él y toda su familia, hasta la cuarta generación.

El que el famoso impuesto “temporal” haya durado ya más de una década y que todavía los burócratas no “están listos” para prescindir de él, les tiene sin cuidado. El que los impuestos al rendimiento de las inversiones, más conocidos como impuestos sobre la renta, sean uno de los principales factores que impiden que un país se desarrolle ya que son un obstáculo para que se realicen las inversiones necesarias para que todos mejoremos nuestro nivel de ingresos y de vida, también les tiene sin el menor cuidado.

Lo único que ese agujero mental les permite percibir es que se va a “perder” una fuente de ingresos para los que viven del erario, ya que su limitada visión, matizada por la circunstancia que nunca en la vida se han visto en la necesidad de hacer algo productivo sino que han vegetado parasitariamente sobre las espaldas de otros que sí son productivos, no les permite entender que la economía es lo más dinámico que existe.

La sola idea de que bajar impuestos puede aumentar la recaudación para ellos es anatema, digna de que sus ponentes sean quemados en la hoguera antes de que puedan contagiar a los demás ciudadanos con tan ponzoñosas y peligrosas ideas. Lástima que el agujero mental parece ser la norma y no la excepción. Amolados estamos.


Publicado en Prensa Libre el 11 de octubre de 2007.

Baboseados de nuevo

Nuevamente asustaron a los candidatos con el petate del muerto.

La aprobación, ayer, de la Ley de Adopciones en tercera lectura es un nuevo y triste caso de cómo los presidenciables cayeron de babosos en la trampa que les tendieron los grupos interesados en acabar con la institución de la adopción, al igual que otros (o los mismos) se los babosearon antes de la primera vuelta con la Cicig.

Con la Cicig, les dijeron que, si no la aprobaban, perderían las elecciones porque era un “clamor popular” y la gente se los cobraría en las urnas. Sí, dijeron todos, y se fueron rapidito al Congreso a presionar a sus diputados para que aprobaran la Cicig, no fuera a ser que “el pueblo” en realidad se lo cobrara en las urnas.

Llegaron al colmo de que uno de ellos hasta echó del partido a un diputado que no cayó en la estratagema de los grupos de presión, con la excusa de que no se “alineó” con la política del partido. ¡Pamplinas!, simplemente no tuvieron la entereza para oponerse a la presión.

Cuál no ha de haber sido su sorpresa (si es que se dieron por enterados) de que, apenas unos días después del “trascendental logro” de aprobar la Cicig, un medio de comunicación publicó una encuesta que decía que el 85 por ciento de la población guatemalteca no tenía ni la más remota idea de qué era la dichosa comisión. ¿Se los babosearon? Usted contéstese.

Ahora volvió a sucederles. Solo bastó con que algunos interesados les dieran unos cuantos periodicazos para que a los candidatos nuevamente les temblaran las piernas y ordenaran a sus diputados que aprobaran a marchas forzadas una ley de adopciones, dejándose llevar solamente por los mitos que se han levantado alrededor de éstas.

Cayeron ante el mito de que secuestran niños para “exportarlos” a través de la adopción. Cayeron ante el mito de que la adopción se utiliza para tráfico de niños. Cayeron en el argumento de que la adopción “es un negocio” y nada más.

Lo peor de todo es que cayeron en el cuento de que, con la nueva ley, todo eso se va a arreglar, que ya no va a haber abogados que se enriquezcan con las adopciones, que ya los pobres niños no tendrán que irse de su país sino que serán adoptados por las miles de familias guatemaltecas que están haciendo cola para adoptarlos; que ya no se dependerá de unos avarientos mercaderes de niños, sino que ahora todos serán tiernamente cuidados y protegidos por la burocracia guatemalteca, siempre tan atenta, eficiente y abnegada.

Pues para la información de los candidatos, todo eso es mentira. Les vieron la cara. Lo que va a pasar simplemente es que las adopciones se van a acabar. Los niños que de esa manera tendrían alguna oportunidad de mejorar en la vida estarán condenados a sobrevivir en Guatemala, si bien les va, como niños de la calle, si es que no van a terminar violados y maltratados en algún orfanato gubernamental.

Que les quede en su conciencia. Para la próxima, infórmense bien antes de ponerse a lloriquear ante los periodicazos.


Publicado en Prensa Libre el 4 de octubre de 2007.

Mediocre competencia (II)

Los mediocres quieren vivir a expensas del trabajo de los demás.

Como siempre me sucede, los artículos que creo que serán los menos controversiales resultan siendo los que más correos, comentarios, regaños e insultos me generan. El caso de mi artículo de la semana recién pasada, sobre la decisión de los tribunales de la Unión Europea de sancionar a Microsoft por “abuso de posición dominante”, no fue la excepción.

Recibí varios correos, algunos respetuosos, otros no tanto, pero todos muy en contra de mi opinión. Algunos me tildaron de ignorante, de desconocer la diferencia entre un sistema operativo y un portal, de ignorar las batallas que día a día luchan los usuarios de Windows para contrarrestar los supuestos abusos de Microsoft. Otros se quejaron de que las aplicaciones de Microsoft ocupan mucho espacio y no son tan buenas.

Algunas otras opiniones fueron divertidas. Como por ejemplo la de alguien que dijo que para que un programa sea exitoso debe ser regalado, y que entonces estuvo bien lo que hicieron los tribunales de la UE. Obviamente, quien así escribió no se percató de que Microsoft da de gratis el Media Player, y lo que dijeron los tribunales de la UE es que debe cobrar por él y no darlo de gratis para no caer en “competencia desleal”.

Las palmas se las llevó quien me indicó que no debo utilizar de fuente un libro como La rebelión de Atlas, y que mejor me informe de lo que está pasando ahora en día a través de alguno de los portales mencionados.

Debo confesar que no creí causar tanto revuelo con ese artículo, pero que el mismo no hace más que justificar mi punto. Todos los argumentos en contra de Microsoft y sus aplicaciones que me enviaron tienen una solución sencilla: no use los productos de Microsoft. Al fin y al cabo, contrario a la creencia popular -y hasta la de muchos jueces despistados, por lo visto-, existen muchas otras soluciones para cada una de las actividades que habitualmente hacemos en una computadora.

Si quiere sistemas operativos, hay otras opciones aparte de Windows, algunas incluso gratis. Si quiere un procesador de palabras, una hoja electrónica, un paquete de presentaciones, una base de datos, un navegador, una agenda electrónica, un manejador de correos, para todas estas actividades existen muchas y diversas alternativas a los programas de Microsoft. Así que tildar a Microsoft de monopolista cuando existen muchas otras alternativas es una confesión de harta ignorancia o de simple haraganería.

Al mencionar no sólo a Linux como competencia de Microsoft, sino a YouTube, Yahoo, Google y FaceBook, no lo estoy haciendo porque crea que un sistema operativo es lo mismo que un portal de Internet, como alguno de los que me escribió me acusó, sino porque las opciones que existen para hacer alguna cosa son muchas y no tenemos la más mínima idea de lo que la tecnología nos pueda deparar en un futuro cercano. Microsoft no sólo es Windows, y la tecnología y las nuevas empresas se pueden comer hasta a Microsoft.

Publicado en Prensa Libre el 27 de septiembre de 2007.

Mediocre competencia

Los mediocres quieren vivir a expensas del trabajo de los demás.

Esta semana, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE) ratificó una multa por US$600 millones contra la empresa Microsoft, bajo la acusación de “abuso de posición dominante”. Este es un nuevo ejemplo de cómo los mediocres se aprovechan de la intervención gubernamental para montarse sobre el trabajo y el éxito de otros. Ese es el verdadero fin de toda esa absurda legislación contra la “competencia desleal”.

El juicio se remonta a una demanda en 1998 que interpuso la empresa Sun, argumentando que Microsoft se aprovechaba de que su sistema operativo Windows era el estándar de facto, que no les daba acceso al código de Windows y que, adicionalmente, cometía una maldad tan grande como lo era incluir gratis, junto con el sistema operativo, un reproductor de imágenes y sonido (el RealPlayer). Estos argumentos fueron aceptados por los burócratas de la UE, y por eso le pusieron esa multa a Microsoft.

Toda esta argumentación surge de la ridícula legislación “antimonopolio” y supuestamente a favor de la “competencia justa” que los mercantilistas de los países desarrollados han logrado que se apruebe en sus países. Pero no nos equivoquemos: esa legislación no ayuda a los consumidores, sino que los perjudica; a quienes ayuda es a los productores mediocres, que de otra manera no podrían competir.

¿No me cree? El resultado del juicio es que Microsoft no debería regalar programas con su sistema operativo, sino que tiene que venderlos. O lo que es lo mismo, los consumidores tendremos que pagar más por lo mismo, para que los productores mediocres también puedan vender sus productos.

El error principal de toda esta mentalidad es creer que cualquier empresa puede llegar a ser un monopolio sin que exista una regulación gubernamental que le impida la entrada a otros. Eso es completamente falso. Con excepción de muy pocos casos -y algunos argumentamos que ninguno-, no existe tal cosa como un monopolio natural. Siempre que exista, aunque sea la posibilidad remota de competencia, es imposible que surja un monopolio, a menos, por supuesto, que el Gobierno le conceda ese privilegio.

Microsoft y Windows no son la excepción. Existen otros sistemas operativos, otros players, otros navegadores y, por si fuera poco, existe mucha piratería. Microsoft ha sido una empresa muy exitosa, y ello hace que muchos mediocres se quieran aprovechar de su éxito.

Pero hasta ellos tienen que competir, y siempre existe la posibilidad de que surja una nueva empresa con mejor tecnología, como han surgido, por ejemplo, Yahoo, Google, YouTube, FaceBook y todas las variantes de Linux.

Si desea profundizar más en estos conceptos, le recomiendo leer la novela La rebelión de Atlas, de Ayn Rand, que el mes entrante cumple 50 años de publicación; sin embargo, como lo muestra este caso, sigue tan vigente hoy como cuando fue publicada originalmente.


Publicado en Prensa Libre el 20 de septiembre de 2007.

Ganó el voto cruzado

No les dimos un cheque en blanco a los políticos.

Considero que las elecciones de este domingo fueron, en general, un éxito, pero lo que más me agradó fue comprobar que los guatemaltecos ya empezamos a aprender a no darles un cheque en blanco a los diputados, a no darles todo el poder, lo que se comprueba al analizar que los guatemaltecos votamos cruzado.

Al principio, tenía la impresión de que no era que los votantes hubieran cruzado su voto sino que simplemente las preferencias estaban tan disgregadas que, aunque la gente votara en línea, de todos modos se tendría un Congreso bastante dividido. Sin embargo, al analizar más detalladamente los datos, me percaté de que los guatemaltecos, en efecto, votaron cruzado.

Hice el ejercicio sólo con los votos para la Presidencia y para la lista nacional (LN), ya que son los más homogéneos para comparar, aunque espero poder hacerlo más adelante, incluyendo los votos para diputados distritales. Los datos son al miércoles por la mañana, y todavía falta un pequeño porcentaje de votos por computar, pero para este efecto el porcentaje es suficiente para comprobar la hipótesis.

Veamos los resultados. Álvaro Colom, de la UNE, recibió 926 mil 244 votos, mientras que los candidatos a diputados por LN de ese mismo partido recibieron 721 mil 988 votos, o sea, 204 mil 256 personas (22 por ciento) que votaron por Colom para presidente no votaron por sus candidatos para diputados.

Otto Pérez Molina, del PP, recibió 771 mil 175 votos, pero sus diputados por LN, sólo 503 mil 442; es decir, 267 mil 733 menos (35 por ciento). Lo mismo, aunque en una proporción menor le sucedió a la Gana, que obtuvo un 8 por ciento menos de votos para LN que para la Presidencia. El partido Casa también sufrió el mismo efecto, y recibió un 37 por ciento menos de votos para LN que para la Presidencia.

Para comprobar la hipótesis, resulta que en los otros partidos sucedió lo contrario. El mejor ejemplo es el Partido Unionista, cuyo candidato presidencial recibió 95 mil 743 votos, mientras que sus candidatos por LN obtuvieron 192 mil 983, es decir, poco más del doble.

Encuentro por Guatemala estuvo igual: Rigoberta Menchú obtuvo 101 mil 316 votos, mientras que sus candidatos por LN obtuvieron 195 mil 151, el 93 por ciento más. Igual le sucedió hasta al FRG, cuyos diputados por LN obtuvieron 30 por ciento más votos que su presidenciable. Lo mismo se puede decir de los demás partidos: ANN, DC, DÍA, PAN, UD, UCN y URNG, en los cuales el porcentaje varió desde 24 hasta 140 por ciento, de más votos por los diputados por LN que por los presidenciables.

Sea por la razón que haya sido, la cosa es que los guatemaltecos votaron cruzado y no estuvieron dispuestos a darle a ningún partido un cheque en blanco. ¡Ojalá los políticos entiendan el mensaje de la ciudadanía!

Si quiere ver los datos completos, los voy a subir al sitio www.radiopolis.info, en la sección de elecciones dentro del foro.


Publicado en Prensa Libre el 13 de septiembre de 2007.

Se acabó

La suerte está echada.

Estamos a un paso de las elecciones generales, y ya podemos decir que la suerte está echada.

Los candidatos a los distintos puestos de elección popular, desde presidente hasta concejales, ya han hecho todo lo posible por ganarse la preferencia de sus electores, y ya no hay nada más que hacer con las poco más de 24 horas que faltan para que se cierre la ventana para hacer publicidad política. Ahora nos toca a los electores hacer nuestra parte.

La pregunta del millón, y que son pocas las personas con las que uno se encuentra que no la hacen es: ¿por quién votar? La respuesta no es sencilla y creo que hay que dividirla. Por un lado, estoy convencido de que lo más importante, en el largo plazo, es cambiar el sistema, lo que sólo se puede hacer desde el Legislativo, por lo que considero que la elección más importante de esta semana es la de los diputados.

En ese ámbito, mi recomendación es que no vote “en línea”, como algunos partidos han hecho campaña recientemente, sino que lo piense bien y busque, especialmente entre los partidos que no van en los primeros dos lugares de las encuestas, a candidatos que por lo menos tengan claros algunos principios y puedan hacer una diferencia en la próxima legislatura.

Los objetivos principales aquí creo que deben ser dos: a) no darle una aplanadora a cualquiera de los presidenciables que más opción tienen de ganar el Ejecutivo, y b) lograr que lleguen al Congreso personas con ideas un poco más claras que los anteriores congresistas, de quienes se pueda esperar que por lo menos estén anuentes a hacer los cambios que el sistema necesita.

Por otro lado, está la elección presidencial. Aquí también estoy convencido de que, mientras no se cambie el sistema, pocas serán las diferencias que notaremos entre los distintos aspirantes.

Serán distintos matices de un sistema similar, donde tal vez la diferencia principal sea que unos roben más o menos que los otros, pero de allí, todo seguirá casi igual.

Si creemos las encuestas publicadas recientemente en donde los que pasarán a segunda vuelta ya están “definidos”, no hay razón alguna para votar por algún candidato en particular, aunque no nos guste tanto, sólo para que pase a segunda vuelta, así que ese mismo “empate técnico” les da a todos los electores la libertad de evitar esas complicaciones y votar por quien sinceramente crean que pueda hacer un mejor papel, siempre dentro de los estrechos límites que permite el sistema actual, y relegar la decisión “pragmática” para la segunda vuelta.

Así que, si espera de mí un consejo para tomar su decisión de voto, aquí le va: en esta primera vuelta, vote por el candidato presidencial que más se acerque a su propia concepción de la vida.

No se deje influenciar por lo que digan las encuestas; la segunda vuelta no nos da tantas opciones, y allí la elección debe ser más limitada: cuál de las dos opciones restantes, si es que alguna, cree que será mejor (o “menos peor”, según lo vea) para el país.

Publicado en Prensa Libre el 6 de septiembre de 2007.

El dorado

El oro muestra la insensatez de atribuirle al “Estado” funciones que no puede ni debe cumplir.

Según un reportaje publicado recientemente, las “comunidades” cercanas a la mina de oro en San Marcos no están muy contentas con los resultados que hasta la fecha han percibido de la explotación minera.

No me extraña su disconformidad, planteada en los términos en los que lo hace el reportaje. El problema es que ésta se podría solucionar no siguiendo las ideas que ellos y el reportaje plasman, sino todo lo contrario.

Así como está planteado actualmente el sistema, el Gobierno es el supuesto dueño del subsuelo, por lo que éste se reserva el derecho de darle permiso para utilizarlo a quien le venga en gracia.

Y lo que es todavía peor, en las condiciones en que la ley regula arbitrariamente los dividendos y la repartición de los mismos, resulta que parte de los fondos expropiados... perdón, aportados por la mina, se van al fondo común para alimentar al insaciable presupuesto general de la Nación.

La otra parte, que se supone va a beneficiar a la comunidad, es dispuesta como mejor le viene en gana al concejo municipal de la zona, quienes en lugar de rendir cuentas de la supuesta inversión, sólo afirman que se invierte en “obras de beneficio social”, pero no especifican para quién.

Por ende, con tanto dinero que se sabe que se está aportando, pero no se sabe en qué se está gastando, la población percibe solamente los beneficios que traen las inversiones de capital, como lo son los empleos directos e indirectos, y se hace la pregunta del millón: ¿a dónde va a parar todo ese dinero?

Y cualquier reglamento o ley que no sea la restitución de la legítima propiedad privada de los propietarios del subsuelo, que son los propietarios del suelo, seguirá haciendo de los auténticos dueños del subsuelo simples observadores de cómo en manos gubernamentales, y a discreción de los políticos de turno, los ingresos por minería se diluyen en un presupuesto que no los beneficia y en “obras sociales” que nadie ve por ningún lado.

Quien decida qué hacer en el subsuelo no deben ser el Gobierno ni las municipalidades, sino los legítimos dueños. Se debe restituir a los verdaderos dueños el legítimo derecho de propiedad del subsuelo, y se verán resultados diferentes en el tema de la minería.

Mientras no se haga eso, seguirán las mismas percepciones, ya que cualquier dinero que llegue a las arcas públicas se pierde en ese barril sin fondo que es el “fondo común”, y sólo sirve para mantener una burocracia inútil.

Pero el problema no es la minería, es la intervención de los políticos en transacciones que debieran ser completamente privadas. Ese es el verdadero quid del asunto. Ojalá los próximos legisladores entiendan esto y devuelvan el usufructo del subsuelo a sus legítimos propietarios, y no esa ficción llamada Estado.

Publicado en Prensa Libre el 30 de agosto de 2007.