Te han acusado de muchos crímenes que no has cometido.
Has sido acusado injustamente de ser el principal engendro de maldad a lo largo de toda tu historia. Desde que iniciaste como humilde semilla, concha o cualquier otra medio que los primitivos humanos encontraron para realizar intercambios un poco más sofisticados que el trueque, te convertiste en el símbolo y estandarte de las más bajas pasiones que pueden manifestarse en los seres humanos.
Te han atribuido la responsabilidad de engaños, odios, rencores, envidias, codicias, concupiscencias, ansias, ambiciones desmedidas, fraudes, traiciones, rompimientos de familias, amistades perdidas, amores rotos, venganzas, quiebras, suicidios, muertes, guerras, incluso de enfermedades, dignidades y hasta virginidades perdidas.
No importó que con el tiempo fueras mutando a diferentes formas, pasando por metales preciosos hasta llegar al actual papel y monedas, indistintamente de si eras respaldado por bancos privados o, como en los años más recientes de tu vida, controlado férreamente por esos monopolios gubernamentales denominados bancos centrales.
El amarte ha sido considerado la raíz de todos los males. Lamentablemente para ti, la mayoría de personas no entendió esta máxima y te atribuyó, por una transitividad mal entendida, que tú eras la raíz de todos los males, sin percatarse que al señalarte con un dedo acusador, como siempre, por lo menos tres les apuntaban de regreso a ellos. Son ellos, somos nosotros, los que actuamos, no tú. Somos nosotros, los humanos, quienes podemos llegar a enloquecer por ti, pero eso no es tu culpa.
Lo peor de todo es que aunque te atribuyen toda esa maldad, a la hora de la hora, con algunas raras excepciones, lo que los humanos anhelamos no es a ti, directamente, sino lo que podemos obtener a través de ti. No eres tú lo que amamos, son los juguetes que podemos obtener por tu medio, es el poder que nos das, es el sentimiento de superioridad que nos brindas, todo lo cual, nuevamente, no es tu responsabilidad.
No eres tú el culpable. No eres tú el ambicioso. No eres tú el ruin. No eres tú el envidioso. Todo eso lo somos nosotros. Pero tú eres inocente. Ni siquiera eres culpable de haberte desaparecido de Guatemala en este fin de año, eso lo son los funcionarios que creen que saben mejor que los demás lo que más les conviene a éstos, y que en momentos como estos demuestran la "inocencia" de creer que ésa es la mejor, si no la única, forma de tenerte.
En este día de los "santos inocentes" quise reconocer a uno de los inocentes que más ha sido vituperado falsamente a lo largo de toda la historia de la humanidad: el inocente dinero.
Publicado en Prensa Libre el 28 de diciembre de 2006.
Este es un lugar en el cyberespacio para compartir ideas. Las mías, en particular, se centran alrededor de la libertad individual que nos permite desarrollarnos y llegar a ser todo lo que queremos ser. Mis Ideas se publican originalmente todos los viernes en el diario Prensa Libre de Guatemala.
jueves, 28 de diciembre de 2006
jueves, 21 de diciembre de 2006
P.C. Christmas
La Navidad, o el nacimiento de Jesús, es la nueva víctima de la absurda corrección política.
En estas doradas épocas del oropel de la corrección política, cuando uno supuestamente debe tener "respeto" de las minorías so pena de ser desterrado al ostracismo por "conservador y retrógrada", resulta que ni siquiera una conmemoración con eminentes raíces religiosas y espirituales, como lo es la Navidad, se escapa de los tentáculos de la corrección política, que parece empeñada en querer sepultar en el olvido los principios, valores y tradiciones judeo-cristianas.
Una investigación reciente del periódico británico The Daily Mail, por ejemplo, reveló que las víctimas más recientes de este ataque de la corrección política son las tarjetas de navidad. En una revisión de 5,500 tarjetas, encontraron que solamente 70 (poco más del 1%) hacían alguna mención al concepto "religioso" detrás de la celebración.
Tanto los mensajes como las imágenes que hacen referencia al nacimiento de Jesús, como por ejemplo, los ángeles anunciando su nacimiento a los pastores, el niño en el pesebre o los tres reyes magos, han desaparecido de las tarjetas. Incluso escenas no "religiosas" vinculadas con la navidad, como Santa Claus o el árbol adornado, también están desapareciendo. En algunos casos se llegó incluso a obviar completamente la Navidad, al grado que una tarjeta simplemente decía: Feliz Diciembre.
La corrección política también se manifiesta en otros ámbitos. Según un reporte de una empresa de derecho laboral, el 75% de las empresas británicas evitaron adornar sus instalaciónes con motivos navideños para evitar ser demandados por cualquiera que crea que la celebración es "ofensiva".
Pero la Navidad es sólo la punta del iceberg. El cristianismo en general está siendo blanco de la corrección política, no sólo en Inglaterra, sino en todas partes. Como lo describe Jeff Randall, editor del también británico diario The Telegraph: "A una minoría tiránica de secularistas intolerantes… las enseñanzas y guianzas del cristianismo tradicional les ofende, así que buscan eliminar de la vida pública todo rastro de ellas".
En Guatemala los políticamente correctos todavía no han logrado los éxitos que han tenido en otros países con relación al cristianismo y la Navidad, pero puede estar seguro que ganas no les faltan, así que, si no tiene el valor para soportar su ostracismo, empiece a acostumbrarse al nuevo lenguaje (que es por donde primero se cuelan): el niño dios o la niña diosa; el Santa Claus o la Santa Claus, los pastores y las pastoras, los reyes magos y las reinas magas, el burro y la burra, y así sucesivamente.
Nota: Si desea leer las notas que sirvieron de base para esta columna, puede encontrár los vínculos en la sección de foros de www.radiopolis.info.
Publicado en Prensa Libre el 21 de diciembre de 2006.
En estas doradas épocas del oropel de la corrección política, cuando uno supuestamente debe tener "respeto" de las minorías so pena de ser desterrado al ostracismo por "conservador y retrógrada", resulta que ni siquiera una conmemoración con eminentes raíces religiosas y espirituales, como lo es la Navidad, se escapa de los tentáculos de la corrección política, que parece empeñada en querer sepultar en el olvido los principios, valores y tradiciones judeo-cristianas.
Una investigación reciente del periódico británico The Daily Mail, por ejemplo, reveló que las víctimas más recientes de este ataque de la corrección política son las tarjetas de navidad. En una revisión de 5,500 tarjetas, encontraron que solamente 70 (poco más del 1%) hacían alguna mención al concepto "religioso" detrás de la celebración.
Tanto los mensajes como las imágenes que hacen referencia al nacimiento de Jesús, como por ejemplo, los ángeles anunciando su nacimiento a los pastores, el niño en el pesebre o los tres reyes magos, han desaparecido de las tarjetas. Incluso escenas no "religiosas" vinculadas con la navidad, como Santa Claus o el árbol adornado, también están desapareciendo. En algunos casos se llegó incluso a obviar completamente la Navidad, al grado que una tarjeta simplemente decía: Feliz Diciembre.
La corrección política también se manifiesta en otros ámbitos. Según un reporte de una empresa de derecho laboral, el 75% de las empresas británicas evitaron adornar sus instalaciónes con motivos navideños para evitar ser demandados por cualquiera que crea que la celebración es "ofensiva".
Pero la Navidad es sólo la punta del iceberg. El cristianismo en general está siendo blanco de la corrección política, no sólo en Inglaterra, sino en todas partes. Como lo describe Jeff Randall, editor del también británico diario The Telegraph: "A una minoría tiránica de secularistas intolerantes… las enseñanzas y guianzas del cristianismo tradicional les ofende, así que buscan eliminar de la vida pública todo rastro de ellas".
En Guatemala los políticamente correctos todavía no han logrado los éxitos que han tenido en otros países con relación al cristianismo y la Navidad, pero puede estar seguro que ganas no les faltan, así que, si no tiene el valor para soportar su ostracismo, empiece a acostumbrarse al nuevo lenguaje (que es por donde primero se cuelan): el niño dios o la niña diosa; el Santa Claus o la Santa Claus, los pastores y las pastoras, los reyes magos y las reinas magas, el burro y la burra, y así sucesivamente.
Nota: Si desea leer las notas que sirvieron de base para esta columna, puede encontrár los vínculos en la sección de foros de www.radiopolis.info.
Publicado en Prensa Libre el 21 de diciembre de 2006.
jueves, 3 de agosto de 2006
El doctor
Honor a quien honor merece.
Con motivo de su octogésimo cumpleaños, varios de mis colegas columnistas han celebrado a ese gran cubano con un inmenso corazón que tanto ha hecho y luchado por el bienestar de los guatemaltecos, el Doctor Armando De La Torre. A pesar de nunca haber recibido clases formales con él, lo considero uno de mis principales mentores, junto con el Dr. Manuel Ayau, por lo que en esta columna me quiero unir a ese tributo tan merecido.
Nuestra primera interacción (la cual él probablemente no recuerda) no fue muy agraciada, al grado que le llegué a tomar un poco de animadversión. En ese tiempo, hace una docena de años, yo trabajaba en la producción de un noticiario televisivo, dentro del cual transmitíamos las opiniones de varios columnistas. El Doctor era uno de ellos, y a mí me tocaba grabar sus participaciones. El proceso, con todo y lo tecnológicamente avanzado para su tiempo, no era tan rápido y directo como el Dr. hubiera querido, lo que en un par de ocasiones lo exasperó y ocasionó más de algún acalorado reclamo.
Unos años más tarde, como Director del CEES, me tocó organizar un seminario sobre ética dirigido por el Doctor. Debido a la experiencia previa, debo confesar que tenía muchas aprehensiones con la organización del seminario, sin embargo, fue allí donde empecé a conocer al verdadero Armando De La Torre: todo un caballero, defensor apasionado de lo que considera correcto, gentil, amable y genuinamente interesado por los demás, aunque siempre con sus arranques.
Conforme lo he ido conociendo, he entendido que esos arranques apasionados, a veces casi llegando a coléricos, son precisamente una parte muy importante de su personalidad. En el seminario, por ejemplo, Luis Enrique Pérez, compiló y luego nos compartió una lista de los temas que pueden "sacar de sus casillas" al Doctor. Recuerdo que la lista era encabezada por Fidel Castro (quien sabe, quizá dentro de poco tengamos que actualizar la lista), mientras que el segundo tema de la lista era la legalización de las drogas (de la que el Doctor es un férreo opositor).
Lejos estaba de imaginarme que unos pocos años después, el Doctor invitaría a Marta Yolanda Díaz-Durán, y ella a su vez a mí, a participar en un programa de opinión en radio, en lo que sería el inicio de nuestra aventura por el fascinante mundo de los programas radiales. Durante 5 años, tuvimos la oportunidad de compartir micrófonos con el Doctor casi todas las tardes. Todos los conocimientos, la sabiduría y la comprensión a que tuve acceso durante ese período son simplemente invaluables.
Con el pasar de los años he llegado a admirar de todo corazón al Doctor. Entre sus muchas cualidades, la que más admiro es su "juventud eterna", que es un gran reto para los que no hemos llegado a vivir, todavía, tanta juventud. Desde esta columna, Doctor, le deseo que tenga todavía muchísimos más años de juventud.
Publicado en Prensa Libre el 3 de agosto de 2006.
Con motivo de su octogésimo cumpleaños, varios de mis colegas columnistas han celebrado a ese gran cubano con un inmenso corazón que tanto ha hecho y luchado por el bienestar de los guatemaltecos, el Doctor Armando De La Torre. A pesar de nunca haber recibido clases formales con él, lo considero uno de mis principales mentores, junto con el Dr. Manuel Ayau, por lo que en esta columna me quiero unir a ese tributo tan merecido.
Nuestra primera interacción (la cual él probablemente no recuerda) no fue muy agraciada, al grado que le llegué a tomar un poco de animadversión. En ese tiempo, hace una docena de años, yo trabajaba en la producción de un noticiario televisivo, dentro del cual transmitíamos las opiniones de varios columnistas. El Doctor era uno de ellos, y a mí me tocaba grabar sus participaciones. El proceso, con todo y lo tecnológicamente avanzado para su tiempo, no era tan rápido y directo como el Dr. hubiera querido, lo que en un par de ocasiones lo exasperó y ocasionó más de algún acalorado reclamo.
Unos años más tarde, como Director del CEES, me tocó organizar un seminario sobre ética dirigido por el Doctor. Debido a la experiencia previa, debo confesar que tenía muchas aprehensiones con la organización del seminario, sin embargo, fue allí donde empecé a conocer al verdadero Armando De La Torre: todo un caballero, defensor apasionado de lo que considera correcto, gentil, amable y genuinamente interesado por los demás, aunque siempre con sus arranques.
Conforme lo he ido conociendo, he entendido que esos arranques apasionados, a veces casi llegando a coléricos, son precisamente una parte muy importante de su personalidad. En el seminario, por ejemplo, Luis Enrique Pérez, compiló y luego nos compartió una lista de los temas que pueden "sacar de sus casillas" al Doctor. Recuerdo que la lista era encabezada por Fidel Castro (quien sabe, quizá dentro de poco tengamos que actualizar la lista), mientras que el segundo tema de la lista era la legalización de las drogas (de la que el Doctor es un férreo opositor).
Lejos estaba de imaginarme que unos pocos años después, el Doctor invitaría a Marta Yolanda Díaz-Durán, y ella a su vez a mí, a participar en un programa de opinión en radio, en lo que sería el inicio de nuestra aventura por el fascinante mundo de los programas radiales. Durante 5 años, tuvimos la oportunidad de compartir micrófonos con el Doctor casi todas las tardes. Todos los conocimientos, la sabiduría y la comprensión a que tuve acceso durante ese período son simplemente invaluables.
Con el pasar de los años he llegado a admirar de todo corazón al Doctor. Entre sus muchas cualidades, la que más admiro es su "juventud eterna", que es un gran reto para los que no hemos llegado a vivir, todavía, tanta juventud. Desde esta columna, Doctor, le deseo que tenga todavía muchísimos más años de juventud.
Publicado en Prensa Libre el 3 de agosto de 2006.
jueves, 27 de julio de 2006
¿La guerra o la paz?
¿Qué posición tomar?
Luego de mi artículo de la semana pasada, en el que comentaba el análisis que la empresa Stratfor publica sobre la guerra en el Líbano, un lector en Estados Unidos de la versión electrónica de Prensa Libre me preguntó cuál era mi opinión sobre el conflicto. He aquí mi respuesta.
Como muchos temas en la vida, este en particular está lleno de grises y matices. Como ferviente creyente en una sociedad abierta basada en el respeto a los derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad de las personas, creo que el método para alcanzar el progreso es la cooperación. Por lo mismo, no soy partidario de las guerras y considero que éstas son una de las peores desgracias que le pueden ocurrir a una sociedad.
Por otra parte, entiendo muy bien que las ambiciones de poder, y en algunos casos otros intereses, entre los que el religioso puntea muy alto, han llevado a la humanidad a vivir en un constante pie de guerra durante la mayor parte de la historia registrada, y de seguro antes también, al grado que, por lo menos en la civilización occidental, la "pax romana" es considerado el período más largo de la historia en la que no hubieron mayores guerras en el mundo conocido y a duras penas se acercó a los 200 años.
Con estos antecedentes, un conflicto como el actual en Líbano lo hace a uno chocar con mucho dilemas éticos. ¿Tienen derecho los israelíes a defenderse de Hizbulá, atacando sus posiciones en Líbano? ¿Tienen derecho los de Hizbulá a atacar Israel? ¿Qué hacen los libaneses que se encuentran en un fuego cruzado que probablemente no se habría dado si su gobierno hubiese honrado el compromiso que hizo con la comunidad internacional de desarmar a Hizbulá?
Son muchos dilemas, y lamentablemente, no tiene uno todos los pelos de la burra, sin embargo, como nunca los vamos a tener en casi ninguna situación y uno debe a veces tomar decisiones con la poca o mucha información a que tiene acceso, yo considero que los israelíes, por lo menos en este caso, tienen derecho a defenderse de la agresión de Hizbulá.
Que sufren las consecuencias muchos civiles en Líbano, es cierto, como también es cierto que muchos civiles en Israel también sufren las consecuencias de los ataques de Hizbulá. Lo peor de todo es que, por lo menos según la información y análisis a los que he tenido acceso, este conflicto tiene muchas posibilidades de prolongarse y, por lo mismo, volverse más violento y catastrófico.
Pero creo que Israel dio la pauta desde hace años al retirarse de Líbano y confiar en que, con el apoyo internacional, podrían por lo menos contener a Hizbulá. No lo hicieron, dejaron que se armara y preparara mejor para seguir atacando a Israel, y ahora todos están pagando las consecuencias. Esperemos que se encuentre una pronta salida a este lamentable conflicto.
Publicado en Prensa Libre el 27 de julio de 2006.
Luego de mi artículo de la semana pasada, en el que comentaba el análisis que la empresa Stratfor publica sobre la guerra en el Líbano, un lector en Estados Unidos de la versión electrónica de Prensa Libre me preguntó cuál era mi opinión sobre el conflicto. He aquí mi respuesta.
Como muchos temas en la vida, este en particular está lleno de grises y matices. Como ferviente creyente en una sociedad abierta basada en el respeto a los derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad de las personas, creo que el método para alcanzar el progreso es la cooperación. Por lo mismo, no soy partidario de las guerras y considero que éstas son una de las peores desgracias que le pueden ocurrir a una sociedad.
Por otra parte, entiendo muy bien que las ambiciones de poder, y en algunos casos otros intereses, entre los que el religioso puntea muy alto, han llevado a la humanidad a vivir en un constante pie de guerra durante la mayor parte de la historia registrada, y de seguro antes también, al grado que, por lo menos en la civilización occidental, la "pax romana" es considerado el período más largo de la historia en la que no hubieron mayores guerras en el mundo conocido y a duras penas se acercó a los 200 años.
Con estos antecedentes, un conflicto como el actual en Líbano lo hace a uno chocar con mucho dilemas éticos. ¿Tienen derecho los israelíes a defenderse de Hizbulá, atacando sus posiciones en Líbano? ¿Tienen derecho los de Hizbulá a atacar Israel? ¿Qué hacen los libaneses que se encuentran en un fuego cruzado que probablemente no se habría dado si su gobierno hubiese honrado el compromiso que hizo con la comunidad internacional de desarmar a Hizbulá?
Son muchos dilemas, y lamentablemente, no tiene uno todos los pelos de la burra, sin embargo, como nunca los vamos a tener en casi ninguna situación y uno debe a veces tomar decisiones con la poca o mucha información a que tiene acceso, yo considero que los israelíes, por lo menos en este caso, tienen derecho a defenderse de la agresión de Hizbulá.
Que sufren las consecuencias muchos civiles en Líbano, es cierto, como también es cierto que muchos civiles en Israel también sufren las consecuencias de los ataques de Hizbulá. Lo peor de todo es que, por lo menos según la información y análisis a los que he tenido acceso, este conflicto tiene muchas posibilidades de prolongarse y, por lo mismo, volverse más violento y catastrófico.
Pero creo que Israel dio la pauta desde hace años al retirarse de Líbano y confiar en que, con el apoyo internacional, podrían por lo menos contener a Hizbulá. No lo hicieron, dejaron que se armara y preparara mejor para seguir atacando a Israel, y ahora todos están pagando las consecuencias. Esperemos que se encuentre una pronta salida a este lamentable conflicto.
Publicado en Prensa Libre el 27 de julio de 2006.
jueves, 13 de julio de 2006
¿Es una industria?
La adopción es una institución que debe preservarse.
La adopción ha salido nuevamente al tapete, principalmente gracias a un reportaje publicado hace unos días en este matutino y a las presiones de "organizaciones sociales" y organismos internacionales para erradicarla de nuestro país. Considero que ceder a esas presiones equivale a condenar a muchos niños y niñas guatemaltecos a más pobreza, privaciones y miseria.
Primero que nada, creo que se trata de manipular los sentimientos de las personas a través del uso del lenguaje. Le llaman "industria" y "negocio" por ejemplo, a la adopción, con el ánimo de atribuirle a quienes la defienden el despectivo de "malditos capitalistas" y, a su vez, arrogarse, quienes se oponen a ella, una falsa superioridad moral dando a entender que ellos sí se preocupan por los pobres niños, mientras que "los otros" sólo se preocupan de venderle niños, cual si fueran tomates, a quien más dólares les dé por ellos.
A partir de esa premisa, se deduce que si se incrementa el número de adopciones es malo y si se reduce es bueno; si se cobra poco o nada por la adopción es bueno, si se cobra bastante por la misma es malo; si las adopciones las hacen los políticos y los burócratas (una entidad del estado, pues) es bueno, si lo hacen abogados y personas particulares no vinculadas a la estructura del gobierno o las instituciones de "derechos humanos" es malo.
La solución que proponen para "resolver" el problema es aprobar una ley que haga mucho más difícil adoptar a un niño, que no participen en el proceso los "avorazados" abogados sino que todo sea hecho por las almas de Dios que trabajarán (no ad honorem, por supuesto) en la entidad burocrática que para ese efecto se creará.
Lo que se logrará con ese cambio es reducir al mínimo las adopciones, si es que no erradicarlas completamente, lo que no me extrañaría que sea su verdadero propósito. ¿Por qué desean eso?, es algo que todavía no logro entender. ¿Por qué se empecinan en impedirle a muchísimos niños un mucho mejor futuro del que, sin lugar a dudas, tendrán en un hogar donde ni los quieren ni los pueden mantener, o en algún orfanato olvidado o, peor aún, abandonados en la calle donde seguramente pasarán a engrosar las filas de la primera mara que se aparezca. Porque, que yo sepa, quienes se desgarran las vestiduras por la "amenaza" de las adopciones, no andan por el mundo invirtiendo sus dineros en crear y mantener orfanatos.
Por supuesto que sería mejor que todos los niños nacieran y crecieran en hogares modelo, pero la cruda realidad es muy distinta, y la adopción les permite, por lo menos a algunos miles de guatemaltecos, aspirar a un muchísimo mejor futuro del que se le presenta a la gran mayoría de los otros 13 millones de guatemaltecos. No se deje influir por la tergiversación del lenguaje.
Publicado en Prensa Libre el 13 de julio de 2006.
La adopción ha salido nuevamente al tapete, principalmente gracias a un reportaje publicado hace unos días en este matutino y a las presiones de "organizaciones sociales" y organismos internacionales para erradicarla de nuestro país. Considero que ceder a esas presiones equivale a condenar a muchos niños y niñas guatemaltecos a más pobreza, privaciones y miseria.
Primero que nada, creo que se trata de manipular los sentimientos de las personas a través del uso del lenguaje. Le llaman "industria" y "negocio" por ejemplo, a la adopción, con el ánimo de atribuirle a quienes la defienden el despectivo de "malditos capitalistas" y, a su vez, arrogarse, quienes se oponen a ella, una falsa superioridad moral dando a entender que ellos sí se preocupan por los pobres niños, mientras que "los otros" sólo se preocupan de venderle niños, cual si fueran tomates, a quien más dólares les dé por ellos.
A partir de esa premisa, se deduce que si se incrementa el número de adopciones es malo y si se reduce es bueno; si se cobra poco o nada por la adopción es bueno, si se cobra bastante por la misma es malo; si las adopciones las hacen los políticos y los burócratas (una entidad del estado, pues) es bueno, si lo hacen abogados y personas particulares no vinculadas a la estructura del gobierno o las instituciones de "derechos humanos" es malo.
La solución que proponen para "resolver" el problema es aprobar una ley que haga mucho más difícil adoptar a un niño, que no participen en el proceso los "avorazados" abogados sino que todo sea hecho por las almas de Dios que trabajarán (no ad honorem, por supuesto) en la entidad burocrática que para ese efecto se creará.
Lo que se logrará con ese cambio es reducir al mínimo las adopciones, si es que no erradicarlas completamente, lo que no me extrañaría que sea su verdadero propósito. ¿Por qué desean eso?, es algo que todavía no logro entender. ¿Por qué se empecinan en impedirle a muchísimos niños un mucho mejor futuro del que, sin lugar a dudas, tendrán en un hogar donde ni los quieren ni los pueden mantener, o en algún orfanato olvidado o, peor aún, abandonados en la calle donde seguramente pasarán a engrosar las filas de la primera mara que se aparezca. Porque, que yo sepa, quienes se desgarran las vestiduras por la "amenaza" de las adopciones, no andan por el mundo invirtiendo sus dineros en crear y mantener orfanatos.
Por supuesto que sería mejor que todos los niños nacieran y crecieran en hogares modelo, pero la cruda realidad es muy distinta, y la adopción les permite, por lo menos a algunos miles de guatemaltecos, aspirar a un muchísimo mejor futuro del que se le presenta a la gran mayoría de los otros 13 millones de guatemaltecos. No se deje influir por la tergiversación del lenguaje.
Publicado en Prensa Libre el 13 de julio de 2006.
jueves, 6 de julio de 2006
¿Qué debemos cambiar?
¿Cuáles son los cambios propuestos?
He hablado sobre la necesidad de una reforma del sistema y de la propuesta de reforma constitucional de principios que ha hecho la Asociación Proreforma; ahora bien, ¿en qué consisten los cambios propuestos? La propuesta es bastante completa pero me gustaría resumir los cambios principales.
La reforma constitucional de principios establece un sistema bicameral, con funciones distintas para cada cámara: un Senado para promulgar la ley y una Cámara de Diputados para conformar la legislación.
El Senado se encargará principalmente de decretar la Ley, es decir, las normas generales, permanentes y abstractas de conducta justa, que definen los derechos de las personas y, por lo tanto, será esencialmente apolítico. Estará integrado por cuarenta y cinco senadores, de edades entre 50 y 65 años, que durarán en su cargo 15 años y no podrán ser reelectos.
La Cámara de Diputados se encargará de emitir los decretos legislativos necesarios para la operación del gobierno. Será esencialmente política, responsable ante sus electores, y estará integrada por diputados electos para períodos de cuatro años. Esta Cámara se renovará por mitad cada dos años, siendo su número fijo e independiente del aumento de la población, fijándose para tal efecto 23 distritos electorales y dos diputados por distrito, para un total de 46 representantes.
La propuesta establece la forma democrática de remover de su cargo al Presidente de la República, por demostrada incompetencia, extralimitación en el ejercicio de sus funciones, intromisión grave en otros organismos y corrupción. Para tal destitución se necesitan tres cuartas partes del Congreso de la República. Contempla la revocatoria del mandato por un mecanismo de consulta popular.
Se establece también una alternancia en la elección de los Poderes Legislativo y Ejecutivo a través de la elección de la mitad de la Cámara de Diputados cada dos años.
Se impide la legislación casuística o discriminatoria, así como la que concede privilegios a grupos o personas en particular. Así también se establece que, con excepción de los códigos, que serán competencia del Senado y tendrán vigencia indefinida, la legislación ordinaria tendrá una vigencia de 10 años.
Se eleva a dos terceras partes el número de votos necesarios para la aprobación de impuestos y deuda pública. También se prohíbe que los impuestos recaudados se utilicen en obras o partidas presupuestarias diferentes a las de su asignación.
En general, se suprimen muchas disposiciones y relaciones presupuestarias que no corresponden a una Constitución de principios, por ser puramente reglamentarias.
Si quiere conocer mejor el proyecto, lo invito a estudiarlo en el sitio www.proreforma.org.gt donde están detalladas todas las reformas. Y si se convence que es lo que necesitamos, apóyelo.
Publicado en Prensa Libre el 6 de julio de 2006.
He hablado sobre la necesidad de una reforma del sistema y de la propuesta de reforma constitucional de principios que ha hecho la Asociación Proreforma; ahora bien, ¿en qué consisten los cambios propuestos? La propuesta es bastante completa pero me gustaría resumir los cambios principales.
La reforma constitucional de principios establece un sistema bicameral, con funciones distintas para cada cámara: un Senado para promulgar la ley y una Cámara de Diputados para conformar la legislación.
El Senado se encargará principalmente de decretar la Ley, es decir, las normas generales, permanentes y abstractas de conducta justa, que definen los derechos de las personas y, por lo tanto, será esencialmente apolítico. Estará integrado por cuarenta y cinco senadores, de edades entre 50 y 65 años, que durarán en su cargo 15 años y no podrán ser reelectos.
La Cámara de Diputados se encargará de emitir los decretos legislativos necesarios para la operación del gobierno. Será esencialmente política, responsable ante sus electores, y estará integrada por diputados electos para períodos de cuatro años. Esta Cámara se renovará por mitad cada dos años, siendo su número fijo e independiente del aumento de la población, fijándose para tal efecto 23 distritos electorales y dos diputados por distrito, para un total de 46 representantes.
La propuesta establece la forma democrática de remover de su cargo al Presidente de la República, por demostrada incompetencia, extralimitación en el ejercicio de sus funciones, intromisión grave en otros organismos y corrupción. Para tal destitución se necesitan tres cuartas partes del Congreso de la República. Contempla la revocatoria del mandato por un mecanismo de consulta popular.
Se establece también una alternancia en la elección de los Poderes Legislativo y Ejecutivo a través de la elección de la mitad de la Cámara de Diputados cada dos años.
Se impide la legislación casuística o discriminatoria, así como la que concede privilegios a grupos o personas en particular. Así también se establece que, con excepción de los códigos, que serán competencia del Senado y tendrán vigencia indefinida, la legislación ordinaria tendrá una vigencia de 10 años.
Se eleva a dos terceras partes el número de votos necesarios para la aprobación de impuestos y deuda pública. También se prohíbe que los impuestos recaudados se utilicen en obras o partidas presupuestarias diferentes a las de su asignación.
En general, se suprimen muchas disposiciones y relaciones presupuestarias que no corresponden a una Constitución de principios, por ser puramente reglamentarias.
Si quiere conocer mejor el proyecto, lo invito a estudiarlo en el sitio www.proreforma.org.gt donde están detalladas todas las reformas. Y si se convence que es lo que necesitamos, apóyelo.
Publicado en Prensa Libre el 6 de julio de 2006.
jueves, 29 de junio de 2006
¿Podemos progresar?
La pregunta del millón se responde a través de principios.
Todos queremos progresar pero el problema es ¿cómo le hacemos para lograrlo? Si fuera fácil, todo el mundo sería rico, sin embargo, la realidad es que la mayor parte de países y personas no son ricos, ni siquiera muy "desarrollados". No importa la cantidad de recursos naturales que un país tenga, la evidencia indica que no es en ellos que radica la "creación de riqueza". Según mi humilde opinión es el sistema imperante el que nos tiene en donde estamos.
Si queremos progresar, lo que debemos hacer es precisamente cambiar el sistema. No nos queda otra. No podemos esperar resultados distintos haciendo exactamente lo mismo que hemos hecho siempre. No podemos esperar a que llegue la persona con todos los atributos y ninguno de los defectos que nos sacará a todos de la pobreza y catapultará a nuestro país a las alturas del desarrollo. No podemos esperar la varita mágica que convertirá nuestros harapos en traje de fiesta. No. No viene por allí la solución.
Si nos quedamos esperando que alguien venga y nos rescate, esperaremos sentados hasta el día del juicio. Solamente nosotros podemos sacarnos del fondo del subdesarrollo a nosotros mismos. Pero para que eso sea posible, necesitamos cambiar el sistema en el que nos desenvolvemos. Necesitamos quitar los impedimentos que nosotros mismos nos hemos impuesto. Necesitamos liberar las fuerzas creativas que se esconden en lo profundo del corazón de muchos millones de guatemaltecos, esperando la oportunidad de salir a la luz y avanzar.
Algunos trataron de cambiar el sistema (por otro peor, hago la salvedad) de manera violenta durante muchos años, pero nosotros estamos convencidos que ese no es el camino a seguir. Estamos convencidos que el sistema se puede cambiar de una manera pacífica, a través de la persuasión y del involucramiento de muchísimos guatemaltecos.
Y es por eso que un grupo de guatemaltecos ha dedicado mucho tiempo, esfuerzo, recursos y todas sus capacidades para generar un proyecto capaz de hacer eso: cambiar el sistema.
El mecanismo para hacerlo es a través de una reforma constitucional de principios por medio de la cual se pretende que en nuestro país se establezcan normas generales y abstractas de conducta justa.
La propuesta ya está hecha y ahora queda el largo (o tal vez corto) camino por recorrer para convencer a una buena parte de la población de la necesidad de cambiar el sistema.
Si usted cree que necesitamos ese cambio, lo invito a estudiar el cambio propuesto en el sitio www.proreforma.org.gt. Yo considero que los cambios constitucionales propuestos nos permitirán, en el largo plazo, desarrollarnos. Si usted también se llega a convencer, lo invito a que apoye la propuesta.
Publicado en Prensa Libre el 29 de junio de 2006.
Todos queremos progresar pero el problema es ¿cómo le hacemos para lograrlo? Si fuera fácil, todo el mundo sería rico, sin embargo, la realidad es que la mayor parte de países y personas no son ricos, ni siquiera muy "desarrollados". No importa la cantidad de recursos naturales que un país tenga, la evidencia indica que no es en ellos que radica la "creación de riqueza". Según mi humilde opinión es el sistema imperante el que nos tiene en donde estamos.
Si queremos progresar, lo que debemos hacer es precisamente cambiar el sistema. No nos queda otra. No podemos esperar resultados distintos haciendo exactamente lo mismo que hemos hecho siempre. No podemos esperar a que llegue la persona con todos los atributos y ninguno de los defectos que nos sacará a todos de la pobreza y catapultará a nuestro país a las alturas del desarrollo. No podemos esperar la varita mágica que convertirá nuestros harapos en traje de fiesta. No. No viene por allí la solución.
Si nos quedamos esperando que alguien venga y nos rescate, esperaremos sentados hasta el día del juicio. Solamente nosotros podemos sacarnos del fondo del subdesarrollo a nosotros mismos. Pero para que eso sea posible, necesitamos cambiar el sistema en el que nos desenvolvemos. Necesitamos quitar los impedimentos que nosotros mismos nos hemos impuesto. Necesitamos liberar las fuerzas creativas que se esconden en lo profundo del corazón de muchos millones de guatemaltecos, esperando la oportunidad de salir a la luz y avanzar.
Algunos trataron de cambiar el sistema (por otro peor, hago la salvedad) de manera violenta durante muchos años, pero nosotros estamos convencidos que ese no es el camino a seguir. Estamos convencidos que el sistema se puede cambiar de una manera pacífica, a través de la persuasión y del involucramiento de muchísimos guatemaltecos.
Y es por eso que un grupo de guatemaltecos ha dedicado mucho tiempo, esfuerzo, recursos y todas sus capacidades para generar un proyecto capaz de hacer eso: cambiar el sistema.
El mecanismo para hacerlo es a través de una reforma constitucional de principios por medio de la cual se pretende que en nuestro país se establezcan normas generales y abstractas de conducta justa.
La propuesta ya está hecha y ahora queda el largo (o tal vez corto) camino por recorrer para convencer a una buena parte de la población de la necesidad de cambiar el sistema.
Si usted cree que necesitamos ese cambio, lo invito a estudiar el cambio propuesto en el sitio www.proreforma.org.gt. Yo considero que los cambios constitucionales propuestos nos permitirán, en el largo plazo, desarrollarnos. Si usted también se llega a convencer, lo invito a que apoye la propuesta.
Publicado en Prensa Libre el 29 de junio de 2006.
jueves, 22 de junio de 2006
¿Qué ejemplo seguir?
¿Costa Rica? ¿Hong Kong? ¿Ninguno?
La pregunta del millón sigue siendo: ¿cómo hacemos para prosperar? Algunos dicen que sigamos el ejemplo de Costa Rica. Otros mencionan a Hong Kong. Yo considero que lo importante es encontrar qué principios, qué instituciones han permitido que los habitantes de algunas sociedades alcancen un mejor nivel de vida que los de otras.
Si el énfasis va a ser en seguir algún ejemplo actual, creo que en todo caso debemos seguir los mejores ejemplos y no los "más o menos". En ese caso, yo me inclinaría muchísimo más por seguir un ejemplo como el de Hong Kong que el de Costa Rica.
Los contrastes son grandes. Según el Índice de Libertad Económica publicado por la Fundación Heritage y el diario Wall Street Journal, que utiliza cifras estandarizadas en dólares del año 2,000, el PIB per cápita en Hong Kong es de US$ 27,114, mientras que en Costa Rica es de US$ 4,410.
¿Y cómo llegó Hong Kong, sin nada de recursos naturales, sin casi nada de territorio y con muchas limitaciones a donde está hoy? Creo que la principal razón es el legado de instituciones que heredó, que le permitió convertirse en un santuario del comercio y la industria y que todavía se refleja en que nuevamente obtuvo el primer lugar en el Índice de Libertad Económica anteriormente citado, como la economía más libre del mundo.
No voy a ahondar en detalles (los que puede revisar en el sitio de la fundación, www.heritage.org), pero baste citar que en Hong Kong el comercio internacional es libre, sin ningún arancel ni barreras no arancelarias, su impuestos son bajos (la tasa corporativa del ISR es 17.5%) y el consumo del gobierno también es bajo (9.9%).
De hecho, el principal legado del Indice de Libertad Económica, desde mi punto de vista, es la gráfica de "Libertad Económica e Ingresos per Cápita" que muestra claramente la correlación de que a mayor libertad económica, mejores ingresos.
Pero voy todavía más lejos. Creo que si realmente queremos prosperar, debemos revisar lo que hicieron los países que ahora son "prósperos" cuando todavía no lo eran. Encontraremos que la mayoría de ellos se "hizo rico" entre principios del siglo 19 y principios del siglo 20. Lo que también encontraremos es que el desarrollo no se debió al "gasto del gobierno" sino a la inversión privada. Adicionalmente, si repasamos un poco esa misma historia, se verá que toda la ola de "gasto social" que acompaña al concepto de Estado Benefactor, se dio luego de ese período de capitalización no antes. Es un efecto, no una causa.
Y si queremos imitarlos, lo primero que debemos hacer es revisar nuestras instituciones. En ese sentido, yo apoyo la propuesta de la Asociación Pro Reforma (www.proreforma.org.gt) porque considero que los cambios constitucionales propuestos nos permitirán, en el largo plazo, desarrollarnos.
Publicado en Prensa Libre el 22 de junio de 2006.
La pregunta del millón sigue siendo: ¿cómo hacemos para prosperar? Algunos dicen que sigamos el ejemplo de Costa Rica. Otros mencionan a Hong Kong. Yo considero que lo importante es encontrar qué principios, qué instituciones han permitido que los habitantes de algunas sociedades alcancen un mejor nivel de vida que los de otras.
Si el énfasis va a ser en seguir algún ejemplo actual, creo que en todo caso debemos seguir los mejores ejemplos y no los "más o menos". En ese caso, yo me inclinaría muchísimo más por seguir un ejemplo como el de Hong Kong que el de Costa Rica.
Los contrastes son grandes. Según el Índice de Libertad Económica publicado por la Fundación Heritage y el diario Wall Street Journal, que utiliza cifras estandarizadas en dólares del año 2,000, el PIB per cápita en Hong Kong es de US$ 27,114, mientras que en Costa Rica es de US$ 4,410.
¿Y cómo llegó Hong Kong, sin nada de recursos naturales, sin casi nada de territorio y con muchas limitaciones a donde está hoy? Creo que la principal razón es el legado de instituciones que heredó, que le permitió convertirse en un santuario del comercio y la industria y que todavía se refleja en que nuevamente obtuvo el primer lugar en el Índice de Libertad Económica anteriormente citado, como la economía más libre del mundo.
No voy a ahondar en detalles (los que puede revisar en el sitio de la fundación, www.heritage.org), pero baste citar que en Hong Kong el comercio internacional es libre, sin ningún arancel ni barreras no arancelarias, su impuestos son bajos (la tasa corporativa del ISR es 17.5%) y el consumo del gobierno también es bajo (9.9%).
De hecho, el principal legado del Indice de Libertad Económica, desde mi punto de vista, es la gráfica de "Libertad Económica e Ingresos per Cápita" que muestra claramente la correlación de que a mayor libertad económica, mejores ingresos.
Pero voy todavía más lejos. Creo que si realmente queremos prosperar, debemos revisar lo que hicieron los países que ahora son "prósperos" cuando todavía no lo eran. Encontraremos que la mayoría de ellos se "hizo rico" entre principios del siglo 19 y principios del siglo 20. Lo que también encontraremos es que el desarrollo no se debió al "gasto del gobierno" sino a la inversión privada. Adicionalmente, si repasamos un poco esa misma historia, se verá que toda la ola de "gasto social" que acompaña al concepto de Estado Benefactor, se dio luego de ese período de capitalización no antes. Es un efecto, no una causa.
Y si queremos imitarlos, lo primero que debemos hacer es revisar nuestras instituciones. En ese sentido, yo apoyo la propuesta de la Asociación Pro Reforma (www.proreforma.org.gt) porque considero que los cambios constitucionales propuestos nos permitirán, en el largo plazo, desarrollarnos.
Publicado en Prensa Libre el 22 de junio de 2006.
jueves, 15 de junio de 2006
¿Es "muy" comercial el mundial?
¿Qué quieren, que se subsidien a través de los impuestos?
En medio de la algarabía del Campeonato Mundial de Fútbol, no podían faltar las voces de algunos disconformes que se lamentan que dicho evento se ha vuelto "muy" comercial y que son muchos millones de dólares, bueno Euros, los que danzan durante la fiesta del fútbol. ¿Y qué esperaban, que se hicieran inversiones de miles de millones de dólares por amor al arte? ¿Hasta cuándo entenderán estas personas que, una vez no haya coacción en las transacciones, todos los que participan en ellas ganan?
Quienes objetan las "danzas de millones" parecen no entender que montar un "espectáculo" (que eso es lo que es) de ese calibre implica inversiones de muchos miles de millones de dólares y la participación de muchísimos miles de empresas, personas y organizaciones a todo lo largo y ancho del mundo. Y por supuesto que esa organización no se puede hacer con cascaritas de huevo huero.
¿Que la FIFA vende muy caros los derechos de transmisión? Pues está en todo su derecho, tomando en cuenta que esa es su principal fuente de ingresos para organizar este espectáculo así como para sobrevivir durante los cuatro años entre uno y otro, sin contar con la organización de toda una serie de actividades en todas partes del mundo, así como que parte de esos fondos se reparten entre todas las asociaciones de fútbol miembros de la FIFA.
En última instancia, los derechos de transmisión son compartidos por muchísimas empresas que a su vez patrocinan las transmisiones locales en cada país. ¿Se benefician estas empresas? Por supuesto, si no, no lo harían. Así como también se benefician las empresas multinacionales que le pagan a la FIFA (no sólo nadie las obliga sino que hasta compiten con otras empresas por entrar a este selecto club) por ser Patrocinadores Oficiales de la Copa.
Lo que es más, hasta los gobiernos de los países que organizan este tipo de espectáculos "invierten" dinero de sus tributarios en remozar la infraestructura local, sabiendo muy bien que los beneficios que la actividad económica que éstos generarán sobrepasarán con creses dichos gastos, tanto en beneficios para sus ciudadanos como, en última instancia, en ingresos fiscales.
No nos perdamos. Si no se ve este tipo de actividades con una mentalidad empresarial, su supervivencia en el largo plazo está condenada al fracaso y la extinción. Ese absurdo desprecio al "lucro" con el que la corrección política quiere abrogarse la superioridad moral sobre todos los demás es vacío, sin sentido, hipócrita y utópico. ¡Que vivan los empresarios que arriesgan su dinero por brindarnos a los consumidores del mundo un espectáculo de tal calibre! O, ¿qué alternativa proponen? ¿Qué se subsidie con más impuestos de los tributarios del mundo?
Publicado en Prensa Libre el 15 de junio de 2006
En medio de la algarabía del Campeonato Mundial de Fútbol, no podían faltar las voces de algunos disconformes que se lamentan que dicho evento se ha vuelto "muy" comercial y que son muchos millones de dólares, bueno Euros, los que danzan durante la fiesta del fútbol. ¿Y qué esperaban, que se hicieran inversiones de miles de millones de dólares por amor al arte? ¿Hasta cuándo entenderán estas personas que, una vez no haya coacción en las transacciones, todos los que participan en ellas ganan?
Quienes objetan las "danzas de millones" parecen no entender que montar un "espectáculo" (que eso es lo que es) de ese calibre implica inversiones de muchos miles de millones de dólares y la participación de muchísimos miles de empresas, personas y organizaciones a todo lo largo y ancho del mundo. Y por supuesto que esa organización no se puede hacer con cascaritas de huevo huero.
¿Que la FIFA vende muy caros los derechos de transmisión? Pues está en todo su derecho, tomando en cuenta que esa es su principal fuente de ingresos para organizar este espectáculo así como para sobrevivir durante los cuatro años entre uno y otro, sin contar con la organización de toda una serie de actividades en todas partes del mundo, así como que parte de esos fondos se reparten entre todas las asociaciones de fútbol miembros de la FIFA.
En última instancia, los derechos de transmisión son compartidos por muchísimas empresas que a su vez patrocinan las transmisiones locales en cada país. ¿Se benefician estas empresas? Por supuesto, si no, no lo harían. Así como también se benefician las empresas multinacionales que le pagan a la FIFA (no sólo nadie las obliga sino que hasta compiten con otras empresas por entrar a este selecto club) por ser Patrocinadores Oficiales de la Copa.
Lo que es más, hasta los gobiernos de los países que organizan este tipo de espectáculos "invierten" dinero de sus tributarios en remozar la infraestructura local, sabiendo muy bien que los beneficios que la actividad económica que éstos generarán sobrepasarán con creses dichos gastos, tanto en beneficios para sus ciudadanos como, en última instancia, en ingresos fiscales.
No nos perdamos. Si no se ve este tipo de actividades con una mentalidad empresarial, su supervivencia en el largo plazo está condenada al fracaso y la extinción. Ese absurdo desprecio al "lucro" con el que la corrección política quiere abrogarse la superioridad moral sobre todos los demás es vacío, sin sentido, hipócrita y utópico. ¡Que vivan los empresarios que arriesgan su dinero por brindarnos a los consumidores del mundo un espectáculo de tal calibre! O, ¿qué alternativa proponen? ¿Qué se subsidie con más impuestos de los tributarios del mundo?
Publicado en Prensa Libre el 15 de junio de 2006
jueves, 8 de junio de 2006
Pérdidas fantasma
Elucubrar sobre supuestos ingresos fiscales que se tendrían si se eliminan exenciones es un espejismo.
Según un reporte de las autoridades, el gobierno habría "perdido" Q 2,937 millones debido a la Ley de Maquila. Como era de esperarse, la "recomendación" de las autoridades y alguno que otro despistado "consultor" es eliminar esta ley porque es un supuesto "incentivo perverso" y así recaudar mucho más. ¡Tonterías! Esas son pérdidas fantasmas que de todos modos no se "recaudarían" si se elimina la ley.
Los funcionarios públicos, los políticos, los burócratas internacionales y hasta muchos consultores (que viven todos de los impuestos que otros pagan y, por lo tanto, siempre serán parte interesada) difícilmente entenderán que todos los fondos que reciben primero deben ser creados por el trabajo, sudor, inventiva, creatividad, riesgo y aventura de los ciudadanos.
Nada cuesta a los funcionarios elucubrar sueños húmedos sobre los millones que podrían recaudar si los ciudadanos no se "aprovecharan" de las exenciones para pagar menos impuestos de los que, según ellos, deberían pagar. Sin embargo, siempre caen en el mismo simplista error de creer que la economía es un modelo matemático estático de libro de texto (ceteris paribus se le llama en el caló de los economistas, prestado del latín, que se utiliza algo así como, siendo todo lo demás igual), en donde si cambian una variable, todo lo demás sigue igual y que entonces lo único que hay que hacer es proyectar el resultado con esa sóla variable cambiada y todas las demás igual.
Pero la realidad es muy distinta. Las "variables" en la economía no son robotíos ni máquinas indiferentes a su entorno, sino seres humanos que toman muchas decisiones diariamente con base en todas las variables a su alcance, ya sea que lo hagan de una manera muy racional y esquematizada o simplemente al "feeling" y que cualquier cambio en las variables probablemente haga que sus decisiones sean distintas.
Volviendo a las declaraciones iniciales. Los funcionarios creen que si quitan la ley de Maquila, todo seguirá igual, las mismas empresas seguirán haciendo los mismos productos de la misma manera (ceteris paribus) y entonces, como por arte de magia, sus ingresos subirán Q 2,937 millones anuales. Nada que ver. La sola intención de reformar o eliminar dicha ley hará que muchas personas recapaciten sobre sus decisiones de inversión.
Siendo las cosas así, ¿de dónde saldrá todo ese dinero con el que los burócratas sueñan? De ninguna parte. No existirá. Nunca. Si lo que quieren es recaudar más, lo que necesitan es que la economía crezca más, y para ello lo que tienen que hacer es generalizar el "fomento de las inversiones" es decir, eliminar para todos los impuestos directos, y no, como pretenden, ponérselos a quienes ya se los quitaron.
Publicado en Prensa Libre el 8 de junio de 2006.
Según un reporte de las autoridades, el gobierno habría "perdido" Q 2,937 millones debido a la Ley de Maquila. Como era de esperarse, la "recomendación" de las autoridades y alguno que otro despistado "consultor" es eliminar esta ley porque es un supuesto "incentivo perverso" y así recaudar mucho más. ¡Tonterías! Esas son pérdidas fantasmas que de todos modos no se "recaudarían" si se elimina la ley.
Los funcionarios públicos, los políticos, los burócratas internacionales y hasta muchos consultores (que viven todos de los impuestos que otros pagan y, por lo tanto, siempre serán parte interesada) difícilmente entenderán que todos los fondos que reciben primero deben ser creados por el trabajo, sudor, inventiva, creatividad, riesgo y aventura de los ciudadanos.
Nada cuesta a los funcionarios elucubrar sueños húmedos sobre los millones que podrían recaudar si los ciudadanos no se "aprovecharan" de las exenciones para pagar menos impuestos de los que, según ellos, deberían pagar. Sin embargo, siempre caen en el mismo simplista error de creer que la economía es un modelo matemático estático de libro de texto (ceteris paribus se le llama en el caló de los economistas, prestado del latín, que se utiliza algo así como, siendo todo lo demás igual), en donde si cambian una variable, todo lo demás sigue igual y que entonces lo único que hay que hacer es proyectar el resultado con esa sóla variable cambiada y todas las demás igual.
Pero la realidad es muy distinta. Las "variables" en la economía no son robotíos ni máquinas indiferentes a su entorno, sino seres humanos que toman muchas decisiones diariamente con base en todas las variables a su alcance, ya sea que lo hagan de una manera muy racional y esquematizada o simplemente al "feeling" y que cualquier cambio en las variables probablemente haga que sus decisiones sean distintas.
Volviendo a las declaraciones iniciales. Los funcionarios creen que si quitan la ley de Maquila, todo seguirá igual, las mismas empresas seguirán haciendo los mismos productos de la misma manera (ceteris paribus) y entonces, como por arte de magia, sus ingresos subirán Q 2,937 millones anuales. Nada que ver. La sola intención de reformar o eliminar dicha ley hará que muchas personas recapaciten sobre sus decisiones de inversión.
Siendo las cosas así, ¿de dónde saldrá todo ese dinero con el que los burócratas sueñan? De ninguna parte. No existirá. Nunca. Si lo que quieren es recaudar más, lo que necesitan es que la economía crezca más, y para ello lo que tienen que hacer es generalizar el "fomento de las inversiones" es decir, eliminar para todos los impuestos directos, y no, como pretenden, ponérselos a quienes ya se los quitaron.
Publicado en Prensa Libre el 8 de junio de 2006.
jueves, 1 de junio de 2006
El calvario de las licencias
Comprarla o sufrirla, he allí el dilema.
En días recientes se mencionó que obtener una licencia para portar armas de fuego era mucho más sencillo que aplicar para una licencia de conducir. El problema no está en lo sencillo de conseguir la licencia para portar armas sino en el calvario para obtener la primera licencia de conducir.
Yo ya tengo mis añitos de tener licencia, pero la experiencia de varias personas cercanas me ha llamado poderosamente la atención. Si usted toma en este momento su teléfono y pregunta en cualquier escuela de automovilismo se sorprenderá al enterarse que no se están extendiendo exámenes para primeras licencias tan fácilmente. Si desea aplicar a la primera licencia de conducir, debe por lo menos esperar un mes para “ver si todavía alcanza turno” para examinarse.
La misma respuesta obtendrá cuando llame a cualquier centro examinador del Departamento Tránsito en donde según parece, hay que hacer “cola” desde las cinco de la mañana para tratar de ganarle un lugar a los tramitadores que luego venderán el dichoso certificado por no menos de mil quetzales. Y si a usted bien le va, es probable que la persona que lo examine no le haga “la camita”, haciéndole perder la prueba, su dinero, su tiempo y tenga que volver nuevamente a la fila; claro, uno o dos meses después de su examen.
Pero puede ahorrarse la incertidumbre y el escaso tiempo que no tiene, si localiza algún lugar en donde vendan certificados “comprados” o "chafas", como suelen llamarlos en la calle, y por una módica suma puede aprobar su examen teórico-práctico, tal vez no con 100 puntos como podría esperarse por la suma que pagó, pero irá directamente a cualquier agencia donde imprimen la licencia y, después de brindar la mejor de sus sonrisas, podrá salir a los 30 minutos con su primera licencia de conducir. Claro, será una licencia “comprada”, pero no se preocupe porque una vez pasado el trámite, no hay forma de saber cuál se sacó en buena lid y cuál se "compró".
¿Y para aprender a estacionarse?, pues en el camino mire cómo aprende. Total, en los centros comerciales no hay que retroceder. ¿Y para saber dónde debe parar y dónde lleva la vía? También andando se aprende, si es que en el camino no lo choca un autobús urbano u otro conductor con licencia parecida a la que acaba de obtener.
Llegamos entonces al dilema existencial de la primera licencia: ¿comprarla o sufrirla? ¿Arriesgarse o sucumbir ante la corrupción aún no extirpada en el Departamento de Tránsito? ¿Se recuerdan que hace unos meses algo salió a luz y se dijo que se compondría la cosa?. Mal pensado que es uno: no me extrañaría que la dificultad para sacar la primera licencia sea un valladar artificial para empujar a los pobres incautos (o simplemente desesperados) a caer en el viejo jueguito de la corrupción. Júzguelo usted mismo.
Publicado en Prensa Libre el 1 de junio de 2006.
En días recientes se mencionó que obtener una licencia para portar armas de fuego era mucho más sencillo que aplicar para una licencia de conducir. El problema no está en lo sencillo de conseguir la licencia para portar armas sino en el calvario para obtener la primera licencia de conducir.
Yo ya tengo mis añitos de tener licencia, pero la experiencia de varias personas cercanas me ha llamado poderosamente la atención. Si usted toma en este momento su teléfono y pregunta en cualquier escuela de automovilismo se sorprenderá al enterarse que no se están extendiendo exámenes para primeras licencias tan fácilmente. Si desea aplicar a la primera licencia de conducir, debe por lo menos esperar un mes para “ver si todavía alcanza turno” para examinarse.
La misma respuesta obtendrá cuando llame a cualquier centro examinador del Departamento Tránsito en donde según parece, hay que hacer “cola” desde las cinco de la mañana para tratar de ganarle un lugar a los tramitadores que luego venderán el dichoso certificado por no menos de mil quetzales. Y si a usted bien le va, es probable que la persona que lo examine no le haga “la camita”, haciéndole perder la prueba, su dinero, su tiempo y tenga que volver nuevamente a la fila; claro, uno o dos meses después de su examen.
Pero puede ahorrarse la incertidumbre y el escaso tiempo que no tiene, si localiza algún lugar en donde vendan certificados “comprados” o "chafas", como suelen llamarlos en la calle, y por una módica suma puede aprobar su examen teórico-práctico, tal vez no con 100 puntos como podría esperarse por la suma que pagó, pero irá directamente a cualquier agencia donde imprimen la licencia y, después de brindar la mejor de sus sonrisas, podrá salir a los 30 minutos con su primera licencia de conducir. Claro, será una licencia “comprada”, pero no se preocupe porque una vez pasado el trámite, no hay forma de saber cuál se sacó en buena lid y cuál se "compró".
¿Y para aprender a estacionarse?, pues en el camino mire cómo aprende. Total, en los centros comerciales no hay que retroceder. ¿Y para saber dónde debe parar y dónde lleva la vía? También andando se aprende, si es que en el camino no lo choca un autobús urbano u otro conductor con licencia parecida a la que acaba de obtener.
Llegamos entonces al dilema existencial de la primera licencia: ¿comprarla o sufrirla? ¿Arriesgarse o sucumbir ante la corrupción aún no extirpada en el Departamento de Tránsito? ¿Se recuerdan que hace unos meses algo salió a luz y se dijo que se compondría la cosa?. Mal pensado que es uno: no me extrañaría que la dificultad para sacar la primera licencia sea un valladar artificial para empujar a los pobres incautos (o simplemente desesperados) a caer en el viejo jueguito de la corrupción. Júzguelo usted mismo.
Publicado en Prensa Libre el 1 de junio de 2006.
jueves, 25 de mayo de 2006
Pico-placa-no
La propuesta, aparte de absurda, es inconstitucional.
El gobierno presentó una propuesta denominada pico-placa para prohibir la circulación de vehículos en algunas arterias del área metropolitana, durante algunas horas,dependiendo del número de placa. A mi parecer, la medida es absurda, abusiva e inconstitucional.
El argumento básico detrás de la propuesta es que el precio del petróleo ha subido mucho y que de esa forma se logrará economizar un poco de combustible y "aliviar la factura petrolera del país". La idea, pienso yo, será que al reducir los vehículos circulando en las horas pico, el tráfico será más fluido, lo que redundaría en ahorros de gasolina para los usuarios. Hasta allí, la teoría parece bonita. El problema es que para que esto suceda se tiene que pasar sobre el derecho de libre circulación de las personas, el que, por si los gobernantes no saben, es un derecho que defiende nuestra Constitución.
Alguien podrá argumentar que no seamos tan extremistas, que todos tenemos que "sacrificar un poco" por "el bien común". Este argumento es el peor ya que justifica la violación de los derechos de todos, o de algunos, y pasa por encima de nuestra Constitución, en aras de un supuesto "bien común". En ese sentido sí me considero extremista: creo que los derechos individuales deben respetarse sobre todas las cosas, si queremos llegar algún día a vivir bajo un verdadero Estado de Derecho.
Esta "idea" no es más que un nuevo brote de esa fatal arrogancia de funcionarios que consideran saber lo que más le conviene a las personas, incluso más que las mismas personas. Por si no están enterados, todos y cada uno de los individuos que se conducen en su vehículo están conscientes de su propio gasto de gasolina. Lo que cada persona evalúa, consciente o inconscientemente, son las alternativas que tiene. ¿Está dispuesto a gastar tanto en gasolina, o estaría anuente a algunos días utilizar el transporte público para ahorrar un poco? Si no se arriesga a utilizar los buses pero necesita ahorrar un poco para llegar a fin de mes, ¿estaría dispuesto a levantarse más temprano para pasar antes de la hora pico, o quedarse en su trabajo y esperar que pase la hora pico antes de regresar a su casa?
Finalmente, el gobierno no debería siquiera atreverse a hacer una propuesta tan absurda, si no existen alternativas para los afectados. Algunos se quejan de que existen muchos vehículos en la ciudad, pero el problema es que no hay alternativas. Le puedo garantizar que el sueño del 99% de personas que ahorita se trasladan en transporte público es algún día comprarse aunque sea un pichirilo, con tal de liberarse del riesgo y la incomodidad que ahora padece. Y yo creo que no sólo tienen razón, sino tienen todo el derecho de hacerlo, sin que algún funcionario se crea con el derecho a sacrificarlo por "el bien común".
Publicado el 25 de mayo de 2006.
El gobierno presentó una propuesta denominada pico-placa para prohibir la circulación de vehículos en algunas arterias del área metropolitana, durante algunas horas,dependiendo del número de placa. A mi parecer, la medida es absurda, abusiva e inconstitucional.
El argumento básico detrás de la propuesta es que el precio del petróleo ha subido mucho y que de esa forma se logrará economizar un poco de combustible y "aliviar la factura petrolera del país". La idea, pienso yo, será que al reducir los vehículos circulando en las horas pico, el tráfico será más fluido, lo que redundaría en ahorros de gasolina para los usuarios. Hasta allí, la teoría parece bonita. El problema es que para que esto suceda se tiene que pasar sobre el derecho de libre circulación de las personas, el que, por si los gobernantes no saben, es un derecho que defiende nuestra Constitución.
Alguien podrá argumentar que no seamos tan extremistas, que todos tenemos que "sacrificar un poco" por "el bien común". Este argumento es el peor ya que justifica la violación de los derechos de todos, o de algunos, y pasa por encima de nuestra Constitución, en aras de un supuesto "bien común". En ese sentido sí me considero extremista: creo que los derechos individuales deben respetarse sobre todas las cosas, si queremos llegar algún día a vivir bajo un verdadero Estado de Derecho.
Esta "idea" no es más que un nuevo brote de esa fatal arrogancia de funcionarios que consideran saber lo que más le conviene a las personas, incluso más que las mismas personas. Por si no están enterados, todos y cada uno de los individuos que se conducen en su vehículo están conscientes de su propio gasto de gasolina. Lo que cada persona evalúa, consciente o inconscientemente, son las alternativas que tiene. ¿Está dispuesto a gastar tanto en gasolina, o estaría anuente a algunos días utilizar el transporte público para ahorrar un poco? Si no se arriesga a utilizar los buses pero necesita ahorrar un poco para llegar a fin de mes, ¿estaría dispuesto a levantarse más temprano para pasar antes de la hora pico, o quedarse en su trabajo y esperar que pase la hora pico antes de regresar a su casa?
Finalmente, el gobierno no debería siquiera atreverse a hacer una propuesta tan absurda, si no existen alternativas para los afectados. Algunos se quejan de que existen muchos vehículos en la ciudad, pero el problema es que no hay alternativas. Le puedo garantizar que el sueño del 99% de personas que ahorita se trasladan en transporte público es algún día comprarse aunque sea un pichirilo, con tal de liberarse del riesgo y la incomodidad que ahora padece. Y yo creo que no sólo tienen razón, sino tienen todo el derecho de hacerlo, sin que algún funcionario se crea con el derecho a sacrificarlo por "el bien común".
Publicado el 25 de mayo de 2006.
jueves, 18 de mayo de 2006
Leer o no leer, ver o no ver
Mañana se estrena una de las películas más controversiales de los últimos años, "El Código Da Vinci", basada en el libro del mismo nombre escrito por Dan Brown. La controversia, muy bien manejada por el autor, radica en poner en duda valores y creencias cristianas, así como ataques directos a la institución de la Iglesia Católica y el Opus Dei.
Desde mi humilde perspectiva, creo que Dan Brown es un genio del "marketing" que ha sabido aprovechar muy bien la controversia para vender libros. Y creo que quienes se han rasgado las vestiduras y lanzado todo tipo de ataques contra Brown y su libro, no hicieron más que caer ingenuamente en el anzuelo que él les tendió. Lo más probable es que Brown, cada vez que recibe su cheque de regalías, se ría a lo grande de todo el dinero que le han hecho los detractores de su obra.
No nos perdamos. Brown no es el anticristo, ni nada que se le parezca. Simplemente es un buen escritor de novelas que sabe qué cuerdas tocar para apasionar a la gente, lo que se traduce en $$$.
Como buen amante de las novelas desde pequeño, creo que "El Código Da Vinci" está muy bien lograda para cumplir el cometido de las obras de su tipo: entretener al lector. No nos perdamos aquí tampoco, no es un libro diseñado para destronar a "Los Miserables" ni nada por el estilo, sino para brindar unas horas de solaz a la mayor cantidad posible de lectores.
Que Brown utiliza algunas creencias gnosticas, "new age" y de teorías de la conspiración, es cierto; pero esos son precisamente los recursos que le sirvieron para generar la controversia y vender más libros. Yo leí hace dos años el libro y le puedo decir que no movió para nada mis creencias.
Lo que hay que entender bien es que el libro simplemente es una novela, y como tal, una ficción, una historia imaginada que sólo existe en la mente del autor. Podrá estar ambientada en lugares reales, y citar algunos sucesos históricos y/o legendarios, pero eso no lo hace más verdadero. Por otra parte, Brown tampoco nunca dijo que escribió un libro de teología ni de historia; es simplemente una novela.
De hecho, si algo ha logrado Brown, a través de su novela, es renovar el interés por conocer cuál es la verdad detrás de todo esto, lo que al final, creo yo, redundará en un beneficio espiritual para algunos. De entrada, han salido muchos libros y sitios en Internet al respecto. Le puedo recomendar, por ejemplo, el sitio www.davinciverdadyficcion.com elaborado por un amigo mío junto con otras personas de Guadalajara.
Entonces, la pregunta es: ¿ver la película o no verla? ¿leer el libro o no leerlo? Creo que uno, como dice en la Biblia, debe escudriñarlo todo y retener lo bueno. Y recuerde, no es un libro de teología, es simplemente una buena novela con un mercadeo todavía mejor.
Publicado en Prensa Libre el 18 de mayo de 2006
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jueves, 11 de mayo de 2006
ISR: una propuesta (3)
Si no competimos, todos nos dejarán atrás, pero lo peor es que será en la peor de las miserias.
Me preguntan ¿por qué tanta insistencia en eliminar el Impuesto Sobre la Renta? La respuesta es sencilla: es la única forma que tenemos los guatemaltecos para salir de la pobreza aceleradamente.
El nombre más apropiado para el ISR es Impuesto al Rendimiento de las Inversiones, IRI, porque ese es su verdadero efecto: desincentivar las inversiones.
Los inversionistas analizan muchos factores, pero sopesan cada uno de esos factores en cuanto al efecto que tienen sobre el rendimento de sus inversiones. Nada más. Y no nos debe extrañar que uno de los factores que más pesa sobre este rendimiento es precisamente el IRI (ISR, pues).
Cada día se toman decisiones de miles de millones de dólares basadas en estos análisis. No nos debe extrañar que hasta los políticos alrededor del mundo, tanto de los países pobres como de los ricos, finalmente se hayan percatado de esto y que todos ahora estén sumamente interesados en atraer inversiones a través de reducciones en sus tasas del ISR.
Un estudio presentado recientemente por la Tax Foundation indica que los países miembros de la OECD (30 de los países con economías más grandes del mundo) han estado reduciendo sus tasas corporativas del ISR durante todo lo que va del siglo XXI. En el año 2,000 el promedio de esa tasa impositiva era del 33.6% y ahora, en el 2,006 bajó a 28.7%. Japón* tiene la tasa actual más alta, en 39.5%, e Irlanda, la más baja del grupo en 12.5%.
Para nosotros, lo más importante es que nuestra tasa corporativa del ISR, al 31%, resulta estar por arriba incluso del promedio de la que existe en los países desarrollados. ¡Y todavía tienen el descaro algunos de decir que hay que incrementar aún más las tasas!
¡Imagínese usted! Si a esta tasa por encima del promedio de los países desarrollados le sumamos todos los demás factores que en nuestro país incrementan los riesgos a la inversión, como son la inseguridad, física y legal, la falta de respeto a la propiedad privada, lo complicado de los trámites y regulaciones, no nos debe extrañar que por más de 5 años seamos el país de la región que menos atrae inversiones.
No nos engañemos. La ruta, marcada incluso por los países desarrollados, va hacia la reducción y eventual eliminación de ese impuesto tan absurdo como empobrecedor. ¿Para qué esperarnos cruzados de brazos mientras todos los demás compiten arduamente por atraer las inversiones, cuando podríamos tomar la delantera mundial de un solo golpe audaz? ¡Eliminemos ya el impuesto sobre la renta y sus apéndices y encaminémonos de una vez hacia el desarrollo!
La hoja con la propuesta la puede encontrar aquí:
Archivo de Proyecciones
El estudio citado aquí:
Tax Foundation
* En el artículo publicado en Prensa Libre indiqué que era Alemania el país con la tasa más alta, pero estaba equivocado, es Japón. La tasa si está correcta.
Artículo publicado el día 11/05/06 en Prensa Libre
Me preguntan ¿por qué tanta insistencia en eliminar el Impuesto Sobre la Renta? La respuesta es sencilla: es la única forma que tenemos los guatemaltecos para salir de la pobreza aceleradamente.
El nombre más apropiado para el ISR es Impuesto al Rendimiento de las Inversiones, IRI, porque ese es su verdadero efecto: desincentivar las inversiones.
Los inversionistas analizan muchos factores, pero sopesan cada uno de esos factores en cuanto al efecto que tienen sobre el rendimento de sus inversiones. Nada más. Y no nos debe extrañar que uno de los factores que más pesa sobre este rendimiento es precisamente el IRI (ISR, pues).
Cada día se toman decisiones de miles de millones de dólares basadas en estos análisis. No nos debe extrañar que hasta los políticos alrededor del mundo, tanto de los países pobres como de los ricos, finalmente se hayan percatado de esto y que todos ahora estén sumamente interesados en atraer inversiones a través de reducciones en sus tasas del ISR.
Un estudio presentado recientemente por la Tax Foundation indica que los países miembros de la OECD (30 de los países con economías más grandes del mundo) han estado reduciendo sus tasas corporativas del ISR durante todo lo que va del siglo XXI. En el año 2,000 el promedio de esa tasa impositiva era del 33.6% y ahora, en el 2,006 bajó a 28.7%. Japón* tiene la tasa actual más alta, en 39.5%, e Irlanda, la más baja del grupo en 12.5%.
Para nosotros, lo más importante es que nuestra tasa corporativa del ISR, al 31%, resulta estar por arriba incluso del promedio de la que existe en los países desarrollados. ¡Y todavía tienen el descaro algunos de decir que hay que incrementar aún más las tasas!
¡Imagínese usted! Si a esta tasa por encima del promedio de los países desarrollados le sumamos todos los demás factores que en nuestro país incrementan los riesgos a la inversión, como son la inseguridad, física y legal, la falta de respeto a la propiedad privada, lo complicado de los trámites y regulaciones, no nos debe extrañar que por más de 5 años seamos el país de la región que menos atrae inversiones.
No nos engañemos. La ruta, marcada incluso por los países desarrollados, va hacia la reducción y eventual eliminación de ese impuesto tan absurdo como empobrecedor. ¿Para qué esperarnos cruzados de brazos mientras todos los demás compiten arduamente por atraer las inversiones, cuando podríamos tomar la delantera mundial de un solo golpe audaz? ¡Eliminemos ya el impuesto sobre la renta y sus apéndices y encaminémonos de una vez hacia el desarrollo!
La hoja con la propuesta la puede encontrar aquí:
Archivo de Proyecciones
El estudio citado aquí:
Tax Foundation
* En el artículo publicado en Prensa Libre indiqué que era Alemania el país con la tasa más alta, pero estaba equivocado, es Japón. La tasa si está correcta.
Artículo publicado el día 11/05/06 en Prensa Libre
jueves, 4 de mayo de 2006
ISR: una propuesta (2)
Sólo se necesita ser visionarios para vencer los prejuicios ideológicos.
Complemento mi artículo de la semana pasada exhortando a los gobernantes a que no se dejen paralizar por los prejuicios ideológicos que nos han mantenido en el subdesarrollo por ya tanto tiempo. No nos engañemos, la principal razón para mantener vigente un impuesto empobrecedor como lo es el ISR es simplemente el temor al qué dirá la "corrección política", especialmente la de los tecnócratas internacionales enquistados en los organismos financieros.
Que el ISR es un impuesto empobrecedor que desestimula la inversión es aceptado y reconocido por todos los gobiernos del mundo. Eso es un hecho indiscutible. ¿No me cree? Cuando un gobierno quiere "fomentar" un tipo determinado de inversiones o quiere que una empresa internacional se instale en su país, ¿qué es lo que hace? ¡Adivinó! Le elimina o, por lo menos, le reduce el pago del ISR.
La pregunta es: Lo que es bueno para una industria o empresa en particular, ¿no es bueno también para todas las demás industrias y empresas? Creo que la respuesta es obvia. Y entonces, ¿por qué no se generaliza y se "fomentan" todas las industrias y todas las inversiones? Por puros prejuicios ideológicos, desconocimiento de la acción humana y falta de visión.
De que se genera más inversión y, como consecuencia, más trabajo y más riqueza, no hay duda. De otra manera, en ninguna parte del mundo existirían "Leyes de Fomento".
Eso sin contar los recursos productivos que se liberarían al no tener que tener, tanto las empresas como el gobierno, una gran cantidad de empleados dedicados exclusivamente a perder su tiempo miserablemente para cumplir con los requisitos del ISR.
Pero, por si todavía les quedan dudas de que con esta visionaria decisión también se incrementarían los ingresos fiscales, déjeme plantearles algunas ideas complementarias para el fisco.
La principal razón de la "informalidad" es el costo de vivir en la "formalidad". Un componente muy importante en ese costo es, precisamente, cumplir con los requisitos necesarios para reportar el ISR (además de pagarlo, por supuesto). Si se elimina ese requisito, le garantizo que se "fomentará" -aunque no se eliminaría- la "formalidad".
Luego, todos los recursos de la SAT se podrían concentrar en fiscalizar el cumplimiento del IVA, que adicionalmente es un impuesto más facil de fiscalizar que el ISR con todas sus subjetividades.
Existen algunos otros beneficios para la administración fiscal, sin embargo, la razón principal para justificar la eliminación de los impuestos directos sigue siendo la misma de siempre: Si se eliminan los impuestos directos, aumenta la inversión y la actividad económica lo que redunda en una mayor recaudación fiscal, en este caso, a través del IVA.
Si quiere revisar el cálculo que presenté la semana pasada, puede encontrarlo en www.radiopolis.info.
Publicado en Prensa Libre el 4 de mayo de 2006.
Complemento mi artículo de la semana pasada exhortando a los gobernantes a que no se dejen paralizar por los prejuicios ideológicos que nos han mantenido en el subdesarrollo por ya tanto tiempo. No nos engañemos, la principal razón para mantener vigente un impuesto empobrecedor como lo es el ISR es simplemente el temor al qué dirá la "corrección política", especialmente la de los tecnócratas internacionales enquistados en los organismos financieros.
Que el ISR es un impuesto empobrecedor que desestimula la inversión es aceptado y reconocido por todos los gobiernos del mundo. Eso es un hecho indiscutible. ¿No me cree? Cuando un gobierno quiere "fomentar" un tipo determinado de inversiones o quiere que una empresa internacional se instale en su país, ¿qué es lo que hace? ¡Adivinó! Le elimina o, por lo menos, le reduce el pago del ISR.
La pregunta es: Lo que es bueno para una industria o empresa en particular, ¿no es bueno también para todas las demás industrias y empresas? Creo que la respuesta es obvia. Y entonces, ¿por qué no se generaliza y se "fomentan" todas las industrias y todas las inversiones? Por puros prejuicios ideológicos, desconocimiento de la acción humana y falta de visión.
De que se genera más inversión y, como consecuencia, más trabajo y más riqueza, no hay duda. De otra manera, en ninguna parte del mundo existirían "Leyes de Fomento".
Eso sin contar los recursos productivos que se liberarían al no tener que tener, tanto las empresas como el gobierno, una gran cantidad de empleados dedicados exclusivamente a perder su tiempo miserablemente para cumplir con los requisitos del ISR.
Pero, por si todavía les quedan dudas de que con esta visionaria decisión también se incrementarían los ingresos fiscales, déjeme plantearles algunas ideas complementarias para el fisco.
La principal razón de la "informalidad" es el costo de vivir en la "formalidad". Un componente muy importante en ese costo es, precisamente, cumplir con los requisitos necesarios para reportar el ISR (además de pagarlo, por supuesto). Si se elimina ese requisito, le garantizo que se "fomentará" -aunque no se eliminaría- la "formalidad".
Luego, todos los recursos de la SAT se podrían concentrar en fiscalizar el cumplimiento del IVA, que adicionalmente es un impuesto más facil de fiscalizar que el ISR con todas sus subjetividades.
Existen algunos otros beneficios para la administración fiscal, sin embargo, la razón principal para justificar la eliminación de los impuestos directos sigue siendo la misma de siempre: Si se eliminan los impuestos directos, aumenta la inversión y la actividad económica lo que redunda en una mayor recaudación fiscal, en este caso, a través del IVA.
Si quiere revisar el cálculo que presenté la semana pasada, puede encontrarlo en www.radiopolis.info.
Publicado en Prensa Libre el 4 de mayo de 2006.
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jueves, 27 de abril de 2006
ISR: una propuesta
Una propuesta para resolver los problemas económicos y fiscales de Guatemala
Siempre que hemos propuesto la eliminación del impuesto al rendimiento de las inversiones (más conocido como impuesto sobre la renta, ISR) el argumento que utilizan los gobernantes para desechar la propuesta es: "¿y cómo hacemos para reemplazar los ingresos provenientes del ISR, mientras se cumple lo que ustedes dicen de que la economía va a crecer y van a mejorar los ingresos provenientes de los otros impuestos?".
Pues hoy quiero hacer una propuesta para responder a ese argumento: Utilizar las reservas internacionales para compensar temporalmente ese supuesto "hoyo" que se haría en las finanzas gubernamentales.
Estoy convencido que los beneficios para todos, incluído el gobierno, de eliminar el ISR serían tan grandes y vertiginosos que no se justifica la preocupación, sin embargo, para quienes no pueden sacar de su cabeza el concepto de una economía estática, hago esta propuesta, y la respaldo con una de esas hojas de proyecciones que tanto les fascinan.
Hice una prueba de qué pasaría si se elimina el ISR (y sus comodines –todos los que en la nomenclatura del Ministerio de Finanzas son impuestos directos), asumiendo un modelo estático en donde la variable que cambiaría es que la tasa de crecimiento de los ingresos por los impuestos "indirectos" (nuevamente, según la clasificación del MinFin) se incrementaría de una manera más rápida. Mantuve el crecimiento de los ingresos tributarios en la misma proporción que ha traído desde 1997 al 2005.
La diferencia entre los ingresos tributarios así calculados y los provenientes de los impuestos "indirectos" la cubrí con las reservas internacionales. Planteo tres escenarios, uno en que la tasa de crecimiento de los "indirectos" se incrementa un 50%, otro al 75% y otro en el que se duplica.
Aún cuando creo que estos escenarios son demasiado conservadores, en el del 50% (es decir, que los indirectos crecen a una tasa del 15.35% en lugar de la histórica de 10.23%) en ocho años éstos sobrepasarían las proyecciones actuales incluyendo los impuestos directos.
En el segundo, subiendo la tasa de crecimiento al 17.90%, los indirectos alcanzarían el estimado actual en el quinto año. Y en el tercer escenario, subiendo la tasa de crecimiento al 20.46%, en apenas 4 años los indirectos sobrepasarían la proyección. En ninguno, las reservas bajan más de la mitad.
Por supuesto, estos escenarios asumen una visión errada de la economía, como si ésta fuera estática, pero la economía es muy dinámica y estoy convencido que los cambios serían mucho más dramáticos y rápidos; pero, nuevamente, hago este ejercicio para quienes se siguen escudando en esa visión estática para no hacer nada. Si quiere ver la hoja con las proyecciones, la puede encontrar aquí:
Archivo de Proyecciones
Artículo publicado el día 27/04/06 en Prensa Libre
Siempre que hemos propuesto la eliminación del impuesto al rendimiento de las inversiones (más conocido como impuesto sobre la renta, ISR) el argumento que utilizan los gobernantes para desechar la propuesta es: "¿y cómo hacemos para reemplazar los ingresos provenientes del ISR, mientras se cumple lo que ustedes dicen de que la economía va a crecer y van a mejorar los ingresos provenientes de los otros impuestos?".
Pues hoy quiero hacer una propuesta para responder a ese argumento: Utilizar las reservas internacionales para compensar temporalmente ese supuesto "hoyo" que se haría en las finanzas gubernamentales.
Estoy convencido que los beneficios para todos, incluído el gobierno, de eliminar el ISR serían tan grandes y vertiginosos que no se justifica la preocupación, sin embargo, para quienes no pueden sacar de su cabeza el concepto de una economía estática, hago esta propuesta, y la respaldo con una de esas hojas de proyecciones que tanto les fascinan.
Hice una prueba de qué pasaría si se elimina el ISR (y sus comodines –todos los que en la nomenclatura del Ministerio de Finanzas son impuestos directos), asumiendo un modelo estático en donde la variable que cambiaría es que la tasa de crecimiento de los ingresos por los impuestos "indirectos" (nuevamente, según la clasificación del MinFin) se incrementaría de una manera más rápida. Mantuve el crecimiento de los ingresos tributarios en la misma proporción que ha traído desde 1997 al 2005.
La diferencia entre los ingresos tributarios así calculados y los provenientes de los impuestos "indirectos" la cubrí con las reservas internacionales. Planteo tres escenarios, uno en que la tasa de crecimiento de los "indirectos" se incrementa un 50%, otro al 75% y otro en el que se duplica.
Aún cuando creo que estos escenarios son demasiado conservadores, en el del 50% (es decir, que los indirectos crecen a una tasa del 15.35% en lugar de la histórica de 10.23%) en ocho años éstos sobrepasarían las proyecciones actuales incluyendo los impuestos directos.
En el segundo, subiendo la tasa de crecimiento al 17.90%, los indirectos alcanzarían el estimado actual en el quinto año. Y en el tercer escenario, subiendo la tasa de crecimiento al 20.46%, en apenas 4 años los indirectos sobrepasarían la proyección. En ninguno, las reservas bajan más de la mitad.
Por supuesto, estos escenarios asumen una visión errada de la economía, como si ésta fuera estática, pero la economía es muy dinámica y estoy convencido que los cambios serían mucho más dramáticos y rápidos; pero, nuevamente, hago este ejercicio para quienes se siguen escudando en esa visión estática para no hacer nada. Si quiere ver la hoja con las proyecciones, la puede encontrar aquí:
Archivo de Proyecciones
Artículo publicado el día 27/04/06 en Prensa Libre
jueves, 20 de abril de 2006
¿Dos pueblos encontrados?
¿Hasta cuándo seguirán los políticos de China continental con su absurda oposición a Taiwan?
Recurrentemente el tema de la confrontación entre las dos chinas sale a relucir, particularmente en Centro América que es uno de los pocos lugares donde Taiwán tiene fuerte presencia y, por lo mismo, los tentáculos de la China continental tratan de colarse. Sin embargo, a estas alturas del partido, creo que la lucha de ese gran país por reducir a la obediencia a su supuesta "provincia rebelde" es estéril y absurda.
Es estéril porque en el siglo de la comunicación y la eliminación de barreras es una mera ilusión creer que se va a poder obligar a los veintipico millones de taiwaneses a ceder su soberanía por la de la China continental, indistintamente de lo que éstos hagan y a pesar de los intentos de los políticos continentales de mantener en el supuesto aislamiento internacional a la isla.
Todavía más, es absurda porque la supuesta separación y animadversión sólo existe en la cabeza de los políticos, ya que entre los pueblos de los dos lados, tanto de la isla como los de la masa continental, privan las mejores relaciones. Y no sólo a nivel personal, familiar y sentimental, sino también a nivel económico.
Resulta que uno de los mayores inversionistas en China continental es precisamente el grupo de empresarios taiwaneses que durante años se ha dedicado a construir fábricas en el continente.
En una de esas paradojas del destino, por ejemplo, resulta que el 70% de todas las computadoras portátiles del mundo las fabrican empresarios taiwaneses en industrias asentadas en el continente, pero con tecnología desarrollada en sus laboratorios isleños.
Y esto no va relación comercial y de inversiones no va a cambiar en mucho tiempo. China necesita todo el capital y tecnología de los que pueda echar mano y, por lo visto, para eso si no importa que provenga de los odiosos "privincianos rebeldes".
Mientras tanto, con la otra mano, los políticos continentales continúan en su desgastante campaña por bloquear toda participación en los círculos internacionales a la isla. Hasta la fecha han sido muy exitosos en impedirle el acceso a todo el sistema de las Naciones Unidas, incluyendo su más reciente intento de ingresar, por lo menos, a la Organización Mundial de la Salud. Asímismo, mantienen una constante presión (que en algunos casos llega a chantaje) sobre los países que tienen relaciones diplomáticas con la isla.
Algunos dicen que a los guatemaltecos nos convendría darle la espalda a los taiwaneses y arrimarnos al gigante continental. Mi humilde opinión es que no debemos tomar la ruta pragmática por una supuesta mejor "relación" con China continental. Si algo han comprobado ellos mismos hasta la saciedad, es que ellos son los primeros pragmáticos y que aprovecharán a hacer negocios con quien se les ponga enfrente, incluídos los mismos taiwaneses.
Publicado en Prensa Libre el 20 de abril de 2006.
Recurrentemente el tema de la confrontación entre las dos chinas sale a relucir, particularmente en Centro América que es uno de los pocos lugares donde Taiwán tiene fuerte presencia y, por lo mismo, los tentáculos de la China continental tratan de colarse. Sin embargo, a estas alturas del partido, creo que la lucha de ese gran país por reducir a la obediencia a su supuesta "provincia rebelde" es estéril y absurda.
Es estéril porque en el siglo de la comunicación y la eliminación de barreras es una mera ilusión creer que se va a poder obligar a los veintipico millones de taiwaneses a ceder su soberanía por la de la China continental, indistintamente de lo que éstos hagan y a pesar de los intentos de los políticos continentales de mantener en el supuesto aislamiento internacional a la isla.
Todavía más, es absurda porque la supuesta separación y animadversión sólo existe en la cabeza de los políticos, ya que entre los pueblos de los dos lados, tanto de la isla como los de la masa continental, privan las mejores relaciones. Y no sólo a nivel personal, familiar y sentimental, sino también a nivel económico.
Resulta que uno de los mayores inversionistas en China continental es precisamente el grupo de empresarios taiwaneses que durante años se ha dedicado a construir fábricas en el continente.
En una de esas paradojas del destino, por ejemplo, resulta que el 70% de todas las computadoras portátiles del mundo las fabrican empresarios taiwaneses en industrias asentadas en el continente, pero con tecnología desarrollada en sus laboratorios isleños.
Y esto no va relación comercial y de inversiones no va a cambiar en mucho tiempo. China necesita todo el capital y tecnología de los que pueda echar mano y, por lo visto, para eso si no importa que provenga de los odiosos "privincianos rebeldes".
Mientras tanto, con la otra mano, los políticos continentales continúan en su desgastante campaña por bloquear toda participación en los círculos internacionales a la isla. Hasta la fecha han sido muy exitosos en impedirle el acceso a todo el sistema de las Naciones Unidas, incluyendo su más reciente intento de ingresar, por lo menos, a la Organización Mundial de la Salud. Asímismo, mantienen una constante presión (que en algunos casos llega a chantaje) sobre los países que tienen relaciones diplomáticas con la isla.
Algunos dicen que a los guatemaltecos nos convendría darle la espalda a los taiwaneses y arrimarnos al gigante continental. Mi humilde opinión es que no debemos tomar la ruta pragmática por una supuesta mejor "relación" con China continental. Si algo han comprobado ellos mismos hasta la saciedad, es que ellos son los primeros pragmáticos y que aprovecharán a hacer negocios con quien se les ponga enfrente, incluídos los mismos taiwaneses.
Publicado en Prensa Libre el 20 de abril de 2006.
jueves, 13 de abril de 2006
El dilema
Todos tenemos nuestros demonios a vencer.
Cada uno de nosotros tiene sus propios demonios que vencer. Esta época, para algunos de algarabía y para otros de recogimiento, creo que es propicia para proseguir en esa continua lucha que se arremolina en nuestro interior sobre el camino a seguir, qué hacer, en qué creer, en qué no creer.
Debo reconocer que, por lo menos para mí, la vorágine diaria tiende a apartar mi vista de lo importante, lo trascendente, lo eterno. Embebido en el trabajo, el tráfico, las preocupaciones por alcanzar metas, por cumplir plazos, en resumen, por sobrevivir, pasan frente a mi vista, sin realmente verlas, las horas, los días, las semanas, los meses y los años.
Es en estos momentos, en los que uno puede hacer un alto en el camino, cuando podemos reflexionar sobre otras cosas. Una de ellas, para mi en extremo importante, es el asedio de la cultura "neo-pagana" (como la llama el Doctor Armando de la Torre) que nos envuelve diariamente y que nos enfrenta día a día, con la necesidad de reafirmar nuestras creencias y convicciones cristianas (para quienes las tenemos) o simplemente dejarlas por un lado y desecharlas en un aura de racionalidad y sofisticación.
¿Fue Jesús realmente El Cristo? ¿Es su vida, sacrificio y posterior resurrección una mera ficción, una metáfora para captar la atención de los ignorantes, o el suceso más importante de la historia de la humanidad? ¿Es su mensaje todavía válido en el siglo XXI, en esta era de la información? ¿Podemos compatibilizar todo el conocimiento actual con aquella sencilla creencia en un Dios todopoderoso, que realizó el sacrificio más grande, con tal de redimir a la humanidad del pecado y de la muerte?
Yo estoy convencido que sí son compatibles la vida moderna y el mensaje ancestral del evangelio. Lo único que realmente ha cambiado de hace dos mil años para acá, es la tecnología. Las personas seguimos siendo las mismas, con las mismas pasiones, los mismos deseos, los mismos sueños, los mismos temores.
Más aún, a pesar de los grandes adelantos en los últimos dos siglos, los conflictos recurrentes a todo nivel, desde la familia hasta las naciones, nos reafirman en la creencia que, para resolver los verdaderos problemas del hombre, hay que buscar adentro y no afuera.
Es precisamente esa realidad que enfrentamos cada día, creo yo, el mejor acicate para voltear nuestra mirada a Dios, y encontrar en él la paz, la armonía y la vida.
¿Y la resurrección? Pues, como dijo Pablo, "y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe" (I Corintios 15:14). En efecto, el sacrificio y la resurrección de Jesucristo, es la piedra angular del cristianismo. Sin ella, simplemente éste no tiene razón de ser, y no pasa de ser una enseñanza moral más (con el agraviante de estar basada en una mentira). ¿Se puede aceptar racionalmente? No lo creo. Allí empieza la fe. Medítelo.
Publicado en Prensa Libre el 13 de abril de 2006.
Cada uno de nosotros tiene sus propios demonios que vencer. Esta época, para algunos de algarabía y para otros de recogimiento, creo que es propicia para proseguir en esa continua lucha que se arremolina en nuestro interior sobre el camino a seguir, qué hacer, en qué creer, en qué no creer.
Debo reconocer que, por lo menos para mí, la vorágine diaria tiende a apartar mi vista de lo importante, lo trascendente, lo eterno. Embebido en el trabajo, el tráfico, las preocupaciones por alcanzar metas, por cumplir plazos, en resumen, por sobrevivir, pasan frente a mi vista, sin realmente verlas, las horas, los días, las semanas, los meses y los años.
Es en estos momentos, en los que uno puede hacer un alto en el camino, cuando podemos reflexionar sobre otras cosas. Una de ellas, para mi en extremo importante, es el asedio de la cultura "neo-pagana" (como la llama el Doctor Armando de la Torre) que nos envuelve diariamente y que nos enfrenta día a día, con la necesidad de reafirmar nuestras creencias y convicciones cristianas (para quienes las tenemos) o simplemente dejarlas por un lado y desecharlas en un aura de racionalidad y sofisticación.
¿Fue Jesús realmente El Cristo? ¿Es su vida, sacrificio y posterior resurrección una mera ficción, una metáfora para captar la atención de los ignorantes, o el suceso más importante de la historia de la humanidad? ¿Es su mensaje todavía válido en el siglo XXI, en esta era de la información? ¿Podemos compatibilizar todo el conocimiento actual con aquella sencilla creencia en un Dios todopoderoso, que realizó el sacrificio más grande, con tal de redimir a la humanidad del pecado y de la muerte?
Yo estoy convencido que sí son compatibles la vida moderna y el mensaje ancestral del evangelio. Lo único que realmente ha cambiado de hace dos mil años para acá, es la tecnología. Las personas seguimos siendo las mismas, con las mismas pasiones, los mismos deseos, los mismos sueños, los mismos temores.
Más aún, a pesar de los grandes adelantos en los últimos dos siglos, los conflictos recurrentes a todo nivel, desde la familia hasta las naciones, nos reafirman en la creencia que, para resolver los verdaderos problemas del hombre, hay que buscar adentro y no afuera.
Es precisamente esa realidad que enfrentamos cada día, creo yo, el mejor acicate para voltear nuestra mirada a Dios, y encontrar en él la paz, la armonía y la vida.
¿Y la resurrección? Pues, como dijo Pablo, "y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe" (I Corintios 15:14). En efecto, el sacrificio y la resurrección de Jesucristo, es la piedra angular del cristianismo. Sin ella, simplemente éste no tiene razón de ser, y no pasa de ser una enseñanza moral más (con el agraviante de estar basada en una mentira). ¿Se puede aceptar racionalmente? No lo creo. Allí empieza la fe. Medítelo.
Publicado en Prensa Libre el 13 de abril de 2006.
jueves, 6 de abril de 2006
La frontera
¿Ya se llenó Estados Unidos?
El tema de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos continúa siendo uno de los temas más candentes tanto allá como acá. Hace un par de días recibí el informe semanal del sitio Stratfor.com, en el que su editor, George Friedman, hace un análisis interesantísimo sobre el tema, información que creo importante comentar con ustedes.
Según Friedman, los Estados Unidos siempre ha sido una sociedad inmigrante, desde las primeras tribus, hasta la actualidad. Desde los primeros asentamientos, han habido sucesivas olas migratorias que han aterrorizado a quienes ya vivían en el país, pero a la vez han impulsado la economía. Menciona, por ejemplo, la ola de inmigrantes escoceses e irlandeses de finales del siglo 18, la ola de inmigrantes irlandeses de 1840, las migraciones de habitantes del sur y el este de Europa de 1880.
En todas estas ocasiones, argumenta Friedman, se repitió el mismo patrón: inmigrantes en busca de oportunidades económicas, ansiedad masiva de los residentes ya asentados creyendo que inundarían el mercado laboral, reduciendo los salarios, y que el choque cultural generaría conflictos sociales. En todos los casos, Friedman argumenta que los pronósticos erraron y que, todo lo contrario, las oleadas migratorias fueron el factor principal de desarrollo de ese país, al grado de afirmar que, de no ser por las sucesivas olas migratorias, Estados Unidos no existiría como lo conocemos hoy en día.
Friedman argumenta que la lógica usual es que la inmigración debería minar el bienestar económico de los que ya viven en Estados Unidos, sin embargo, esta es una lógica errada que asume que es un juego de suma cero. Indica que el secreto está en la baja densidad poblacional que aún hoy tiene ese país: 34 habitantes por kilómetro cuadrado (excluyendo Alaska), comparado con 247 en Inglaterra, 231 en Alemania, 337 en Japón y 115 en la Union Europea como un todo. Para que Estados Unidos tuviera la densidad poblacional de Inglaterra, tendría que tener 2 mil millones de habitantes.
Según Friedman, la población actual de Estados Unidos aún es pequeña con relación a la tierra disponible y que todavía está muy lejos de llegar a tener retornos decrecientes, por lo que todavía puede absorber muchísimos inmigrantes más.
En el reporte, Friedman, analiza la inmigración de mejicanos como un tema aparte, ya que considera que ese es más un tema de "areas fronterizas" diferente a la inmigración de otras partes. En este tópico sale a relucir su pasado de analista de inteligencia y creo que está viendo micos aparejados, pero en todo lo demás, creo que su análisis es muy bueno.
El punto clave es que, indistintamente de lo que los grupos de presión argumenten, la realidad económica es que el país no sólo dá para más, sino que necesita más para poder seguir creciendo, con lo que, indistintamente de las leyes antiinmigrantes que puedan pasar, la migración "extralegal" continuará.
Publicado en Prensa Libre del 6 de abril de 2006.
El tema de los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos continúa siendo uno de los temas más candentes tanto allá como acá. Hace un par de días recibí el informe semanal del sitio Stratfor.com, en el que su editor, George Friedman, hace un análisis interesantísimo sobre el tema, información que creo importante comentar con ustedes.
Según Friedman, los Estados Unidos siempre ha sido una sociedad inmigrante, desde las primeras tribus, hasta la actualidad. Desde los primeros asentamientos, han habido sucesivas olas migratorias que han aterrorizado a quienes ya vivían en el país, pero a la vez han impulsado la economía. Menciona, por ejemplo, la ola de inmigrantes escoceses e irlandeses de finales del siglo 18, la ola de inmigrantes irlandeses de 1840, las migraciones de habitantes del sur y el este de Europa de 1880.
En todas estas ocasiones, argumenta Friedman, se repitió el mismo patrón: inmigrantes en busca de oportunidades económicas, ansiedad masiva de los residentes ya asentados creyendo que inundarían el mercado laboral, reduciendo los salarios, y que el choque cultural generaría conflictos sociales. En todos los casos, Friedman argumenta que los pronósticos erraron y que, todo lo contrario, las oleadas migratorias fueron el factor principal de desarrollo de ese país, al grado de afirmar que, de no ser por las sucesivas olas migratorias, Estados Unidos no existiría como lo conocemos hoy en día.
Friedman argumenta que la lógica usual es que la inmigración debería minar el bienestar económico de los que ya viven en Estados Unidos, sin embargo, esta es una lógica errada que asume que es un juego de suma cero. Indica que el secreto está en la baja densidad poblacional que aún hoy tiene ese país: 34 habitantes por kilómetro cuadrado (excluyendo Alaska), comparado con 247 en Inglaterra, 231 en Alemania, 337 en Japón y 115 en la Union Europea como un todo. Para que Estados Unidos tuviera la densidad poblacional de Inglaterra, tendría que tener 2 mil millones de habitantes.
Según Friedman, la población actual de Estados Unidos aún es pequeña con relación a la tierra disponible y que todavía está muy lejos de llegar a tener retornos decrecientes, por lo que todavía puede absorber muchísimos inmigrantes más.
En el reporte, Friedman, analiza la inmigración de mejicanos como un tema aparte, ya que considera que ese es más un tema de "areas fronterizas" diferente a la inmigración de otras partes. En este tópico sale a relucir su pasado de analista de inteligencia y creo que está viendo micos aparejados, pero en todo lo demás, creo que su análisis es muy bueno.
El punto clave es que, indistintamente de lo que los grupos de presión argumenten, la realidad económica es que el país no sólo dá para más, sino que necesita más para poder seguir creciendo, con lo que, indistintamente de las leyes antiinmigrantes que puedan pasar, la migración "extralegal" continuará.
Publicado en Prensa Libre del 6 de abril de 2006.
jueves, 30 de marzo de 2006
El norte perdido
La informalidad migratoria, por definición, no se elimina con leyes.
Creo que algunos políticos del país del norte, al ignorar (¿voluntariamente?) los principios sobre los cuales se fundamentó esa nación, principios éstos que fueron los que le permitieron a sus ciudadanos, libres, desarrollarse al grado en que están hoy, están perdiendo el norte.
Están perdiendo el norte, y no sólo en sentido figurativo, tratando de esconder la cabeza cual avestruces, sin entender cómo funciona la acción humana y cómo su país llegó a donde hoy está.
Ya no quieren tener inmigrantes ilegales, dicen, y por ello quieren pasar leyes que lleguen incluso a convertir en un crimen federal la inmigración. Ignoran, o desean hacerlo, que su país se alimentó de la inmigración y que una parte de la competitividad que hoy tienen es gracias al trabajo de esos "indocumentados".
Argumentan que brindan servicios a los indocumentados por los cuales éstos no contribuyen al erario público. Yo creo que quienes así piensan no han entendido que ese país se fundó sobre los principios de la libertad y que son esos principios los que le permitieron gozar de un desarrollo como pocos otros países lo han tenido en la historia de la humanidad.
Yo como amante de la libertad, creo que las fronteras no son más que barreras artificiales impuestas por los políticos. Creo que el libre comercio se complementa con la libre movilidad de las personas.
Creo que la lucha de algunos políticos para "frenar" estas decisiones de las personas se enfrenta con la realidad de algunas personas que están dispuestas incluso a arriesgar su vida con tal de poder aprovechar las oportunidades que le ofrece un país en donde las instituciones crean un ambiente propicio para el desarrollo.
Por definición, los "indocumentados" están dispuestos a vivir en la "informalidad migratoria" con tal de poder, aunque sea, arañar un ínfimo pedacito de ese gran pastel, ante la disyuntiva de enfrentar un gran pedazo de nada en su terruño.
Las barreras ya existentes para la "informalidad migratoria" son bastante grandes y aún así, miles están dispuestos a enfrentarlas. ¿Se evitará la "informalidad migratoria" con ponerle más obstáculos? No. Solamente elevará los costos y probablemente desanime a los mojados "al margen", pero la gran mayoría hará tripas corazón y se las ingeniará para continuar viviendo en la "informalidad".
Al igual que la informalidad económica, la migratoria, sólo se resolverá reduciendo los costos de estar en la formalidad. En el caso del país del norte, lo mejor que pueden hacer es abrir la puerta para que los indocumentados se "formalicen". El otro camino es lograr que sea más rentable quedarse en sus lugares de origen, pero esa no es tarea que les toque a los políticos del norte y, para su desgracia, los políticos del sur están haciendo todo lo posible para que esto no suceda…
Publicado en Prensa Libre el 30 de marzo de 2006.
Creo que algunos políticos del país del norte, al ignorar (¿voluntariamente?) los principios sobre los cuales se fundamentó esa nación, principios éstos que fueron los que le permitieron a sus ciudadanos, libres, desarrollarse al grado en que están hoy, están perdiendo el norte.
Están perdiendo el norte, y no sólo en sentido figurativo, tratando de esconder la cabeza cual avestruces, sin entender cómo funciona la acción humana y cómo su país llegó a donde hoy está.
Ya no quieren tener inmigrantes ilegales, dicen, y por ello quieren pasar leyes que lleguen incluso a convertir en un crimen federal la inmigración. Ignoran, o desean hacerlo, que su país se alimentó de la inmigración y que una parte de la competitividad que hoy tienen es gracias al trabajo de esos "indocumentados".
Argumentan que brindan servicios a los indocumentados por los cuales éstos no contribuyen al erario público. Yo creo que quienes así piensan no han entendido que ese país se fundó sobre los principios de la libertad y que son esos principios los que le permitieron gozar de un desarrollo como pocos otros países lo han tenido en la historia de la humanidad.
Yo como amante de la libertad, creo que las fronteras no son más que barreras artificiales impuestas por los políticos. Creo que el libre comercio se complementa con la libre movilidad de las personas.
Creo que la lucha de algunos políticos para "frenar" estas decisiones de las personas se enfrenta con la realidad de algunas personas que están dispuestas incluso a arriesgar su vida con tal de poder aprovechar las oportunidades que le ofrece un país en donde las instituciones crean un ambiente propicio para el desarrollo.
Por definición, los "indocumentados" están dispuestos a vivir en la "informalidad migratoria" con tal de poder, aunque sea, arañar un ínfimo pedacito de ese gran pastel, ante la disyuntiva de enfrentar un gran pedazo de nada en su terruño.
Las barreras ya existentes para la "informalidad migratoria" son bastante grandes y aún así, miles están dispuestos a enfrentarlas. ¿Se evitará la "informalidad migratoria" con ponerle más obstáculos? No. Solamente elevará los costos y probablemente desanime a los mojados "al margen", pero la gran mayoría hará tripas corazón y se las ingeniará para continuar viviendo en la "informalidad".
Al igual que la informalidad económica, la migratoria, sólo se resolverá reduciendo los costos de estar en la formalidad. En el caso del país del norte, lo mejor que pueden hacer es abrir la puerta para que los indocumentados se "formalicen". El otro camino es lograr que sea más rentable quedarse en sus lugares de origen, pero esa no es tarea que les toque a los políticos del norte y, para su desgracia, los políticos del sur están haciendo todo lo posible para que esto no suceda…
Publicado en Prensa Libre el 30 de marzo de 2006.
jueves, 23 de marzo de 2006
De reversa o para atrás
¿Vamos a avanzar caminado para atrás?
En los últimos días se ha discutido por parte de varias mesas de negociación integradas principalmente por el gobierno y organismos internacionales, la necesidad de aumentar la carga tributaria en Guatemala. Según ellos, con este incremento a los tributos, que apenas podemos pagar los guatemaltecos, se abrirá el camino hacia la "justicia social" para que todos accedamos a mejores oportunidades de desarrollo.
Hasta la saciedad y el aturdimiento he repetido anteriormente que la solución a largo plazo contra la pobreza en Guatemala y para alcanzar un desarrollo verdadero y sostenido no está en aumentar los impuestos. Si la solución fuera esta pregunto ¿acaso no seríamos más ricos en el país, o nuestros ingresos hubieran mejorado desde que se emitió la ley del IVA, cuando se incrementó del 7, al 10 y hasta al 12%?
¿Acaso el país en general, y usted en lo personal e individual, mejoró su calidad de vida cuando el Impuesto Sobre la Renta fue aumentado del 25 al 31% hace apenas unos años? Qué tipo de desarrollo conseguimos con estos aumentos a los tributos. ¿Acaso es que ya entramos a la lista de países desarrollados y aun no nos hemos dado cuenta?
Lo cierto es que no hemos avanzado lo que las proyecciones de los burócratas anunciaron, y lo que es peor aun, estamos en pleno retroceso de lo poco que pudimos avanzar en la senda del desarrollo. Pero por si a usted le parece poco, ahora resulta que quienes en su momento abogaron por una mayor carga tributaria (y que desgraciadamente lograron su objetivo) ahora vienen nuevamente a recetarnos la misma fórmula fallida para que sigamos sumidos en el subdesarrollo, la pobreza y la inseguridad.
A estas alturas ya no se sabe que pensar de esta gente, tanto de los burócratas nacionales como de los extranjeros. Cuando un empresario, o sin ir más lejos, cuando una persona común y corriente se percata de que algo anda mal con las estrategias que implementa para mejorar sus ventas o su negocio, hace una revisión de lo que está haciendo y da marcha atrás o cambia de estrategia. Rebajar impuestos indirectos y eliminar los directos es el camino. La historia a través del tiempo lo demuestra, la evidencia de otros países que han logrado el desarrollo lo ratifica.
Entonces: ¿por qué siguen empecinados en llevarnos por la ruta que conduce al desfiladero? ¿Acaso los famosos aumentos a la "carga tributaria" han mejorado nuestra calidad de vida? ¿O será que a Guatemala le tocó estar del lado de la Dimensión Desconocida?
Dejen de estar poniéndonos la reversa. Avancemos al desarrollo
Publicado en Prensa Libre el 23 de marzo de 2006.
En los últimos días se ha discutido por parte de varias mesas de negociación integradas principalmente por el gobierno y organismos internacionales, la necesidad de aumentar la carga tributaria en Guatemala. Según ellos, con este incremento a los tributos, que apenas podemos pagar los guatemaltecos, se abrirá el camino hacia la "justicia social" para que todos accedamos a mejores oportunidades de desarrollo.
Hasta la saciedad y el aturdimiento he repetido anteriormente que la solución a largo plazo contra la pobreza en Guatemala y para alcanzar un desarrollo verdadero y sostenido no está en aumentar los impuestos. Si la solución fuera esta pregunto ¿acaso no seríamos más ricos en el país, o nuestros ingresos hubieran mejorado desde que se emitió la ley del IVA, cuando se incrementó del 7, al 10 y hasta al 12%?
¿Acaso el país en general, y usted en lo personal e individual, mejoró su calidad de vida cuando el Impuesto Sobre la Renta fue aumentado del 25 al 31% hace apenas unos años? Qué tipo de desarrollo conseguimos con estos aumentos a los tributos. ¿Acaso es que ya entramos a la lista de países desarrollados y aun no nos hemos dado cuenta?
Lo cierto es que no hemos avanzado lo que las proyecciones de los burócratas anunciaron, y lo que es peor aun, estamos en pleno retroceso de lo poco que pudimos avanzar en la senda del desarrollo. Pero por si a usted le parece poco, ahora resulta que quienes en su momento abogaron por una mayor carga tributaria (y que desgraciadamente lograron su objetivo) ahora vienen nuevamente a recetarnos la misma fórmula fallida para que sigamos sumidos en el subdesarrollo, la pobreza y la inseguridad.
A estas alturas ya no se sabe que pensar de esta gente, tanto de los burócratas nacionales como de los extranjeros. Cuando un empresario, o sin ir más lejos, cuando una persona común y corriente se percata de que algo anda mal con las estrategias que implementa para mejorar sus ventas o su negocio, hace una revisión de lo que está haciendo y da marcha atrás o cambia de estrategia. Rebajar impuestos indirectos y eliminar los directos es el camino. La historia a través del tiempo lo demuestra, la evidencia de otros países que han logrado el desarrollo lo ratifica.
Entonces: ¿por qué siguen empecinados en llevarnos por la ruta que conduce al desfiladero? ¿Acaso los famosos aumentos a la "carga tributaria" han mejorado nuestra calidad de vida? ¿O será que a Guatemala le tocó estar del lado de la Dimensión Desconocida?
Dejen de estar poniéndonos la reversa. Avancemos al desarrollo
Publicado en Prensa Libre el 23 de marzo de 2006.
jueves, 16 de marzo de 2006
Incrementando la informalidad
El árbol que tienen enfrente les impide ver el bosque.
Las autoridades están empeñadas, para variar, en incrementar a como de lugar los ingresos del gobierno. La fijación (oral, diría Shakira) que tienen es tal que su vista queda completamente obstaculizada por el árbol que tienen enfrente y no les permite ver, mucho menos entender, el bosque más allá. Están tan imbuidos en el supuesto problema que tienen que no se logran percatar que están cavando su propia tumba –y me refiero al gobierno en general, no sólo a la administración de la GANA.
Primero quiero aclarar lo del "supuesto" problema, ya que aunque las autoridades juren y perjuren que no tienen suficiente dinero, nunca ninguna cantidad de dinero recaudado por un gobierno será suficiente para todo lo que se quisieran gastar los políticos que por el momento detentan el poder (no digamos los que vienen después). Así que enfocar todos los esfuerzos de una administración en "recaudar más" sólo por el hecho de "tener más" dinero a su disposición es un absurdo.
Pero aún si fuera válido el argumento de que se necesita más, el problema es que las acciones que están tomando van encaminadas a recaudar menos y no más, en el largo plazo. Quizá en el corto plazo logren tener un incremento en sus ingresos, pero eso sólo durará mientras los ciudadanos toman las medidas correctivas para adaptarse a las nuevas reglas, como lo han hecho cada una de las innumerables veces que cambian las reglas del juego los gobernantes.
Las autoridades parecen no entender, o tal vez el problema es que no quieren entender, que mientras más duros, estrictos, coercitivos y controladores se vuelvan, lo que consiguen es fomentar más la informalidad. No por nada un estudio reciente concluyó que ésta se ha incrementado y ya calculan que más del 75% de la actividad económica del país se lleva a cabo fuera de la legalidad –extralegalmente, tal vez suena mejor.
¿Quiere la gente actuar en la "extralegalidad"? Lo más probable es que la mayoría no. Pero el problema no es sólo de intenciones sino de alternativas y la disyuntiva que muchos enfrentan es la informalidad o la ruina.
Y, ¿cómo se combate la informalidad? No con mayores controles, ni con leoninas retenciones ni mucho menos con mayores impuestos. Volverse más represivo no conseguirá reducir la informalidad, todo lo contrario, la aumentará. La única forma de reducir la "extralegalidad" es haciendo que sea más fácil operar en la "legalidad". No hay otra forma. La vía es la reducción de impuestos y la eliminación de trabas.
En el largo plazo, esa es la mejor vía, no sólo para que se desarrolle la economía del país, sino también para que se incrementen los ingresos de los gobernantes. ¿Por qué les será tan difícil entender esto?
Publicado en Prensa Libre el 16 de marzo de 2006.
Las autoridades están empeñadas, para variar, en incrementar a como de lugar los ingresos del gobierno. La fijación (oral, diría Shakira) que tienen es tal que su vista queda completamente obstaculizada por el árbol que tienen enfrente y no les permite ver, mucho menos entender, el bosque más allá. Están tan imbuidos en el supuesto problema que tienen que no se logran percatar que están cavando su propia tumba –y me refiero al gobierno en general, no sólo a la administración de la GANA.
Primero quiero aclarar lo del "supuesto" problema, ya que aunque las autoridades juren y perjuren que no tienen suficiente dinero, nunca ninguna cantidad de dinero recaudado por un gobierno será suficiente para todo lo que se quisieran gastar los políticos que por el momento detentan el poder (no digamos los que vienen después). Así que enfocar todos los esfuerzos de una administración en "recaudar más" sólo por el hecho de "tener más" dinero a su disposición es un absurdo.
Pero aún si fuera válido el argumento de que se necesita más, el problema es que las acciones que están tomando van encaminadas a recaudar menos y no más, en el largo plazo. Quizá en el corto plazo logren tener un incremento en sus ingresos, pero eso sólo durará mientras los ciudadanos toman las medidas correctivas para adaptarse a las nuevas reglas, como lo han hecho cada una de las innumerables veces que cambian las reglas del juego los gobernantes.
Las autoridades parecen no entender, o tal vez el problema es que no quieren entender, que mientras más duros, estrictos, coercitivos y controladores se vuelvan, lo que consiguen es fomentar más la informalidad. No por nada un estudio reciente concluyó que ésta se ha incrementado y ya calculan que más del 75% de la actividad económica del país se lleva a cabo fuera de la legalidad –extralegalmente, tal vez suena mejor.
¿Quiere la gente actuar en la "extralegalidad"? Lo más probable es que la mayoría no. Pero el problema no es sólo de intenciones sino de alternativas y la disyuntiva que muchos enfrentan es la informalidad o la ruina.
Y, ¿cómo se combate la informalidad? No con mayores controles, ni con leoninas retenciones ni mucho menos con mayores impuestos. Volverse más represivo no conseguirá reducir la informalidad, todo lo contrario, la aumentará. La única forma de reducir la "extralegalidad" es haciendo que sea más fácil operar en la "legalidad". No hay otra forma. La vía es la reducción de impuestos y la eliminación de trabas.
En el largo plazo, esa es la mejor vía, no sólo para que se desarrolle la economía del país, sino también para que se incrementen los ingresos de los gobernantes. ¿Por qué les será tan difícil entender esto?
Publicado en Prensa Libre el 16 de marzo de 2006.
jueves, 9 de marzo de 2006
Redistribuyendo miseria
Lo que necesitamos es más riqueza.
Continúa la peregrinación de los representantes de la Oligarquía de la Tecnocracia Internacional (OTI) viniendo a Guatemala a imponernos a como de lugar que tenemos que pagar más impuestos so pena de que, según ellos, nunca lograremos salir de la pobreza. Lo que no parecen entender (o no les conviene) es que la pobreza se combate generando más riqueza y no tratando de redistribuir la ya creada, lo que necesariamente se convertirá en una redistribución de la miseria.
Por supuesto que las visitas de gente de la OTI, como la más reciente del Rato, son acuerpadas por sus seguidores locales, fervientes creyentes de la redistribución de la riqueza, especialmente si en el camino de los "ricos" a los "pobres" ésta les pasa dejando su tajada.
Quienes se inclinan por esta forma de pensar, o lo hacen por un interés muy personal y específico, o por ignorancia de sus consecuencias. ¿Qué tiene de malo el conflicto de interés en este caso? Nada, si la gente por lo menos es sincera y lo dice. El problema es que el 99.9 % de los defensores de la redistribución de riqueza con conflictos de interés en el tema, nunca lo reconocen. Se llenan la boca argumentando que su interés son los pobres y que los demás deben pagar más impuestos para que, según ellos, los pobres puedan salir de esa condición, pero nunca hacen la salvedad que ellos también viven de esos impuestos y que su modus vivendi (que en muchísimos casos no tiene nada de pobre) depende de que los sacrificados contribuyentes del mundo paguen cada vez más impuestos.
Todas las teorías de redistribución de la riqueza se basan, de alguna manera, en la errónea idea de que la vida en sociedad es un juego de suma cero y que lo que alguien tiene necesariamente es porque se lo quitó a alguien más. De ese erróneo principio se colige que alguien es rico porque alguien más es pobre y entonces lo que hay que hacer para volver a "la justicia" es quitarle al rico para dárselo al pobre. Esta visión robinhoodense de la vida es tan atractiva como errónea.
Partiendo de un principio equivocado –como lo es el que la riqueza ya está toda y lo que hay que hacer es redistribuírla- se ponen cada vez más obstáculos a la creación de la riqueza, que es la única manera en la que podremos salir de la pobreza. No hay de otra. Tenemos que crear riqueza para salir de la pobreza.
Por cierto que, si lo que los de la OTI y sus coristas locales nos vienen a restregar en la cara sobre pagar más impuestos fuera cierto, Guatemala debería ser el país más pobre del mundo, sin embargo, estamos mucho mejor que muchos de los países que les han seguido sus consejos sin chistar. ¿Se había puesto a pensar en ello?
P.S.: Si quiere conocer más sobre este tema lo invito a leer el ensayo "Un juego que no suma cero" escrito por Manuel Ayau. Lo puede pedir al CEES al 2338-7828 y 29.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 9 de Marzo de 2,006
Continúa la peregrinación de los representantes de la Oligarquía de la Tecnocracia Internacional (OTI) viniendo a Guatemala a imponernos a como de lugar que tenemos que pagar más impuestos so pena de que, según ellos, nunca lograremos salir de la pobreza. Lo que no parecen entender (o no les conviene) es que la pobreza se combate generando más riqueza y no tratando de redistribuir la ya creada, lo que necesariamente se convertirá en una redistribución de la miseria.
Por supuesto que las visitas de gente de la OTI, como la más reciente del Rato, son acuerpadas por sus seguidores locales, fervientes creyentes de la redistribución de la riqueza, especialmente si en el camino de los "ricos" a los "pobres" ésta les pasa dejando su tajada.
Quienes se inclinan por esta forma de pensar, o lo hacen por un interés muy personal y específico, o por ignorancia de sus consecuencias. ¿Qué tiene de malo el conflicto de interés en este caso? Nada, si la gente por lo menos es sincera y lo dice. El problema es que el 99.9 % de los defensores de la redistribución de riqueza con conflictos de interés en el tema, nunca lo reconocen. Se llenan la boca argumentando que su interés son los pobres y que los demás deben pagar más impuestos para que, según ellos, los pobres puedan salir de esa condición, pero nunca hacen la salvedad que ellos también viven de esos impuestos y que su modus vivendi (que en muchísimos casos no tiene nada de pobre) depende de que los sacrificados contribuyentes del mundo paguen cada vez más impuestos.
Todas las teorías de redistribución de la riqueza se basan, de alguna manera, en la errónea idea de que la vida en sociedad es un juego de suma cero y que lo que alguien tiene necesariamente es porque se lo quitó a alguien más. De ese erróneo principio se colige que alguien es rico porque alguien más es pobre y entonces lo que hay que hacer para volver a "la justicia" es quitarle al rico para dárselo al pobre. Esta visión robinhoodense de la vida es tan atractiva como errónea.
Partiendo de un principio equivocado –como lo es el que la riqueza ya está toda y lo que hay que hacer es redistribuírla- se ponen cada vez más obstáculos a la creación de la riqueza, que es la única manera en la que podremos salir de la pobreza. No hay de otra. Tenemos que crear riqueza para salir de la pobreza.
Por cierto que, si lo que los de la OTI y sus coristas locales nos vienen a restregar en la cara sobre pagar más impuestos fuera cierto, Guatemala debería ser el país más pobre del mundo, sin embargo, estamos mucho mejor que muchos de los países que les han seguido sus consejos sin chistar. ¿Se había puesto a pensar en ello?
P.S.: Si quiere conocer más sobre este tema lo invito a leer el ensayo "Un juego que no suma cero" escrito por Manuel Ayau. Lo puede pedir al CEES al 2338-7828 y 29.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 9 de Marzo de 2,006
jueves, 2 de marzo de 2006
Interpelación cruzada
El voto cruzado no es parte del problema, es parte de la solución.
En el programa "Todo a Pulmón" en la Lite FM 100.9 que conducimos con Marta Yolanda Díaz-Durán, cuando tratamos el tema de la interpelación a la Ministra de Educación, María del Carmen Aceña, uno de los radioescuchas nos increpó que nosotros somos los culpables del resultado de la interpelación por haber llamado al voto cruzado en la campaña electoral recién pasada.
Primero que nada, es halagüeño que nos atribuyan tal poder de convocatoria como para ser los "responsables" de que la ciudadanía haya decidido no concederle a ningún partido político el poder absoluto. Aún cuando tanto nosotros como Estuardo Zapeta en sus programas estuvimos en efecto haciendo campaña a favor del voto cruzado, no podríamos de ninguna manera atribuirnos la sola paternidad de tan buena decisión por parte de la ciudadanía.
Pero la pregunta crucial es ¿por qué el voto cruzado? Pues la razón es sencilla. Yo estoy convencido que Lord Acton tenía la boca (o quizá la pluma) llena de razón cuando expresó su máxima: "el poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente".
En Guatemala distamos mucho de tener un Estado de Derecho en donde todos, incluidos los gobernantes, estemos sometidos a la Ley. Lo más que podemos esperar es que la separación de poderes surta el efecto de limitar el poder a tal grado que nadie pueda atribuírse "poderes especiales" y utilizarlos para pasar encima de los derechos de los ciudadanos.
La única forma de lograrlo con el sistema que tenemos es impidiendo que un mismo grupo político domine más de uno de los tres poderes del estado.
Para quienes nos acusan de tal "tragedia", permítanme decirles que la alternativa es escoger "democráticamente" a un dictador que manda sus órdenes al Congreso para "validarlas". Y este es el inicio del poder absoluto que corrompe absolutamente.
Lamentablemente, como un amigo me lo dijo hace poco, en Guatemala mucho son tan cortos de visión y tan faltos de principios, que dirían: "es un dictador, pero es NUESTRO dictador". El problema con esta forma de pensar es que no siempre será "SU dictador" y en ese momento se lamentarán no haber buscado la división del poder.
¿Y qué resultados hemos obtenido del voto cruzado? El más importante, a la fecha, creo que es que la reforma fiscal aprobada en el 2,004 no fue tan dañina como pretendían los gobernantes, lo que hubiera descalabrado completamente nuestra economía. Y así como ese, quien sabe cuántos abusos más no se habrían dado si el gobierno tuviese aplanadora en el Congreso.
¿Es la ministra Aceña una víctima de la separación del poder? Probablemente, pero debemos recordar que es una funcionaria pública que debe rendir cuentas de sus actuaciones. ¿Y si no fuera NUESTRA ministra?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 2 de Marzo de 2,006
En el programa "Todo a Pulmón" en la Lite FM 100.9 que conducimos con Marta Yolanda Díaz-Durán, cuando tratamos el tema de la interpelación a la Ministra de Educación, María del Carmen Aceña, uno de los radioescuchas nos increpó que nosotros somos los culpables del resultado de la interpelación por haber llamado al voto cruzado en la campaña electoral recién pasada.
Primero que nada, es halagüeño que nos atribuyan tal poder de convocatoria como para ser los "responsables" de que la ciudadanía haya decidido no concederle a ningún partido político el poder absoluto. Aún cuando tanto nosotros como Estuardo Zapeta en sus programas estuvimos en efecto haciendo campaña a favor del voto cruzado, no podríamos de ninguna manera atribuirnos la sola paternidad de tan buena decisión por parte de la ciudadanía.
Pero la pregunta crucial es ¿por qué el voto cruzado? Pues la razón es sencilla. Yo estoy convencido que Lord Acton tenía la boca (o quizá la pluma) llena de razón cuando expresó su máxima: "el poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente".
En Guatemala distamos mucho de tener un Estado de Derecho en donde todos, incluidos los gobernantes, estemos sometidos a la Ley. Lo más que podemos esperar es que la separación de poderes surta el efecto de limitar el poder a tal grado que nadie pueda atribuírse "poderes especiales" y utilizarlos para pasar encima de los derechos de los ciudadanos.
La única forma de lograrlo con el sistema que tenemos es impidiendo que un mismo grupo político domine más de uno de los tres poderes del estado.
Para quienes nos acusan de tal "tragedia", permítanme decirles que la alternativa es escoger "democráticamente" a un dictador que manda sus órdenes al Congreso para "validarlas". Y este es el inicio del poder absoluto que corrompe absolutamente.
Lamentablemente, como un amigo me lo dijo hace poco, en Guatemala mucho son tan cortos de visión y tan faltos de principios, que dirían: "es un dictador, pero es NUESTRO dictador". El problema con esta forma de pensar es que no siempre será "SU dictador" y en ese momento se lamentarán no haber buscado la división del poder.
¿Y qué resultados hemos obtenido del voto cruzado? El más importante, a la fecha, creo que es que la reforma fiscal aprobada en el 2,004 no fue tan dañina como pretendían los gobernantes, lo que hubiera descalabrado completamente nuestra economía. Y así como ese, quien sabe cuántos abusos más no se habrían dado si el gobierno tuviese aplanadora en el Congreso.
¿Es la ministra Aceña una víctima de la separación del poder? Probablemente, pero debemos recordar que es una funcionaria pública que debe rendir cuentas de sus actuaciones. ¿Y si no fuera NUESTRA ministra?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 2 de Marzo de 2,006
jueves, 23 de febrero de 2006
Tecnocracia majadera y corrupta
La Oligarquía de la Tecnocracia Internacional sigue rebuznando.
La semana pasada cuando introduje el término de Oligarquía de la Tecnocracia Internacional, OTI, no pensé que iba a continuar con el tema, sin embargo, de allá para acá, sucedieron dos hechos que no sólo confirmaron mis aseveraciones sino que casi hicieron hervir mi sangre.
El primero. Durante la presentación de un proyecto organizado por varias empresas privadas, un representante de la FAO, armado con toda la pedantería que sólo puede dar el sentirse "moralmente superior" que los pobres diablos que lo escuchamos, dijo que hasta hace poco, el sistema de la OTI solamente se dignaba tratar con los gobiernos, pero que ya habían entendido que también había que tratar con "los demás", entre quienes incluyó a la "sociedad civil" y a las empresas. Continúo su exposición diciendo que, también hasta hace poco, a las empresas se les consideraba como "simples unidades de explotación económica".
¿Quién las consideraba así? Pues quién va a ser, la OTI, llena de burócratas resentidos que en su vida han producido nada, nunca han pagado una planilla, nunca han corrido un pinche riesgo con su propio dinero, nunca han pagado impuestos, pero eso sí, derrochan a manos llenas el dinero producido por esas "simples unidades de explotación económica" y que los gobiernos (los políticos, realmente), con su apoyo, les han arrebatado.
El segundo. Las cínicas y descaradas declaraciones de Günther Müssig, representante de la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, publicadas este lunes en Prensa Libre. Como bien lo dice el reportero que hizo la entrevista, Müssig hizo alarde de una sinceridad poco común entre la OTI y reconoció que "no hay obra sin sobra", confirmando así que ellos están plenamente conscientes que los diputados, en este caso, se quedan con una "comisión" por conseguirle trabajo a empresas constructoras. Pero llegó todavía más lejos al indicar que "lo único que se puede criticar es que los precios sin el soborno podrían ser más bajos." Cómo se ve que de principios esta gente de la OTI no tiene la más mínima noción. Básicamente, acepta que la corrupción es la norma en las operaciones de la OTI, cuando dice que "lo otro sería cambiar un sistema mundial".
Müssig, coincidentemente, muestra el mismo desprecio, desdén y prejuicios hacia las actividades empresariales que el de la FAO cuando dice "¿quiénes tienen empresas? Los que tienen influencia, los ricos…"
Ante tanto descaro y desfachatez es poco lo que se puede decir. Lo único bueno es que la OTI poco a poco va perdiendo su máscara y cada vez es más notorio que no son la solución sino parte, si es que no la raíz, de los problemas que aquejan a los países pobres. ¡Ojalá algún día nos pudiéramos liberar de su perniciosa influencia!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 23 de Febrero de 2,006
La semana pasada cuando introduje el término de Oligarquía de la Tecnocracia Internacional, OTI, no pensé que iba a continuar con el tema, sin embargo, de allá para acá, sucedieron dos hechos que no sólo confirmaron mis aseveraciones sino que casi hicieron hervir mi sangre.
El primero. Durante la presentación de un proyecto organizado por varias empresas privadas, un representante de la FAO, armado con toda la pedantería que sólo puede dar el sentirse "moralmente superior" que los pobres diablos que lo escuchamos, dijo que hasta hace poco, el sistema de la OTI solamente se dignaba tratar con los gobiernos, pero que ya habían entendido que también había que tratar con "los demás", entre quienes incluyó a la "sociedad civil" y a las empresas. Continúo su exposición diciendo que, también hasta hace poco, a las empresas se les consideraba como "simples unidades de explotación económica".
¿Quién las consideraba así? Pues quién va a ser, la OTI, llena de burócratas resentidos que en su vida han producido nada, nunca han pagado una planilla, nunca han corrido un pinche riesgo con su propio dinero, nunca han pagado impuestos, pero eso sí, derrochan a manos llenas el dinero producido por esas "simples unidades de explotación económica" y que los gobiernos (los políticos, realmente), con su apoyo, les han arrebatado.
El segundo. Las cínicas y descaradas declaraciones de Günther Müssig, representante de la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, publicadas este lunes en Prensa Libre. Como bien lo dice el reportero que hizo la entrevista, Müssig hizo alarde de una sinceridad poco común entre la OTI y reconoció que "no hay obra sin sobra", confirmando así que ellos están plenamente conscientes que los diputados, en este caso, se quedan con una "comisión" por conseguirle trabajo a empresas constructoras. Pero llegó todavía más lejos al indicar que "lo único que se puede criticar es que los precios sin el soborno podrían ser más bajos." Cómo se ve que de principios esta gente de la OTI no tiene la más mínima noción. Básicamente, acepta que la corrupción es la norma en las operaciones de la OTI, cuando dice que "lo otro sería cambiar un sistema mundial".
Müssig, coincidentemente, muestra el mismo desprecio, desdén y prejuicios hacia las actividades empresariales que el de la FAO cuando dice "¿quiénes tienen empresas? Los que tienen influencia, los ricos…"
Ante tanto descaro y desfachatez es poco lo que se puede decir. Lo único bueno es que la OTI poco a poco va perdiendo su máscara y cada vez es más notorio que no son la solución sino parte, si es que no la raíz, de los problemas que aquejan a los países pobres. ¡Ojalá algún día nos pudiéramos liberar de su perniciosa influencia!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 23 de Febrero de 2,006
lunes, 20 de febrero de 2006
Tecnocracia insaciable
La Oligarquía de la Tecnocracia Internacional siempre encontrará la forma de salir en caballo blanco.
Justo cuando creíamos que la Oligarquía de la Tecnocracia Internacional, OTI, no nos podía sorprender más, se sacan un nuevo truco de la manga para demostrarnos que, indistintamente de lo que hagamos, siempre encontrarán la manera de fregarnos más. Debido a que, según las cifras corregidas del Banco de Guatemala, los guatemaltecos ya sobrepasamos el 15% de carga tributaria, ahora resulta que la meta ya no es el famoso 12% sino el 16%.
Por supuesto que para decirlo siempre se revisten de un aura de preocupación por los desamparados y se presentan como la solución para erradicar todos los problemas de la pobreza. Pero todo eso no es más que una gran mentira cuidadosamente elaborada para mantener engañados a los ingenuos, mientras que ellos se dan la gran vida a expensas de los contribuyentes del mundo desunidos.
No nos engañemos, ellos siempre van a hacer la misma propuesta porque o es la única que conocen o –malicioso que es uno– porque saben que es la que más conviene a sus intereses, indistintamente que los hambrientos del mundo sigan siendo pobres, precisamente por continuar aplicando la misma propuesta de siempre.
La única recomendación que podemos esperar de la OTI es esa: tienen que pagar más impuestos, para poder "invertir" más en los pobres y sacarlos de la pobreza. Pero esa propuesta, con raíces en el socialista concepto del Estado Benefactor que ellos tanto aprecian, no ha sido exitosa en ninguna parte en donde la han tratado de implementar.
¿No me cree? ¿Qué le parece que los países que más "ayuda internacional" y financiamiento y asesoramiento han recibido de la OTI durante los últimos 60 años no sólo siguen siendo pobres sino que adicionalmente se hundieron tanto en la miseria que hasta la misma OTI tuvo que crear una nueva denominación: países pobres y altamente endeudados.
Por supuesto que como los de la OTI son expertos en desestimar la evidencia –particularmente cuando ésta les inculpa– y adornar el escenario a su conveniencia, ahora resulta que después de 60 infructuosos años de seguir su fórmula, no sólo no reconocen su responsabilidad, sino vuelven a proponer que la solución para esos menesterosos es más de lo mismo.
Claro, ellos se cuidan muy bien de mencionar que, mientras andan por el mundo exigiendo que los malditos y ricos capitalistas (y todos los demás también) paguen más impuestos, ellos no pagan ninguno. Así como lo oyó. Estos fariseos modernos están prestos para condenar a cualquier emprendedorsucho que se les ponga enfrente, pero ellos gozan de la impunidad que les da trabajar en uno de los más selectos y exclusivos paraísos fiscales: el sistema de las Naciones Unidas y todas sus organizaciones conexas. ¡Hipócritas!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 16 de Febrero de 2,006
Justo cuando creíamos que la Oligarquía de la Tecnocracia Internacional, OTI, no nos podía sorprender más, se sacan un nuevo truco de la manga para demostrarnos que, indistintamente de lo que hagamos, siempre encontrarán la manera de fregarnos más. Debido a que, según las cifras corregidas del Banco de Guatemala, los guatemaltecos ya sobrepasamos el 15% de carga tributaria, ahora resulta que la meta ya no es el famoso 12% sino el 16%.
Por supuesto que para decirlo siempre se revisten de un aura de preocupación por los desamparados y se presentan como la solución para erradicar todos los problemas de la pobreza. Pero todo eso no es más que una gran mentira cuidadosamente elaborada para mantener engañados a los ingenuos, mientras que ellos se dan la gran vida a expensas de los contribuyentes del mundo desunidos.
No nos engañemos, ellos siempre van a hacer la misma propuesta porque o es la única que conocen o –malicioso que es uno– porque saben que es la que más conviene a sus intereses, indistintamente que los hambrientos del mundo sigan siendo pobres, precisamente por continuar aplicando la misma propuesta de siempre.
La única recomendación que podemos esperar de la OTI es esa: tienen que pagar más impuestos, para poder "invertir" más en los pobres y sacarlos de la pobreza. Pero esa propuesta, con raíces en el socialista concepto del Estado Benefactor que ellos tanto aprecian, no ha sido exitosa en ninguna parte en donde la han tratado de implementar.
¿No me cree? ¿Qué le parece que los países que más "ayuda internacional" y financiamiento y asesoramiento han recibido de la OTI durante los últimos 60 años no sólo siguen siendo pobres sino que adicionalmente se hundieron tanto en la miseria que hasta la misma OTI tuvo que crear una nueva denominación: países pobres y altamente endeudados.
Por supuesto que como los de la OTI son expertos en desestimar la evidencia –particularmente cuando ésta les inculpa– y adornar el escenario a su conveniencia, ahora resulta que después de 60 infructuosos años de seguir su fórmula, no sólo no reconocen su responsabilidad, sino vuelven a proponer que la solución para esos menesterosos es más de lo mismo.
Claro, ellos se cuidan muy bien de mencionar que, mientras andan por el mundo exigiendo que los malditos y ricos capitalistas (y todos los demás también) paguen más impuestos, ellos no pagan ninguno. Así como lo oyó. Estos fariseos modernos están prestos para condenar a cualquier emprendedorsucho que se les ponga enfrente, pero ellos gozan de la impunidad que les da trabajar en uno de los más selectos y exclusivos paraísos fiscales: el sistema de las Naciones Unidas y todas sus organizaciones conexas. ¡Hipócritas!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 16 de Febrero de 2,006
Mentiras y estadísticas
La frase, "hay tres tipos de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas", que con el tiempo se le ha atribuido a varias personas, encierra mucha verdad: las estadísticas pueden ser fácilmente manipuladas para que digan lo que uno quiere que digan.
Adicionalmente, el generalizado desconocimiento sobre cómo funcionan las estadísticas y lo que representan, hace que la mayoría de las personas se tome una idea errada de la realidad, con base en las estadísticas que se le presentan. Un buen ejemplo de esto es el que pone el Ing. Manuel Ayau al decir que si yo me como dos pollos y usted ninguno, en promedio nos comimos un pollo cada uno.
Sin embargo, con todo y sus problemas, las estadísticas son necesarias para tomar decisiones, tanto a nivel público como privado. Y la peor estadística es aquella que no existe. Es muy difícil tomar decisiones de inversión cuando uno no tiene las herramientas adecuadas, una de las cuales son precisamente, las estadísticas.
Definitivamente, es más fácil aplicar una mirada crítica a un juego de estadísticas pobres y quizá deficientes, que sacarse los números de la manga y utilizar "el dedímetro" para tomar decisiones. Esto es especialmente cierto mientras más grandes son los intereses que dependen de las decisiones en cuestión.
Debido a la amplia injerencia que el gobierno tiene en las actividades económicas en Guatemala (aunque algunos crean que todavía debería hacerlo más), una de las principales fuentes de estadísticas son precisamente las diversas entidades gubernamentales.
Es precisamente por ser el gobierno la fuente principal de estadísticas, que creo que debemos verlas con bastantes granos de sal. Quizá el principal ejemplo lo tenemos en las famosas cuentas nacionales del Banco de Guatemala, que ahora resulta que están infladas y, muy a su pesar, los gobernantes tendrán que corregir.
Las nuevas cifras nos ilustrarán un país más pobre, por un lado, pero por el otro, resulta que por obra y gracia de las estadísticas una de las metas más cacareadas y manipuladas por la burocracia, nacional e internacional, la del famoso 12% de carga tributaria, desde hace tiempo fue sobrepasada y los guatemaltecos ya tributamos más del 15%.
Por supuesto que, fieles al axioma inicial, los burócratas de seguro encontrarán una forma de manipular las nuevas cifras para justificar el continuar exigiendo que los guatemaltecos paguemos más impuestos. Recuerde, lo más importante con las estadísticas es verlas siempre con ojo crítico, no vaya a ser que le den gato por liebre.
Artículo publicado en Prensa Libre el domingo 12 de Febrero de 2,006
Adicionalmente, el generalizado desconocimiento sobre cómo funcionan las estadísticas y lo que representan, hace que la mayoría de las personas se tome una idea errada de la realidad, con base en las estadísticas que se le presentan. Un buen ejemplo de esto es el que pone el Ing. Manuel Ayau al decir que si yo me como dos pollos y usted ninguno, en promedio nos comimos un pollo cada uno.
Sin embargo, con todo y sus problemas, las estadísticas son necesarias para tomar decisiones, tanto a nivel público como privado. Y la peor estadística es aquella que no existe. Es muy difícil tomar decisiones de inversión cuando uno no tiene las herramientas adecuadas, una de las cuales son precisamente, las estadísticas.
Definitivamente, es más fácil aplicar una mirada crítica a un juego de estadísticas pobres y quizá deficientes, que sacarse los números de la manga y utilizar "el dedímetro" para tomar decisiones. Esto es especialmente cierto mientras más grandes son los intereses que dependen de las decisiones en cuestión.
Debido a la amplia injerencia que el gobierno tiene en las actividades económicas en Guatemala (aunque algunos crean que todavía debería hacerlo más), una de las principales fuentes de estadísticas son precisamente las diversas entidades gubernamentales.
Es precisamente por ser el gobierno la fuente principal de estadísticas, que creo que debemos verlas con bastantes granos de sal. Quizá el principal ejemplo lo tenemos en las famosas cuentas nacionales del Banco de Guatemala, que ahora resulta que están infladas y, muy a su pesar, los gobernantes tendrán que corregir.
Las nuevas cifras nos ilustrarán un país más pobre, por un lado, pero por el otro, resulta que por obra y gracia de las estadísticas una de las metas más cacareadas y manipuladas por la burocracia, nacional e internacional, la del famoso 12% de carga tributaria, desde hace tiempo fue sobrepasada y los guatemaltecos ya tributamos más del 15%.
Por supuesto que, fieles al axioma inicial, los burócratas de seguro encontrarán una forma de manipular las nuevas cifras para justificar el continuar exigiendo que los guatemaltecos paguemos más impuestos. Recuerde, lo más importante con las estadísticas es verlas siempre con ojo crítico, no vaya a ser que le den gato por liebre.
Artículo publicado en Prensa Libre el domingo 12 de Febrero de 2,006
¿Estado de Derecho? (II)
¿Por dónde se encuentra al Estado de Derecho?
Para que podamos vivir en un Estado de Derecho se necesita, como requisito inicial, que las leyes sean generales, abstractas, pocas y conocidas. ¿Se cumplen estos requisitos básicos en Guatemala? Ni siquiera remotamente.
Nadie sabe la cifra exacta, pero en los últimos años se ha dicho (no sé cuál es la fuente, aunque más parece leyenda urbana) que existen entre 35,000 y 70,000 leyes en Guatemala. Si ni siquiera los abogados ni los legisladores se pueden poner de acuerdo en esta cifra es por demás obvio que, sin mayores análisis, los requisitos de que las leyes sean pocas y conocidas no se cumplen en nuestro país.
Por si eso no fuera suficiente, las que más o menos se conocen también, en su mayoría, incumplen los otros dos requisitos: no son generales ni abstractas. Lo peor de todo es que eso viene desde el nivel más alto en la jerarquía jurídica de nuestro país: la Constitución.
Si poco falta para que hasta nombres de personas tenga nuestra Carta Magna. Algunos de los constituyentes, por ejemplo, no han tenido empacho en confesar que aquel famoso artículo, "lo pusimos por Ríos Montt".
Y allí no termina la cosa. Nuestra Constitución está llena de concesiones y privilegios específicos para determinados grupos o instituciones haciendo poco menos que imposible que todos podamos ser iguales ante la ley. En palabras de algunos políticos, "es que hay unos más iguales que otros".
No nos debe extrañar pues que el resto de nuestra legislación también esté plagada de privilegios, prebendas y dedicatorias, muchas de ellas ganadas a pulso por quienes han sabido manipular las decisiones legislativas a lo largo de los años, con la complicidad, a veces vendida y otras muchas por simple y crasa ignorancia, de los diputados.
Todo ello hace que las leyes ni sean legítimas ni sean respetables. El resultado es un sistema como el que vivimos, que ni siquiera llega a lo que algunos llaman "estado de legalidad" ya que al no cumplir la legislación con los requisitos necesarios para establecer un estado de Derecho, no son respetables y, de hecho, no son respetadas, como sucede todos los días alrededor nuestro.
Si queremos encaminarnos hacia un verdadero Estado de Derecho, debemos hacer un alto en el camino, reconocer que la senda que seguimos es errada y empezar a hacer los cambios necesarios. Alguien podrá pensar que es imposible hacer estos cambios, pero habemos otros que creemos no sólo que sí es posible, sino que vale la pena intentarlo. Si a usted le interesa ser parte de ese cambio, lo invito a que visite el sitio http://www.proreforma.org.gt/ y se entere de una propuesta que busca ese cambio para nuestro país.
P.S.: Al igual que la semana pasada, le sigo recomendando que lea el libro "La Ley" de Frédéric Bastiat. Lo puede conseguir en el CEES, al 2338-7828.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 9 de Febrero de 2,006
Para que podamos vivir en un Estado de Derecho se necesita, como requisito inicial, que las leyes sean generales, abstractas, pocas y conocidas. ¿Se cumplen estos requisitos básicos en Guatemala? Ni siquiera remotamente.
Nadie sabe la cifra exacta, pero en los últimos años se ha dicho (no sé cuál es la fuente, aunque más parece leyenda urbana) que existen entre 35,000 y 70,000 leyes en Guatemala. Si ni siquiera los abogados ni los legisladores se pueden poner de acuerdo en esta cifra es por demás obvio que, sin mayores análisis, los requisitos de que las leyes sean pocas y conocidas no se cumplen en nuestro país.
Por si eso no fuera suficiente, las que más o menos se conocen también, en su mayoría, incumplen los otros dos requisitos: no son generales ni abstractas. Lo peor de todo es que eso viene desde el nivel más alto en la jerarquía jurídica de nuestro país: la Constitución.
Si poco falta para que hasta nombres de personas tenga nuestra Carta Magna. Algunos de los constituyentes, por ejemplo, no han tenido empacho en confesar que aquel famoso artículo, "lo pusimos por Ríos Montt".
Y allí no termina la cosa. Nuestra Constitución está llena de concesiones y privilegios específicos para determinados grupos o instituciones haciendo poco menos que imposible que todos podamos ser iguales ante la ley. En palabras de algunos políticos, "es que hay unos más iguales que otros".
No nos debe extrañar pues que el resto de nuestra legislación también esté plagada de privilegios, prebendas y dedicatorias, muchas de ellas ganadas a pulso por quienes han sabido manipular las decisiones legislativas a lo largo de los años, con la complicidad, a veces vendida y otras muchas por simple y crasa ignorancia, de los diputados.
Todo ello hace que las leyes ni sean legítimas ni sean respetables. El resultado es un sistema como el que vivimos, que ni siquiera llega a lo que algunos llaman "estado de legalidad" ya que al no cumplir la legislación con los requisitos necesarios para establecer un estado de Derecho, no son respetables y, de hecho, no son respetadas, como sucede todos los días alrededor nuestro.
Si queremos encaminarnos hacia un verdadero Estado de Derecho, debemos hacer un alto en el camino, reconocer que la senda que seguimos es errada y empezar a hacer los cambios necesarios. Alguien podrá pensar que es imposible hacer estos cambios, pero habemos otros que creemos no sólo que sí es posible, sino que vale la pena intentarlo. Si a usted le interesa ser parte de ese cambio, lo invito a que visite el sitio http://www.proreforma.org.gt/ y se entere de una propuesta que busca ese cambio para nuestro país.
P.S.: Al igual que la semana pasada, le sigo recomendando que lea el libro "La Ley" de Frédéric Bastiat. Lo puede conseguir en el CEES, al 2338-7828.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 9 de Febrero de 2,006
¿Estado de Derecho?
En Guatemala ni remotamente nos acercamos a un Estado de Derecho.
En Guatemala no vivimos en un Estado de Derecho. No nos engañemos. Aunque quizá el anhelo de la mayoría, que no de todos, es que viviéramos en un verdadero Estado de Derecho, la realidad guatemalteca está muy alejada de ese ideal. Y eso sin considerar que la definición de él que muchos tienen no concuerda para nada con su esencia.
Creo que es apropiado y atingente hablar de este tema ya que, a raíz del conflicto suscitado entre la municipalidad capitalina y el gobierno central alrededor de la remodelación del aeropuerto, las opiniones se han llenado de defensas, unas del ejecutivo, otras de la municipalidad, la mayoría de ellas tratando de definir quién obró de acuerdo a "la ley" y quién pasó por encima de ella.
Cuando la discusión se queda simplemente en esa superficialidad, el argumento fácil es que todos deben cumplir "la ley" y con ello, sanseacabó el problema y hemos llegado al sacro santo ideal del "Estado de Derecho".
Pero la discusión no se debe quedar allí. Debemos profundizar más, si queremos llegar a encontrar verdaderas respuestas. Creo que la primera pregunta es, ¿qué es "la ley"? Para la mayoría, por lo visto, "la ley" es cualquier cosa, por burrada que sea, que se les ocurra a los legisladores (a los diputados, pues) y que consigan los suficientes votos de sus compinches para aprobar y publicar.
Lamentablemente, esta es una definición de la ley que está hoy en día tan extendida que pocos la cuestionan. Pero nada más alejado de la verdadera Ley. Quien mejor ha sintetizado el concepto de Ley es Frédéric Bastiat en su pequeño ensayo "La Ley" escrito hace más de 150 años.
Bastiat la resumió así: "La ley es la organización colectiva del derecho individual de legítima defensa. La Naturaleza –Dios- confiere a cada uno de nosotros el derecho de defender su persona, su libertad y su propiedad, puesto que son éstos los tres elementos constitutivos o conservadores de la vida… Así como no puede ser legítimo que un individuo utilice su propia fuerza para atentar contra la persona, la libertad y la propiedad de otro, tampoco, por la misma razón, puede ser legítimo que la sociedad utilice la fuerza común para agredir la persona, la libertad y la propiedad de los individuos… La ley es la fuerza común organizada para hacer frente a la injusticia. En forma abreviada: Ley es Justicia. El legislador no tiene poder absoluto sobre nuestras personas y nuestros bienes. Su obra consiste en rodear de garantías a las personas y sus bienes."
Comprender cuál es la verdadera Ley, es apenas el principio básico inicial para encaminarnos a un Estado de Derecho. En Guatemala, ni siquiera eso hemos comprendido.
P.S.: Si quiere conocer más sobre este tema, le recomiendo que lea el libro "La Ley" de Frédéric Bastiat. Lo puede conseguir en el CEES, al 2338-7828.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 2 de Febrero de 2,006
En Guatemala no vivimos en un Estado de Derecho. No nos engañemos. Aunque quizá el anhelo de la mayoría, que no de todos, es que viviéramos en un verdadero Estado de Derecho, la realidad guatemalteca está muy alejada de ese ideal. Y eso sin considerar que la definición de él que muchos tienen no concuerda para nada con su esencia.
Creo que es apropiado y atingente hablar de este tema ya que, a raíz del conflicto suscitado entre la municipalidad capitalina y el gobierno central alrededor de la remodelación del aeropuerto, las opiniones se han llenado de defensas, unas del ejecutivo, otras de la municipalidad, la mayoría de ellas tratando de definir quién obró de acuerdo a "la ley" y quién pasó por encima de ella.
Cuando la discusión se queda simplemente en esa superficialidad, el argumento fácil es que todos deben cumplir "la ley" y con ello, sanseacabó el problema y hemos llegado al sacro santo ideal del "Estado de Derecho".
Pero la discusión no se debe quedar allí. Debemos profundizar más, si queremos llegar a encontrar verdaderas respuestas. Creo que la primera pregunta es, ¿qué es "la ley"? Para la mayoría, por lo visto, "la ley" es cualquier cosa, por burrada que sea, que se les ocurra a los legisladores (a los diputados, pues) y que consigan los suficientes votos de sus compinches para aprobar y publicar.
Lamentablemente, esta es una definición de la ley que está hoy en día tan extendida que pocos la cuestionan. Pero nada más alejado de la verdadera Ley. Quien mejor ha sintetizado el concepto de Ley es Frédéric Bastiat en su pequeño ensayo "La Ley" escrito hace más de 150 años.
Bastiat la resumió así: "La ley es la organización colectiva del derecho individual de legítima defensa. La Naturaleza –Dios- confiere a cada uno de nosotros el derecho de defender su persona, su libertad y su propiedad, puesto que son éstos los tres elementos constitutivos o conservadores de la vida… Así como no puede ser legítimo que un individuo utilice su propia fuerza para atentar contra la persona, la libertad y la propiedad de otro, tampoco, por la misma razón, puede ser legítimo que la sociedad utilice la fuerza común para agredir la persona, la libertad y la propiedad de los individuos… La ley es la fuerza común organizada para hacer frente a la injusticia. En forma abreviada: Ley es Justicia. El legislador no tiene poder absoluto sobre nuestras personas y nuestros bienes. Su obra consiste en rodear de garantías a las personas y sus bienes."
Comprender cuál es la verdadera Ley, es apenas el principio básico inicial para encaminarnos a un Estado de Derecho. En Guatemala, ni siquiera eso hemos comprendido.
P.S.: Si quiere conocer más sobre este tema, le recomiendo que lea el libro "La Ley" de Frédéric Bastiat. Lo puede conseguir en el CEES, al 2338-7828.
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 2 de Febrero de 2,006
Gobierno informal
El gobierno recibió una cucharada de su propia medicina.
El que el gobierno no pueda iniciar los trabajos de remodelación del aeropuerto debido a la "tramitología" burocrática es el mejor ejemplo del por qué más de la mitad de la actividad económica del país se desenvuelve en la "informalidad".
La razón principal de la informalidad es que el costo de cumplir con todos los requisitos burocráticos (incluyendo el pago de impuestos) es tan alto que la disyuntiva para muchas actividades sea entre sobrevivir en la informalidad o morir en el intento de cumplir con todas las reglas "formales". Y como el instinto de supervivencia de los humanos es muy fuerte, no nos debe extrañar que la mayoría escoja la informalidad, con todos los costos y riesgos que ella implica.
Pues bien, al gobierno central le tocó ahora saborear una cucharada de su propia medicina y resulta que uno de sus proyectos principales no puede echarse a andar porque no se han cumplido con todos los requisitos que la ley actual establece.
Creo que al enfocar la situación como una disputa entre la municipalidad capitalina y el gobierno central se está perdiendo de vista que el verdadero problema es la inmensa maraña de trámites inservibles que la burocracia ha ido tejiendo con el correr de los años para justificar su existencia, que lo único que hace es desincentivar el que a nuestro país lleguen inversiones productivas. A los pequeños, no les queda otra que decantarse por la informalidad, a los grandes, la alternativa más fácil es buscar otros horizontes de inversión. Y mientras tanto, los guatemaltecos seguimos anhelando que nuestro país se convierta en un imán para atraer las inversiones que necesitamos para salir del subdesarrollo.
¿Cómo será de inescrutable y absurda la tramitología chapina que hasta el gobierno central prefirió la informalidad? La solución, en el largo plazo, no es saltarse las trancas, como intentó hacer el gobierno, sino eliminar las trancas.
Los gobernantes deben entender que no están por encima de la ley y que si para ellos es difícil cumplir con todos los requisitos, para los ciudadanos lo es más. Así como es frustrante para ustedes no poder emprender las obras, también es frustrante para los ciudadanos, y en algunas ocasiones desesperante, no poder emprender sus sueños porque a un burócrata no se le da la roncada gana ponerle un pinche sello a un papel. Entiendan de una vez por todas: la informalidad es simplemente una reacción natural del ser humano ante la estupidez burocrática.
¡Ojalá que esta experiencia les sirva para abrir los ojos y comprender lo vital que es para nuestro país eliminar de tajo tanto trámite inservible y dejar a las personas libertad para buscar la mejora de su nivel de vida!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 26 de Enero de 2,006
El que el gobierno no pueda iniciar los trabajos de remodelación del aeropuerto debido a la "tramitología" burocrática es el mejor ejemplo del por qué más de la mitad de la actividad económica del país se desenvuelve en la "informalidad".
La razón principal de la informalidad es que el costo de cumplir con todos los requisitos burocráticos (incluyendo el pago de impuestos) es tan alto que la disyuntiva para muchas actividades sea entre sobrevivir en la informalidad o morir en el intento de cumplir con todas las reglas "formales". Y como el instinto de supervivencia de los humanos es muy fuerte, no nos debe extrañar que la mayoría escoja la informalidad, con todos los costos y riesgos que ella implica.
Pues bien, al gobierno central le tocó ahora saborear una cucharada de su propia medicina y resulta que uno de sus proyectos principales no puede echarse a andar porque no se han cumplido con todos los requisitos que la ley actual establece.
Creo que al enfocar la situación como una disputa entre la municipalidad capitalina y el gobierno central se está perdiendo de vista que el verdadero problema es la inmensa maraña de trámites inservibles que la burocracia ha ido tejiendo con el correr de los años para justificar su existencia, que lo único que hace es desincentivar el que a nuestro país lleguen inversiones productivas. A los pequeños, no les queda otra que decantarse por la informalidad, a los grandes, la alternativa más fácil es buscar otros horizontes de inversión. Y mientras tanto, los guatemaltecos seguimos anhelando que nuestro país se convierta en un imán para atraer las inversiones que necesitamos para salir del subdesarrollo.
¿Cómo será de inescrutable y absurda la tramitología chapina que hasta el gobierno central prefirió la informalidad? La solución, en el largo plazo, no es saltarse las trancas, como intentó hacer el gobierno, sino eliminar las trancas.
Los gobernantes deben entender que no están por encima de la ley y que si para ellos es difícil cumplir con todos los requisitos, para los ciudadanos lo es más. Así como es frustrante para ustedes no poder emprender las obras, también es frustrante para los ciudadanos, y en algunas ocasiones desesperante, no poder emprender sus sueños porque a un burócrata no se le da la roncada gana ponerle un pinche sello a un papel. Entiendan de una vez por todas: la informalidad es simplemente una reacción natural del ser humano ante la estupidez burocrática.
¡Ojalá que esta experiencia les sirva para abrir los ojos y comprender lo vital que es para nuestro país eliminar de tajo tanto trámite inservible y dejar a las personas libertad para buscar la mejora de su nivel de vida!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 26 de Enero de 2,006
Empresarios ignorantes
No es lo mismo ser empresario que saber de economía.
En su columna del domingo recién pasado, el Ing. Manuel Ayau comentaba que los presidentes tienden a consultar "cuestiones económicas a empresarios en la equivocada premisa de que por tener éxito en negocios entienden de economía, lo cual no siempre es cierto".
Según este argumento, muchos empresarios, particularmente en los países latinoamericanos, saben "tener éxito" sólo en un sistema mercantilista como el que predomina en el continente desde la época de la colonia, por lo que, cuando consultados, lo natural es que su consejo tienda a mantener el status quo, en el mejor de los casos porque eso es lo que conocen, y en el peor, porque saben que de esa manera podrán perpetuar el sistema que tantos réditos les ha traído a expensas de una población que, como tampoco entiende el sistema, ni siquiera se percata de las verdaderas razones por las cuales no hay suficiente creación de riqueza en su país.
Yo estoy completamente de acuerdo con ese análisis y, de hecho, me gustaría llevarlo todavía un poco más, al punto que creo que aún muchos empresarios que han logrado tener éxito en economías competitivas, bajo sistemas de mercado, tampoco tienen la más peregrina idea de cómo funciona el sistema que les ha permitido tener éxito y, precisamente por esa ignorancia, es muy usual que aún empresarios que han logrado el éxito a través de servir a los demás, sin necesitar de los subsidios escondidos tras los sistemas de privilegios mercantilistas, tienen mala conciencia de sus riquezas y se dedican a "acallar su conciencia" combatiendo aquello que les permitió alcanzar el éxito.
Ejemplos sobran por el mundo, y quizá el más reciente es el del empresario canadiense Jeff Skoll, uno de los fundadores del sistema electrónico de subastas eBay, quien luego de amasar una considerable fortuna sirviendo bien al público y, de hecho, contribuyendo a fomentar una verdadera economía de mercado virtual global, ahora utiliza esa fortuna para "mejorar el mundo", a través de una productora de películas "con mensaje".
Lo irónico del asunto es que la mejor manera de cambiar el mundo que tiene Jeff Skoll, no es a través de sus películas, sino, precisamente, a través del servicio que su empresa de subastas brinda a millones de usuarios alrededor del mundo.
Lamentablemente, allá como acá, el haber tenido tanto éxito en una empresa muy competitiva e innovadora, no es necesariamente garantía de que una persona entienda "cuestiones económicas" y ahora resulta que la agenda que Skoll quiere fomentar a través de sus películas, no es exactamente la que le permitirá a más personas llegar a crear mejores y más abundantes servicios para los consumidores. ¿Tan difícil será entender estas cosas?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 19 de Enero de 2,006
En su columna del domingo recién pasado, el Ing. Manuel Ayau comentaba que los presidentes tienden a consultar "cuestiones económicas a empresarios en la equivocada premisa de que por tener éxito en negocios entienden de economía, lo cual no siempre es cierto".
Según este argumento, muchos empresarios, particularmente en los países latinoamericanos, saben "tener éxito" sólo en un sistema mercantilista como el que predomina en el continente desde la época de la colonia, por lo que, cuando consultados, lo natural es que su consejo tienda a mantener el status quo, en el mejor de los casos porque eso es lo que conocen, y en el peor, porque saben que de esa manera podrán perpetuar el sistema que tantos réditos les ha traído a expensas de una población que, como tampoco entiende el sistema, ni siquiera se percata de las verdaderas razones por las cuales no hay suficiente creación de riqueza en su país.
Yo estoy completamente de acuerdo con ese análisis y, de hecho, me gustaría llevarlo todavía un poco más, al punto que creo que aún muchos empresarios que han logrado tener éxito en economías competitivas, bajo sistemas de mercado, tampoco tienen la más peregrina idea de cómo funciona el sistema que les ha permitido tener éxito y, precisamente por esa ignorancia, es muy usual que aún empresarios que han logrado el éxito a través de servir a los demás, sin necesitar de los subsidios escondidos tras los sistemas de privilegios mercantilistas, tienen mala conciencia de sus riquezas y se dedican a "acallar su conciencia" combatiendo aquello que les permitió alcanzar el éxito.
Ejemplos sobran por el mundo, y quizá el más reciente es el del empresario canadiense Jeff Skoll, uno de los fundadores del sistema electrónico de subastas eBay, quien luego de amasar una considerable fortuna sirviendo bien al público y, de hecho, contribuyendo a fomentar una verdadera economía de mercado virtual global, ahora utiliza esa fortuna para "mejorar el mundo", a través de una productora de películas "con mensaje".
Lo irónico del asunto es que la mejor manera de cambiar el mundo que tiene Jeff Skoll, no es a través de sus películas, sino, precisamente, a través del servicio que su empresa de subastas brinda a millones de usuarios alrededor del mundo.
Lamentablemente, allá como acá, el haber tenido tanto éxito en una empresa muy competitiva e innovadora, no es necesariamente garantía de que una persona entienda "cuestiones económicas" y ahora resulta que la agenda que Skoll quiere fomentar a través de sus películas, no es exactamente la que le permitirá a más personas llegar a crear mejores y más abundantes servicios para los consumidores. ¿Tan difícil será entender estas cosas?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 19 de Enero de 2,006
La prioridad
Las prioridades no deben ser sólo del diente al labio.
Los funcionarios más importantes del Organismo Ejecutivo se reunieron hace unos días en una "encerrona" para definir cuáles deberían ser sus prioridades para este año. La conclusión no nos debería sorprender para nada, al grado que se podrían haber ahorrado la encerrona ya que se las podría haber dado cualquier ciudadano sin necesidad de tanto análisis: la prioridad es la seguridad.
Ahora bien, lo importante no es lo que se dice sino lo que se hace, y allí creo yo que las prioridades de los gobernantes no están apuntando claro. ¿A qué me refiero? La mejor manera de ilustrarlo es utilizando un dicho muy común en inglés que dice algo así como que: uno debe poner su dinero donde pone su boca. En pocas palabras, si los gobernantes están convencidos que la prioridad es la seguridad, ¿por qué no es ésta también su prioridad presupuestaria?
Veamos. Según un cálculo realizado por Ramón Parellada, Director del Centro de Estudios Económico-Sociales, CEES, del presupuesto de gastos aprobado para el 2,006 el gobierno apenas dedica el 13.7% para lo que es su función básica, entendiéndola como justicia y seguridad. Y eso que en el cálculo Parellada incluyó las siguientes dependencias: Presidencia, Relaciones Exteriores, Organismo Judicial, Ministerio de la Defensa, Ministerio de Gobernación, Ministerio de Finanzas, Contraloría de Cuentas y Procuraduría General de la Nación. Yo todavía hubiera dejado la lista más corta, pero aún utilizando este cálculo, resulta que para realizar las funciones básicas del gobierno se utiliza apenas un porcentaje bien bajo del presupuesto, y entonces uno se pregunta: ¿será esa realmente su prioridad? ¿En qué se gasta el 86.3% restante?
Por supuesto que pueden haber muchas respuestas y saldrán con las mismas excusas de siempre: que los acuerdos de paz, que el resarcimiento, que las promesas, que la "inversión social", que esto, que aquello; alguien incluso se esconderá tras la excusa que con más dinero no se resolverá el problema; pero lo cierto es que el presupuesto no refleja la supuesta prioridad de la seguridad.
Yo sé, porque he hablado con varios de ellos, que los funcionarios directamente ocupados en el tema de la seguridad están muy conscientes de la prioridad que ésta representa. Lo que dudo muchísimo es que los demás funcionarios e incluyo aquí a los legisladores, quienes tienen la última palabra con relación al presupuesto, estén claros de esta prioridad. Del diente al labio, quizá vean la seguridad como una prioridad, pero a la hora de repartir el pastel, cada quien vela por ampliar su pedacito y que los demás miren cómo se las arreglan.
Quizá el problema es que la encerrona la debieron hacer cuando se cocinaba el presupuesto y no un mes después de aprobado. ¿Será muy tarde para reorientar realmente las prioridades del gobierno?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 12 de Enero de 2,006
Los funcionarios más importantes del Organismo Ejecutivo se reunieron hace unos días en una "encerrona" para definir cuáles deberían ser sus prioridades para este año. La conclusión no nos debería sorprender para nada, al grado que se podrían haber ahorrado la encerrona ya que se las podría haber dado cualquier ciudadano sin necesidad de tanto análisis: la prioridad es la seguridad.
Ahora bien, lo importante no es lo que se dice sino lo que se hace, y allí creo yo que las prioridades de los gobernantes no están apuntando claro. ¿A qué me refiero? La mejor manera de ilustrarlo es utilizando un dicho muy común en inglés que dice algo así como que: uno debe poner su dinero donde pone su boca. En pocas palabras, si los gobernantes están convencidos que la prioridad es la seguridad, ¿por qué no es ésta también su prioridad presupuestaria?
Veamos. Según un cálculo realizado por Ramón Parellada, Director del Centro de Estudios Económico-Sociales, CEES, del presupuesto de gastos aprobado para el 2,006 el gobierno apenas dedica el 13.7% para lo que es su función básica, entendiéndola como justicia y seguridad. Y eso que en el cálculo Parellada incluyó las siguientes dependencias: Presidencia, Relaciones Exteriores, Organismo Judicial, Ministerio de la Defensa, Ministerio de Gobernación, Ministerio de Finanzas, Contraloría de Cuentas y Procuraduría General de la Nación. Yo todavía hubiera dejado la lista más corta, pero aún utilizando este cálculo, resulta que para realizar las funciones básicas del gobierno se utiliza apenas un porcentaje bien bajo del presupuesto, y entonces uno se pregunta: ¿será esa realmente su prioridad? ¿En qué se gasta el 86.3% restante?
Por supuesto que pueden haber muchas respuestas y saldrán con las mismas excusas de siempre: que los acuerdos de paz, que el resarcimiento, que las promesas, que la "inversión social", que esto, que aquello; alguien incluso se esconderá tras la excusa que con más dinero no se resolverá el problema; pero lo cierto es que el presupuesto no refleja la supuesta prioridad de la seguridad.
Yo sé, porque he hablado con varios de ellos, que los funcionarios directamente ocupados en el tema de la seguridad están muy conscientes de la prioridad que ésta representa. Lo que dudo muchísimo es que los demás funcionarios e incluyo aquí a los legisladores, quienes tienen la última palabra con relación al presupuesto, estén claros de esta prioridad. Del diente al labio, quizá vean la seguridad como una prioridad, pero a la hora de repartir el pastel, cada quien vela por ampliar su pedacito y que los demás miren cómo se las arreglan.
Quizá el problema es que la encerrona la debieron hacer cuando se cocinaba el presupuesto y no un mes después de aprobado. ¿Será muy tarde para reorientar realmente las prioridades del gobierno?
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 12 de Enero de 2,006
Retos
El reto más importante somos nosotros mismos, no los políticos y el gobierno.
El 2,006 se nos presenta como un año con muchos retos. Lamentablemente, muchas veces tendemos a enfocarnos en los retos de otros, los que poco o nada podemos hacer por vencer, y descuidamos los más importantes, como son los que se nos presentan a nosotros mismos, los cuales sí tenemos la posibilidad de sobreponernos a ellos, si tan sólo lo intentamos.
Se nos dice, por ejemplo, que este es un año lleno de elecciones en Latinoamérica y que, a como pinta la cosa, la región está dando un giro hacia el populismo. Probablemente sea cierto, pero aunque nos preocupe o nos duela que el continente se esté dirigiendo a pasos agigantados hacia el borde del precipicio, lo que cada uno de nosotros realmente puede hacer a ese respecto desde aquí es poco o nada. En lo que sí podemos y debemos ocuparnos es en entender nosotros mismos las consecuencias de esa tendencia y lograr que nuestro círculo de influencia sea consciente de los problemas que acarrea el populismo y a dónde nos puede llevar, tomando en cuenta que el próximo año las elecciones serán en nuestro país. Ese sí es un reto que podemos enfrentar, cambiar el derrotero de toda Latinoamérica, es una tarea un poco más difícil.
Escuchamos que la economía del país va a crecer en un 4.5% este año, pero esas son cifras que ni siquiera quienes las preparan las conocen realmente (si no me cree, resulta que hasta los mismos del Banguat reconocen que sus cifras están equivocadas, pero no se animan a rectificar) y que, en última instancia, difícilmente reflejan la situación de cada uno de nosotros en particular. A usted que no le preocupe cuánto va a "crecer" el país, mejor ocúpese en que sus ingresos y los de su familia crezcan. Aunque usted no se dé por enterado de ello, ni le afecte, mientras más crezca usted mismo, más crece el país. Al fin y al cabo, la macroeconomía, en teoría, no es más que la suma de cada una de las transacciones que todos realizamos.
En última instancia, los retos que nos deben llamar la atención son aquellos sobre los cuales nosotros podemos hacer algo. Todos los demás podrán ser una curiosidad intelectual o un pasatiempo para tener ocupada la mente, pero igual, no podrá usted hacer nada por vencerlos.
Por favor, no me malinterprete. Hay infinidad de retos que podemos encontrar en nuestro andar por este mundo, pero no vamos a poder enfrentarlos todos y cada uno de ellos, por muy diversas razones, siendo quizás las más importantes que no somos omniscientes ni omnipresentes, así que debemos escoger los retos sobre los cuales podemos hacer algo y echarnos al ruedo. Espero sinceramente que este sea un año que le traiga muchas bendiciones y satisfacciones por una faena enfrentada con integridad. ¡Que ese sea el reto que lo apasione este año!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 5 de Enero de 2,006
El 2,006 se nos presenta como un año con muchos retos. Lamentablemente, muchas veces tendemos a enfocarnos en los retos de otros, los que poco o nada podemos hacer por vencer, y descuidamos los más importantes, como son los que se nos presentan a nosotros mismos, los cuales sí tenemos la posibilidad de sobreponernos a ellos, si tan sólo lo intentamos.
Se nos dice, por ejemplo, que este es un año lleno de elecciones en Latinoamérica y que, a como pinta la cosa, la región está dando un giro hacia el populismo. Probablemente sea cierto, pero aunque nos preocupe o nos duela que el continente se esté dirigiendo a pasos agigantados hacia el borde del precipicio, lo que cada uno de nosotros realmente puede hacer a ese respecto desde aquí es poco o nada. En lo que sí podemos y debemos ocuparnos es en entender nosotros mismos las consecuencias de esa tendencia y lograr que nuestro círculo de influencia sea consciente de los problemas que acarrea el populismo y a dónde nos puede llevar, tomando en cuenta que el próximo año las elecciones serán en nuestro país. Ese sí es un reto que podemos enfrentar, cambiar el derrotero de toda Latinoamérica, es una tarea un poco más difícil.
Escuchamos que la economía del país va a crecer en un 4.5% este año, pero esas son cifras que ni siquiera quienes las preparan las conocen realmente (si no me cree, resulta que hasta los mismos del Banguat reconocen que sus cifras están equivocadas, pero no se animan a rectificar) y que, en última instancia, difícilmente reflejan la situación de cada uno de nosotros en particular. A usted que no le preocupe cuánto va a "crecer" el país, mejor ocúpese en que sus ingresos y los de su familia crezcan. Aunque usted no se dé por enterado de ello, ni le afecte, mientras más crezca usted mismo, más crece el país. Al fin y al cabo, la macroeconomía, en teoría, no es más que la suma de cada una de las transacciones que todos realizamos.
En última instancia, los retos que nos deben llamar la atención son aquellos sobre los cuales nosotros podemos hacer algo. Todos los demás podrán ser una curiosidad intelectual o un pasatiempo para tener ocupada la mente, pero igual, no podrá usted hacer nada por vencerlos.
Por favor, no me malinterprete. Hay infinidad de retos que podemos encontrar en nuestro andar por este mundo, pero no vamos a poder enfrentarlos todos y cada uno de ellos, por muy diversas razones, siendo quizás las más importantes que no somos omniscientes ni omnipresentes, así que debemos escoger los retos sobre los cuales podemos hacer algo y echarnos al ruedo. Espero sinceramente que este sea un año que le traiga muchas bendiciones y satisfacciones por una faena enfrentada con integridad. ¡Que ese sea el reto que lo apasione este año!
Artículo publicado en Prensa Libre el jueves 5 de Enero de 2,006
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